niños en halloween, photo by RosehipsPor fin pude leer esta semana el maravilloso librito
El arte de Caminar del que ya había escrito y hablado Bel y que quise regalar a
mi madre ikebana. Disfruté, como no podía ser de otro modo, de esa invitación tan psicoanalítica y liberadora del paseo de
Hazlitt. “
caminamos principalmente para sentirnos libres de todos los impedimentos y de todos los inconvenientes, para dejarnos atrás a nosotros mismos, mucho más que para librarnos de otros.” Es en ese momento en que nos quedamos solos, y en esa fusión tan china con la naturaleza, con el paisaje, dejamos que surjan cosas olvidadas, como “
ruinas hundidas y tesoros que no toca el sol”. Como el autor yo también prefiero el método sintético sobre el analítico, contentándome con
apilar una serie de ideas para examinarlas más adelante, pero dejando antes que floten “
como el vello cardo bajo la brisa sin dejar que se enreden en las zarzas y las espinas de una controversia”. El martes acudí a una
conferencia sobre poesía china a cargo de un veterano poeta chino. Tu An no se salió del discurso académico pekinés, bastante aburrido por cierto, ni reveló nada singular, pero agradecí que recitara, con sus 84 años cumplidos, los poemas que citaba según la
tradición oral cantada y en su dialecto, extremadamente bella, que se está perdiendo. Muuuuuuucho más interesante ha sido descubrir esta mañana un artículo de
Manel Ollé publicado en la revista número 28 de la
ACEC que tan amorosamente me regaló
Cacho de Pan ayer, en una impecable edición con diseño de Bertini y Chapuis. Son varias las revelaciones imprescindibles para cualquiera interesado en la escritura china, pero aún sin haber acabado de reponerme de la quijotesca felicidad, como diría
Bel, producida por la lectura, me quedo con dos, que estoy segura deleitarían al maestro
Yak Lakhan (- ay, maestro, qué hubiera sido si en vez del cultivado
François Cheng, hubieras tenido a Manel Ollé como profesor de lengua y literatura china, estaríamos todos hoy en
Pekín!). Ollé parte de la idea de la indeterminación morfosintáctica esencial en la poesía antigua china (ausencia o elipsis de elementos gramaticales, pronombres personales, preposiciones, nexos, modificadores, marcadores y determinantes), que como bien indica, puede concebirse como el correlato del principio estético chino del
vacío, dinamizador, activador y constitucional (el vacío que confiere a la rueda su uso, al
laud su armonía) del universo, para ir describiendo y analizando algunas de las claves del género poético. Me interesó especialmente lo que dice acerca del efecto de ambigüedad del sujeto, que aparece proyectado en el texto en un estado virtual. Las resonancias entre forma y contenido provocan esta identificación o fusión del sujeto con el paisaje o los elementos de la naturaleza, diluyéndose así la distancia entre sujeto y objeto, y entre objeto y acción. Refiriéndose luego al sujeto-lector, prosigue, “
la ambigüedad del discurso no conduce pues a la polisemia que requiere la presencia de un sujeto interpretador sino a la activación de un sujeto en tránsito [sujeto que transita] por el proceso de construcción de sentido que el poema propone de forma germinal” Pero lo esencialmente lacaniano en las conclusiones de Ollé es para mi lo siguiente: la ausencia de abstracción y la voluntad de reproducir los gestos de la naturaleza sitúan a la poesía china en el ámbito de la palabra poética referencial, cuyo
enigma “no ha de trascender su significado hacia otra interpretación que no sea la propia de la palabra en su uso directo. Y es en su aparente referencia a la realidad donde radica el efecto más enigmático del discurso literario en el lector: el efecto de lo real [lo Real] que lo subyuga a una realidad exterior inexistente pero que las palabras convocan con la fuerza de creer que son las cosas”Ahí están en efecto algunas de las claves del descubrimiento lacaniano: el enigma del significante cuyo movimiento no es el de trascender hacia el significado sino el de transitar , como ese sujeto del que habla Ollé, en la cadena que se crea con otros significantes, sin poder llegar nunca a tener acceso a ese Real, convocado por las palabras que creen que son las cosas, pero que sin duda, no logran jamás nombrar.
En fin, sé que me he puesto
muy intelectual, pero me tendréis que perdonar, estoy aún
borracha de mi lectura matinal. Y yo que lo relaciono y ligo todo a mi manera, me he acordado de estos otros poetas de la realidad y la naturaleza con sus fotos de libélulas, mariposas, montes y árboles
Nomès Ploraria y
Frikosal!