21.6.09

estuve de exámenes

summer taste, photo by masaaki miyara

estuve de exámenes

"El maestro sube al estrado y dice: sobre la masa de carne roja que sois hay un hombre verdadero sin situación, que sale y entra incesantemente por las puertas de vuestro rostro.- Y dirigiéndose a los monjes- Escuchemos un poco a los que todavía no han participado. Entonces un monje se adelantó y preguntó como era un hombre si situación. – Dímelo tú mismo, Dilo!. El monje dudó. – El hombre verdadero si situación es como el palo que se utiliza para limpiarse el culo.

"Otro día un monje pregunta, Maestro, ¿cuál es la tercera fórmula del budismo?, el maestro responde, “Observad las marionetas que se manipulan sobre el escenario. En todo momento, para hacerlo, hay un hombre en su interior”

"Otro día un monje vuelve a preguntar cuál es la gran idea del budismo. El monje levanta de nuevo su espantamoscas. El monje emite un grito, khât!, el maestro grita a su vez khât!. El monje duda. Entonces el maestro lo golpea. "

(traducción algo libre de fragmentos de los Entretiens de Lin-Tsi, traducidos del chino por Paul Démieville, Paris Fayard 1972.

Créanme si les digo que gracias a mis lecturas freudiano-lakhanianas he conseguido avanzar algo en el camino del Chan o Zen en japonés, y viceversa. El sinólogo Paul Démieville decía que la concepción de mente como absoluto era una aportación del budismo enunciada por la doctrina del “nada más que pensamiento” introducida en China (desde la India) a principios de la dinastía Tang, y desarrollada luego por las distintas escuelas. Para el Chan el absoluto es universal y vacío y sólo puede aprehenderse en el destello de una intuición, para la que la mente y el espíritu han de ser ejercitados. Eso permite recuperar la idea tradiconal china del flujo natural y espontáneo, y enunciar más tarde aquello del no-pensamiento, 无念 wu nian, y la no-acción, 无为 wu wei. Cuando Lacan quiere distinguir la esencia del inconsciente freudiano del resto de teorías psícológicas surgidas a principios del siglo XX es muy específico al respecto: nada tiene que ver con la ambigüedad en la conducta, con un saber futuro que aún no se conoce, algo que se debe desenterrar, una especie de secreto… sino con algo de la naturaleza de un corte, de una laguna o lapsus, algo de una ruptura que se inscribe en una cierta falta. El inconsciente es algo que siempre se escapa, fugaz e inasible, y cuyo único punto nodal es el deseo, su medio la palabra, el acto fallido, el sueño…No hay verdad sino lo que esconde el deseo en su falta… El objetivo de la escuela de Linji (Lin-Tsi en trasncripción antigua, y Rinzai en Japón) es también el de liberar la mente de sus estructuras mentales y la tentación de acudir a muletillas o puntos de apoyo ya conocidos, para poder obtener la iluminación total e instantánea. Aunque la aridez de su método es peculiar: golpes, bastonazos, invectivas y sinsentidos, preguntas irresolubles, anti-discursos, los famosos kôan, para provocar algo del transitorio satori. Yo que me he sentido muy golpeada últimamente, no he podido evitar regresar a estas lecturas para poder avanzar algo en mi propio análisis, en mi humilde comprensión del mundo. Especialmente zen me parece la indistinción entre exterior e interior en la que insiste el psicoanálisis: el inconsciente es aquello interior al sujeto que se realiza únicamente en su exterior, es decir en el lugar del Otro.
Me da la sensación que a partir de una cierta edad, el tipo de respuestas que uno busca no pueden eludir el paso por el otro, por la propia experiencia y el cuerpo y algo de esa falta en ser y sentido. Y quedarse con el otro tipo de respuestas no funciona más que de coartada para no pasar por ello.

7 comentarios:

Vicent Llémena i Jambet dijo...

Yo creo sinceramente que la aportación de Lacan de que el otro con minúsculas no existe es fundamental para desembarazarse de un cierto perseguidurismo o paranoia o victimismo que provoca la mayor parte de los conflictos o gran parte de ellos interiores y con el otro ficticio. No es que no haya conflictos sin el otro sino que somos nosotros mismos los responsables de todo lo que nos acaece, y así somos libres y potentes y capaces para ponerles freno. El único otro con minúsculas que yo admito, no sé si Lacan también, es la mujer o Dios o el inconsciente o la muerte o el hombre con minúsculas para una mujer. Sabemos así que la comunicación comienza por un desliz o por un "conflicto", y también que la comunicación con ese otro es imposible y es la liebre a la que todos aspiramos coger y corremos hasta la muerte tras ella, en la muerte la encontramos o en el acto sexual o en la experiencia mística pero sólo en un pequeño instante y efímeramente, Dios muere, la utopía muere, todo muere cuando se llega a ello, cuando se pronuncia.
Venga te dejo ya Vanessa, hasta el próximo artículo y un fuerte abrazo fresco porque hace un calor de infierno aquí en Valencia.

Dante Bertini dijo...

gracioso: creo que cada cual a su manera estamos hablado de lo mismo...
a veces los inconscientes ajenos golpean más que la mano del maestro y, aunque suelan ser golpes virtuales, hacen tanto o más daño que aquellos.

Belnu dijo...

Ayer la directora mexicana de un documental sobre los tupamaros en Uruguay donde antiguos guerrilleros hablan de lo que buscaban y dónde se metieron, de la violencia ejercida y sufrida, de la tortura, de la traición a otros, de la culpa, de su cotidianeidad en esos lugares y momentos, de pequeñas cosas que significaron para ellos..., me decía que sin ponerse en el lugar del otro y escucharle no se podría nunca aclarar la historia. Y en cuanto a esto: "No hay verdad sino lo que esconde el deseo en su falta" me parece una frase dedicada a mí!
Qué buenos links. Bienvenida otra vez al este mundo después del rapto.

el objeto a dijo...

hola Vicent, no cabe duda de que una de los primeros o principales efectos del análisis es dejar de echar la culpa al mundo y empezar a responsabilizarse (que NO culpabilizarse) del lugar que ocupa cada uno y de lo que se puede o no hacer para mejorarlo,
El otro con minúsculas es simplemente el que no soy yo, el semejante, los demás, con los que nos relacionamos. El que no está en mi lugar, pero en el lugar del otro, el que escucha, el que responde, lo que podemos esperar fuera de nosotros mismos. Otro abrazo fresco en este inicio del verano, Vicent.

maestro Cacho, los "bastonazos" pueden despertarlo a uno, de su propio ensimismamiento, y también de la invasión excesiva del otro. La escucha del inconsciente nos impide eludir la dimensión ética, la propia y la de los otros

gracias Zbel(la), sí! ya os echaba de menos! hay quien vive intentando negar todo el tiempo el lugar y el espacio del otro. Y como tu dices ninguna historia ni escritura es posible

Anónimo dijo...

Nosotros le ponemos nombres a las cosas, esto me parece muy significativo, y que hay pensar de vez en cuando. Luego, las ideas o razonamientos van entre medias, o tirando de las palabras, el lenguaje.
Liberar estructuras mentales de la mente, me ha recordado a las palabras de MCunningham en un libro que estoy leyendo sobre su danza, pero en su caso era partir de liberar las estructuras del movimiento, del cuerpo. Y que eran infinitas, decía. No sé si esto tiene algún tipo de relación.
Yo veo que hay como una especie de exigencia" en transladar ese interior al exterior, que de algún modo me parece como, un paso en falso, imperativo, por eso tal vez tratado por el sicoanálisis, y que el cauce correcto sería a través de esa falta que dices, de ese corte, lo veo como más natural, mejor encauzado, y que tiene un sentido que se provoca en cierto modo, no buscado.
iluminaciones.

el objeto a dijo...

es curioso Iluminaciones porque a menudo cuando pienso en ese trabajo de liberar la mente siempre lo relaciono con el trabajo corporal de mi época de bailarina,

en ese sentido y en lo que dices de buscar trasladar el interior al exterior la experiencia de la danza Butoh fue muy importante, también el flamenco, por lo difícil que resultaba para mi entender la libertad con tantas constricciones, no sólo del cuerpo, también de la música. En el butoh el sentido era doble, también después de horas de trabajo con la respiración, y con ciertas consignas corporales se encontraban cosas nuevas en el interior

Anónimo dijo...

Sí, uno nunca deja de sorprenderse de esas cosas no descubiertas, pero latentes en algún sitio. En el Butoh como dices, supongo que se trabaja lo del interior, exterior, a través de ambos movimientos: mental y físico, y el resultado debe ser interesante.
iluminaciones.