13.4.09

de la renuncia y la inutilidad de los príncipes


Quizá una de las cosas que la gente olvida con más facilidad del psicoanálisis, siendo sin embargo esencial, es la renuncia por parte del analista a ocupar el lugar de poder que su saber le otorga sobre el material previamente desplegado por el analizante. Y aunque de saber vaya la cosa, a eso se le añade el deseo. El deseo de analista hace referencia precisamente a una renuncia necesaria, para que el trabajo se haga verdaderamente bajo transferencia y no bajo sugestión, como suele ocurrir en el resto de terapias. El trabajo de Lacan sobre los 4 discursos surge de un intento de sistematización del paso del discurso del amo a otras modalidades que le permiten acabar por definir el del analista. Como decía Wittgenstein sobre la filosofía, “todo lo que la filosofía puede hacer es destruir ídolos, Y eso significa no crear ninguno nuevo” Acaba de salir publicado en español por una interesantísima editorial independiente y combativa de la Rioja, Pepitas de Calabaza, este bonito libro (de la imagen) que recoge polémicas de dos excéntricos chinos del siglo III en torno a la inutilidad de los príncipes amos y los efectos nocivos de la sociedad para la salud!! Seleccionadas y presentadas por Jean Levi, han sido traducidas del chino antiguo y cuidadosamente anotadas por Albert Galvany. He disfrutado mucho leyendo a sorbitos estos días las exposiciones y refutaciones en torno a la vida de los príncipes y letrados, como máximos impostores, acerca de las ideas de los sabios taoistas entorno a la higiene vital, la alimentación y la vida espontánea, y cómo unos y otros citaban los clásicos y los episódicos históricos para defender sus puntos de vista. Como señala Levi en la introducción, la forma de debate en la antigua china resultaba especialmente rica en enseñanzas y promovía la exposición filosófica, para estos éstos se trata de afirmar la posibilidad de una sociedad en la que el poder carezca de poder, también a través de una clase de renuncia y desobediencia. "Al igual que las bandadas de pájaros que pugnan por la subsistencia y se precipitan sobre los cereales y gramíneas diseminados en los jardines y en los estanques públicos, se ven ahora hordas de letrados que, ansiando una posición desahogada encubren sus intenciones para acomodarlas a los usos vigentes. Sostienen en sus manos tablillas de bambú y pinceles con los que esperan obtener una vida de holganza y reposo; volcados en acumular estudios y en dilucidar los textos ortodoxos, confían en eludir así los rigores de labranza del campo. Al hallarse en apuros deciden dedicarse al estudio para, gracias a ello, conquistar un renombre". A mí siempre me gustó aquel trozo del Dao De Jing que retoman a menudo en la discusión los dos sabios irreverentes y que en la obra de Lao Zi, con traducción de Anne Hélène, dice así: cuando el gran curso es abandonado/ aparecen humanidad y justicia/ cuando surgen la inteligencia y el saber/ aparece el gran artificio/ cuando los seis parentescos no son armoniosos/ aparecen piedad filial y amor paternal/ cuando los señoríos se sumen en el desorden/ aparecen los vasallos leales.
Al mismo tiempo en medio de mis investigaciones davoinianas encontraba una cita preciosa de La Boétie, en su Discours de la servitude volontaire, en la que interrogándose por el poder del amo tirano dice algo así “no es más que un hombre, el más cobarde de la nación, es aquél al que si no le dais nada, si no lo obedecéis ni lo combatís, permanece desnudo y derrotado, y deja de ser algo. ¿De dónde saca pues su poder? Del cuerpo del pueblo que se ha convertido el cuerpo mismo del tirano. El que manda sobre vosotros no tiene más que dos ojos, dos manos, un cuerpo. ¿De dónde ha sacado tantos ojos para espiaros, sino de los que vosotros le dais (…). ¿Cómo iba a atreverse a atacaros si vosotros no estuvierais de acuerdo?"
Precisamente esta semana pasada leía un artículo maravilloso de un analista brillante acerca de algunas de estas cuestiones de renuncia a la servitud del amo y el goce, en los que analiza con lucidez los síntomas de la contemporaneidad, sin acudir a banales lugares comunes del discurso terapeútico y dilucidando algunos puntos clave de nuestro lazo social… pero eso será para una próxima vez.

13 comentarios:

Ulises dijo...

Hola, me llamo Javier y desde unas semanas sigo tu blog.
Gracias por compartir lecturas tan interesantes con los demás.
Un saludo desde España.

frikosal dijo...

Debe ser un libro interesantísimo. Con este título tan sugerente y siendo del siglo III espero poder leerlo cuanto antes. ¿Sabes si se distribuye o hay que comprarlo en la web?

Anónimo dijo...

Me imagino que hay tantos analistas buenos como artistas buenos. Y que se ocupen como tú dices. Por que el sicoanálisis es una cosa y el sicoanalista otra, algo distinta. el verdadero, el que quiere saber. También creo que la filosofía puede hacer mucho más por nosotros, o nosotros por nosotros mismos, si llega el caso.
Muy acertada la cita de Davoine, aunque algo incompleta, viendo como va la historia...
Dislculpa estas notas a vuelapluma...
iluminaciones.

Dante Bertini dijo...

Precioso ejemplar joven de Colocasia -Marquesa para los amigos- con la hoja nueva despuntando. Cuánta vida, silenciosa y contundente. Reconozco el rincón, encantador, de tu casa.

el objeto a dijo...

amable Ulises, gracias por tu visita y tu comentario halagador,veo que me has encontrado por al lado psicoanalítico... sigo comentándote por tu "casa"

doctor, sí, es un librito excéntrico y curioso, que habla de cosas que te interesan, creo que intentaremos vernos en breve, yo te lo puedo prestar o enseñar a ver si te interesa, pero en La Central lo tienen,

me gustan estos comentarios tuyos así envolados, Iluminaciones,
es verdad que la cita de La Boetie pide continuación y provoca reflexión en estos tiempos que corren,
también me parece muy justa esa comparación entre artistas y analistas buenos y malos, porque lo que los diferencia muchas veces no está en la técnica, en la acumulación de saber... está en otra cosa más difícil de definir, de captar, de transmitir, y sin embargo se distingue en seguida,
también sobre la posibilidad de ayudarnos a nosotros mismos, mucho más de lo que pensamos... gracias como siempre por esa brisa tuya

Vicent Llémena i Jambet dijo...

Yo, Vanessa por medio de la transferencia en mi terapia he aprendido que lo que me conviene a mí, porque no le pasa lo mismo a todos los hombres, es no encontrarme con grupos en los que haya un líder y un rebaño de ovejas que lo sigan, yo o nosotros, y hablo no obstante en plural, hemos creado un grupo en el que no hay ningún tipo de líder, cada uno de nosotros tiene el carácter de ser su propio líder, dí que quizás somos un grupo de gente rara o locos, pero lo cierto es que pocos de nosotros tienen como espina ese obedecer ciego a lo que el otro dice, y sin embargo no hay grandes disputas ni tampoco pequeñas, pues de vez en cuando y como regla tácita utilizamos la condescendencia, y yo creo que el psicoanálisis nos la enseña desde ese trabajar con la transferencia hacia el analista por la que aprendemos a oír al otro, y a verlo aunque para ello hayamos de borrar la figura de ese otro sartriano. Bueno Vanessa, me voy otra vez y decirte que yo también estaba en estos parajes de pensar en la posibilidad de la inexistencia de los líderes si es que he comprendido tu artículo. Venga besos y hasta mañana de Vicent.

el objeto a dijo...

sí Cacho, pequeño rincón zen que me alegra que reconozcas... pequeño rincón donde si la primavera lo permite me pierdo en lecturas cuando puedo

el objeto a dijo...

hola Vicent, sí, qué buena cosa este grupo que habéis creado. No lo había pensado, pero me gusta mucho y creo que tienes razón en eso que dices acerca de aprender de otro tipo de escucha, en el trabajo bajo transferencia, en que aprendemos a escuchar al otro de otra manera, en que no es tanto "o yo o el otro"
Muy buena tu precisión,
gracias!!
y enhorabuena por ese lazo creado con los amigos entorno al saber, al análisis...

Belnu dijo...

´Qué espléndido post! Y qué bonito el fragmento de La Boetie, que explica además lo que ocurre con Berlusconi en Italia o con nuestros políticos corruptos en España...
En cuanto a lo que dice Iluminaciones, yo creo que el psicoanálisis hace por nosotros algo distinto de que la filosofía, la poesía o el arte, que nos iluminan de otra manera, creo que el psicoanálisis ayuda a limpiar el espejo, a quitar marañas, a verbalizar y cambiar lo que queramos cambiar. Son cosas distintas sobre todo porque cuando alguien está mal de verdad nada puede iluminarle, pero el psicoianálisis nos vuelve a permitir la receptividad a las demás iluminaciones...

Anónimo dijo...

Lo malo de la filosofía es cuando se convierte en posibilidad de supervivencia, siempre latente, ahí deviene en otra cosa, como dices en tu última cita de Anne Hélène. Y si, esa comparación o emparejamiento tiene mucho de cierto. Y pienso, el analísta se hace, como el artista, a base de trabajo, aunque también de buena intuición. Y gracias a ti por los intercambios... Por cierto, interesante la editorial pepitas.
Totalmente de acuerdo con Zbelnu, aunque con pequeños matices, pero sí.
iluminaciones.

Anónimo dijo...

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nomesploraria dijo...

A mí me gustaría obtener una vida de holganza y reposo y volcarme en acumular horas de disfrute. Sea con pinceles, con lápices o con revolcones.

Un petonàs estimada V.

odette farrell dijo...

Yo muchas veces me he preguntado si los sueños no son una manera de comunicación importante para con los seres que amamos pero que aún no sabemos utilizar...
Me ha pasado por ejemplo que en uno de mis sueños alguna persona me ofende y entonces en la vida real yo me siento ofendida con ella. De joven cuando me apasionaban las matemáticas, muchas veces soñaba en la solución de una ecuación muy dificil y al despertar la escribía y estaba correcta. También mi esposo y mi hijo han soñado lo mismo al mismo tiempo, no sé pero el mundo de los sueños es una de mis fascinaciones.