31.12.07

2008 你好!


road to the sky, originally uploaded by phitar.

le centre du monde est partout !

con esta frase sacada de tv5, hace ya algunos años que vengo felicitando la entrada del nuevo año acordándome de todos, los de aquí y los de allí. Este año he querido hacerlo también con una foto de mi amigo philippe tarbouriech, tomada durante su último viaje al tibet este otoño. Me gustaba hacerlo con este binomio tan chino del cielo y la tierra. El conocimiento, el pensamiento científico al menos, se puso en marcha con la observación de los astros. Al principio los planetas y las estrellas hablaban, o mejor dicho, los hacíamos hablar. La escritura china surgió para dar cuenta de las marcas que aparecían sobre los huesos adivinatorios, para anotar lo que venía del cielo y esa fue su función durante mucho tiempo. Los sabios observaban, anotaban, leían en los astros y en los fenómenos meteorológicos. Más tarde fuimos descubriendo las leyes de gravitación y la teoría del campo unificado, que como dice Lakhan, mostraban cómo a partir de esencialmente una fórmula todo eso se mantenía unido en un lenguaje ultra-simple, haciendo que los planetas dejaran de tener voz. Los planetas están ahí callados, y si alguien quiere hacer una pregunta se la plantea a otro, que sí que habla, a la espera de que le responda.
Aún así, en el cielo siguen habiendo fenómenos como el arco iris, y el trueno que aparecen y nos sorprenden, nos sobrecogen. La respuesta del otro también, pero La verdad no está en el trueno o ese efecto de colores del arco iris, en todo caso está en el efecto que tiene en nosotros, en nuestro sobrecogimiento. Tampoco está en la respuesta del otro. El trueno, la palabra, son semblantes, no son la verdad, pero son lo que requerimos para que ella se produzca como efecto. La verdad no se mide, ni pesa, no se atrapa, ni siquiera se dice, se desliza bajo el cielo, a través de los diez mil signos, seres y palabras, haciendo camino. Eso es lo que desearía para este año: un poco de esa libertad lakhaniana que de desliza y de la que uno no se puede apropiar, en nombre de ningún bien, política, patria, conocimiento, certeza o presentimiento.

29.12.07

los diez mil saberes favorables

Wan Xiaoli photo by natalie-z
esa es mi traducción macarrónica y personal del nombre de este maravilloso cantautor, Wan Xiaoli 万晓利, que me hizo descubrir Pedro y que iba a escuchar muchos miércoles por la noche a un barecillo llamado 河 en una callejuela que tiraron abajo hace ya tiempo en el barrio de Sanlitun de Pekin,
le había perdido completamente la pista, esta canción que aparece abajo es de mis favoritas y la encontré el otro día, casi por casualidad. El título dice algo así como Dientes y Amor 牙齿与爱情. Y compara los males del corazón con los dolores de muelas, preguntándose qué es lo que se puede arreglar, qué es lo que puede durar, se pregunta por la felicidad, aunque todo eso le parece aburrido, pero al final la tierra se queda silenciosa y la luna sale... queda su canto, una voz, bona nit, y que la disfrute quien quiera, es un regalo...

25.12.07

de mitos y mujeres

Emei Shan by Water Bowl
Es Lacan en el seminario XVIII el que, citando la sabiduría popular, dice que si se quiere saber la verdad sobre un hombre, es en la relación con la mujer donde se encontrará. Ella es su “hora de la verdad”. La mujer como gran Otro, disfruta de una mucho mayor libertad en su relación con el semblante y funciona como pesa-persona. “Para pesar a una persona, nada como pesar a su mujer.(…) Ella conseguirá darle peso, incluso a un hombre que no lo tenga” Pedro Ceinos dedica su último libro, Leyendas de la Diosa Madre (y otros mitos de diosas y mujeres de los pueblos de China), que acaba de ser editado por la editorial Miraguano, al estudio y traducción de los antiguos mitos y leyendas sobre las diosas y mujeres en los distintos pueblos de china. Y es que para este "cazador de minorías", para poder entender y conocer aspectos y fundamentos, muchos de ellos prácticamente desconocidos hoy en día, de la cultura tradicional china, hay que irlos a buscar en la cultura, creencia y mitos de los pueblos situados en la periferia de su imperio. Lakhan habla del mito también en relación a esta verdad. El mito, presentado bajo la forma de relato, no es sólo una ficción sino que además presenta una estructura, una estabilidad, relacionada con algo que siempre aparece y que él llama la verdad. “En toda ficción correctamente estructurada es palpable esa estructura que, en la propia verdad, puede designarse como igual a la estructura de ficción. La verdad tiene una estructura, por así decirlo, de ficción.” En el libro Pedro recoge mitos de pueblos chinos, pueblos Zhuang-dong, sino-tibetanos como los Hani, Yi, Jino, o Jingpo, de los Miao-Yao, de los uygures, de pueblos mongoles, man-tungús (entre los que están los manchúes), y los autronésicos (de la zona de Birmania y Yunnan) y los divide en cuatro bloques: mitos de la diosa creadora, de la diosa civilizadora, en tiempos matriarcales, y los referentes al fin de las Amazonas y el Reino de las Mujeres, con algunas interpretaciones curiosas y preciosas sobre las prendas de ropa, cinturones o delantales de las mujeres. Aparecen mitos y leyendas que nunca habían sido traducidas antes a una lengua occidental, y es que el autor posee una de las bibliotecas sobre minorías chinas más grandes que he visto nunca. Las historias están repletas de mujeres y diosas valerosas que vomitan y abren sus piernas para parir y crear el mundo y cobijar a los seres que lo habitan, llenas de soles, ríos, lagos y montañas, de dragones, animales, árboles y hombres cazadores que se convertirán en los primeros padres. Se me hace evidente otra de las constataciones de Lacan en el seminario 4 sobre el caso del pequeño Hans, y es que toda creación mítica responde a una pregunta, y consiste en enfrentarse con una situación imposible mediante la articulación sucesiva de todas las formas de imposibilidad de la solución. (…) No olviden que el significante no está ahí para representar la significación, sino más bien para completar las hiancias de una significación que está literalmente perdida. Los significantes no están ahí para documentar una realidad sino para colmar los agujeros y los vacíos que el individuo se encuentra en el camino y es así como se pueden leer estos relatos, que tejen con exquisitez y finos hilos ese lugar en el que las diez mil mujeres chinas se han sostenido durante milenios adentro y afuera de esas fronteras geopolíticas que, como vemos, se difuminan en seguida.

15.12.07

lost in translation

Kyoto, photo by Andrea Z
Estos días pensaba en el silencio, en cómo unos lo evitan, cómo otros se ahogan en él, como se nos hace intolerable en situaciones y como en otras es lo que propicia un tiempo necesario, una especie de vacío, para que algo pueda avanzar o proseguir, surgir o simplemente respirar. Silencios demasiado llenos que duelen y hieren o silencios armoniosamente vaciados que liberan algo, que permiten al otro existir enfrente nuestro. Y pienso en lo que me había comentado Bel sobre el trabajo de la documentalista Heddy Honingmann en sus entrevista filmadas, en las que no teme que sus personajes o interlocutores se queden en silencio frente a la cámara y sus preguntas, permitiendo ese espacio para que el sujeto y el discurso se desplieguen tranquilamente. En la televisión tienen horror al silencio, los políticos los peores, y se obsesionan por tapar y tapar los agujeros. ¿Cómo se puede escuchar algo cuando se tapona de esa manera todo el espacio? Para mi lo más increíble siempre ha sido que uno crea que al decir algo el otro pueda estar captando exactamente lo que se quiere decir y encima se empeñe en ignorar que de hecho siempre hay algo que se pierde, que cae, y sin embargo otras cosas que no han sido dichas con palabras emergen sin permiso, ocupando un lugar muchas veces más importante que el resto. Por eso siempre me he encontrado tan cómoda hablando lenguas que no fueran la mía, donde esos espacios y esos vacíos se hacían ineludibles. Evidentemente ahí está el chino, pero incluso estos días siento un placer inmenso leyendo en italiano, que comprendo pero no he estudiado y del cual se me sigue escapando mucho…..la experiencia del psicoanálisis resulta paralela. En una entrevista preciosa a Robert Lévy que traduje para una revista argentina decía: Si un análisis tiene alguna consecuencia sobre la vida de alguien, es sin duda la de aportar una distinción entre la ley del amo y la ley del significante. Y es cierto que se operan ciertos cambios esenciales y uno es capaz de liberarse y escuchar(se) de otros modos. Hay un artículo interesantísimo en una revista de la Lettre Lacanienne de un psicoanalista y sinólogo francés, Rainier Lanselle acerca de su trabajo como intérprete en el ámbito del psicoanálisis en china, concretamente en sesiones y presentaciones de enfermos en Pekín y Xián. Reflexiona acerca del lugar bien especial que debe ocupar esta persona, dando cuenta del sinfín de cosas que ocurren no sólo en la práctica analítica, sino en el acto de la palabra y en el encuentro con esa otra cultura que es china. En este marco el intérprete no puede permitirse mantener la ilusión de una supuesta neutralidad, ni tampoco obviar las barreras del lenguaje, de la cual la lingüística no es más que una variante secundaria a la constituyente del propio sujeto de la lengua. Tampoco puede adoptar, a través de un discurso universitario, el lugar de experto cultural que va a traernos un saber ya enlatado y preparado sobre el otro. La responsabilidad de su acto reside en dejar que algo del sujeto del incosciente pueda entreverse o escucharse, para lo que deberá evitar algo que se encuentra muchas veces en lo que esperamos de un intérprete y de un sinólogo: que acondicione y alise el terreno, evitándonos tener que vérnosla con la división del sujeto y su decir en tanto que decir a medias, decir a su pesar, lleno de baches, huecos, lapsus o malentendidos. Como en aquella secuencia de Lost in Translation en que la intérprete japonesa reduce unas explicaciones interminables dirigidas al americano, a una escueta frase de apenas cuatro palabras. Y es que aunque la intérprete japonesa haya conseguido traducir lo esencial de la comunicación, ha eliminado y censurado toda una serie de significantes, que deja al extranjero sumido en una inquietante extrañeza: “a partir de entonces el extranjero ya no sabe quién le habla, desde dónde se le habla y su sentimiento de aislamiento, de desprendimiento de sí mismo, de ausencia de conexión con las cosas es uno de los puntos fuertes donde reposa la verdad de la película” Rainier explica algo muy bonito además sobre la consistencia del dispositivo analítico, y es el hecho de que a diferencia de algo que pasa a menudo en ese tipo de situaciones en China, en que se crea como una especie de complicidad entre las dos personas que hablan la misma lengua, en estos encuentros el discurso del paciente estaba claramene dirigido al analista que no hablaba su lengua. La presencia del intérprete debía oscilar, tanto su lugar como su intervención habrán de ser plurívocos, y como en la banda de Moebius debía sostener posiciones opuestas entre sí, y es que como bien recuerda al concluir el autor, el lenguaje es universal pero sólo existe a través de lenguas particulares.

9.12.07

autoficción

Eleonor and Barbara, by Harry Callahan
Desde que ví una exposición de Harry Callahan en la mítica sala de la fundación la caixa de la calle serrano de madrid, sus imágenes me han acechado, acompañado y reconfortado a menudo sin yo siquiera saberlo. Estos días regreso especialmente en mi cabeza a la serie de fotos de su esposa Eleonor y su hija Bárbara. H. Callahan, nació en 1912 en Detroit, Michigan. De formación autodidacta, salía todos los días por los alrededores de su casa y su ciudad a fotografiar lo que veía: caminos, árboles, hojas, nieve lagos, playas… contando con E. y B. muchas veces como únicos modelos. Me emocionaba especialmente esa capacidad para reflexionar y preguntar con su mirada justo lo más cercano, lo más íntimo, también lo más ínfimo, yendo a lo esencial, y sabiendo que lo que le podía concernir estaba en su aquí y ahora. Me emocionaba la repetición de esas dos figuras, cargadas de amor, pero también de misterio, cogidas de la mano, saliendo del agua, o desnudas sobre una cama. A veces regreso también al mundo más atormentado, enigmático y auto-referencial de Francesca Woodman. Nacida en 1958 en Denver, estudió en Boulder, Colorado, y en Rhode Island, vivió durante un año de estudios en Roma y de regreso en EEUU, en Nueva York, puso fin a su vida a la edad de 22 años. En el caso de F.W. es su propio cuerpo, desnudo muchas veces, o el de otras figuras femeninas, el que aparece repetido y revisitado de maneras diferentes. El cuerpo como objeto de la mirada y el deseo, como significante otro, el cuerpo expuesto de un ser expuesto, lugar privilegiado de la self-expression, pantalla en blanco donde las visiones tan sólo se reflejan. Siento cierta nostalgia de esa capacidad para sumergirse y exponerse, para estar ahí, y utilizar el cuerpo como propia herramienta que permita entender.
Hace unos días reencontré esta pequeña cita de Callahan:
"Mi mérito es el de ser un hombre para quien el mundo visible existe"

7.12.07

el mapping de la cosa

fotograma de Life of O-Haru de Kenji Mizoguchi
Llevaba varios días cruzándome con personas ciegas por la calle, y de repente me dio esa sensación de que me encontraba con ellos en todas partes. Así que la semana pasada, cuando estando en Madrid vi delante mío un chico joven negro que era ciego, tuve esa sensación de familiaridad y me quedé caminando detrás de él, observándole como queriendo protegerlo en el trayecto que compartíamos . En un momento dado llegamos a un cruce de pasillos y veo que el toma un camino que lleva a una conexión de líneas y que yo debo tomar otro para alcanzar la salida. Sin embargo, y sin pensarlo, tomo su misma dirección y con mucha suavidad poso mis manos sobre su espalda, como deteniéndolo por un instante, me acerco a su oído y le digo en voz baja, - ¿Sabes a dónde te diriges?. Él sin sobresalto alguno y con una sonrisa tranquila me responde: -Quiero ir a la línea 1. Efectivamente el camino que había tomado era el correcto, así que sintiéndome bastante estúpida le digo: -Sí, sí, vas bien, y me despido después de que él muy amable me acabara de tranquilizar con un sonriente Gracias. Mientras salía del subterráneo me di cuenta, -tonta, ingenua de mí- que una persona ciega que coge el metro debe, en principio, saber perfectamente a dónde se dirige, conocer el camino, las direcciones y los posibles pormenores mejor que uno que ve, y que no se puede permitir no conocerlo. Nosotros en cambio, los que vemos, podemos emprender casi cualquier recorrido sin saber a dónde nos dirigimos, e ir decidiéndolo a medida que avanzamos. La suerte del vidente! Pensé. Luego por la tarde, entre dos visitas, conseguí escaparme a ver una pequeña exposición de proyectos de la escultora Susana Solano, cuyas enormes piezas de hierro y malla, sus colinas huecas, sus paredes tramadas, los anillos, sus láminas recortadas y piezas vaciadas me han emocionado siempre, por ese discurso tan no-todo, en que, como dice Lacan, la verdad sólo se dice a medias, uno no puedo decirlo todo, y sabe que no puede atrapar la cosa. La realidad de las obras de Solano está estructurada siempre alrededor de esas piezas abiertas, en red, esos espacios que apuntan siempre a otra superficie que no está pero que sin embargo se dice o apunta, que no sé si sería su reverso, o aún otra cosa. Todo eso mezclado estos días con la lectura del Seminario XVIII que acaba de ser editado en Francia, el seminario más chino de Lakhan que abre hablando de la verdad, del semblante, del discurso, de Gracián, de la ciencia, la observación de los astros, la escritura china y de Mencio. Es precioso porque está lleno de humor, incluso en esa mítica sesión del 20 de enero de 1971 en que se confesará lacaniano por haber estudiado chino en el pasado, y en la que dice también aquello de que la mujer es el soporte de la verdad del hombre.” Para pesar a una persona, no hay como pesar a su mujer” Por cierto, en el blog de los amigos de xoroi, un post muy interesante de Carmen Lafuente sobre la feminidad, sus semblantes y preguntas.

28.11.07

Maison Möbius

Estos días leyendo un artículo de Yann Diener, amigo analista y apasionado por la arquitectura, en el número 4 de la revista essaim descubrí la existencia de la Casa Möbius, realizada en 1997 por el estudio de arquitectura holandés, Un-Studio. Ben van Berkel y Caroline Bos no sabían que J. Lacan utilizase esta y otras figuras topológicas para el desarrollo de su teoría analítica, pero sí se habían nutrido del trabajo de filósofos como Deleuze físicos y matemáticos, en concreto sobre la teoría del caos y los nudos. El principio de la superficie topológica de la banda de Mobius es el de poseer una sola cara y un solo borde, donde derecho y revés se encuentran. Al psicoanálisis lacaniano le sirve para representar la relación del inconsciente con el discurso consciente a través de una geometría no-euclidiana. (En esta geometría, -diferente a la euclidiana o métrica que aprendemos en la escuela y que parte de la idea de que las propiedades de una figura son aquellas que se conservan en todo desplazamiento de la misma y que, como tales, tienen que ver con su forma y con su tamaño,- en la topológica se estudian las cuestiones de vecindad, de transformación continua, de frontera y de superficie, centrándose en los invariantes cualitativos, sin hacer intervenir o incluso excluyendo cualquier dimensión métrica-). Aplicado al sujeto esto significa que el inconsciente, como reverso, puede surgir en cualquier momento del discurso, y no habrá que ir a buscarlo en las lejanas profundidades, como se pensaba antes.
En la construcción de esta casa se ha buscado también eliminar las oposiciones entre exterior e interior a través de una cierta ambigüedad funcional de las estancias, a fin de invitar a quienes las habita a “liberar” su actividad y deambular, haciéndoles creer en todo momento que siempre le quedará una parte de la casa sin explorar… Yann también comenta el trabajo de otros arquitectos como Greg Lynn o el horticultor Richard Neutra, que intentó hacer entrar la vegetación o el desierto en las casas californianas. Parece que hasta Jean Nouvel en los ochenta clamaba por una arquitectura bi-dimensional, que lograse “escapar a la fatalidad de la pesadez, a la materialidad de la construcción” . Cita luego de nuevo a Lakhan en 1960 en su seminario sobre La ética en el psicoanálisis, cuando constata como buen maestro chan que era, que el sentido de toda arquitectura es el de organizar el vacío. Esa articulación de la arquitectura alrededor del vacío como elemento dinamizador, y su preponderancia sobre lo bello, me ha hecho pensar de nuevo en la estética y pensamiento chino como horizonte de una nueva ética-estética , anunciada ya, como dice Yann, hace más de treinta años....

24.11.07

estar enfermo o la terraza para elevarse en el vacío

Emei Shan by Chevans
Hace poco un amigo me dijo estar enfermo, aunque sólo fuese de amor. Yo leía el ensayo de Virginia Wolf titulado Estar Enfermo, que Bel me había prestado para mi viaje a Paris, y recordaba, algo emocionada, todas esas largas conversaciones que durante años había mantenido con otro amigo que durante tiempo vivió bajo tan pesado significante. V. Wolf escribe desde su propia experiencia, sus depresiones, desde los largos periodos obligada a guardar cama, a encerrarse en casa, a medicarse, o incluso a verse privada de poder escribir. Nada más empezar lo dice: “cuando las luces de la salud se apagan, emergen países aún sin descubrir"… yermos y desiertos del alma, precipicios y céspedes rociados de brillantes flores, antiguos e inexorables robles, ángeles y arpistas, aguas de la aniquilación…En seguida señala el hecho de que a pocos les interese hablar de estos estados, que se descuiden en el lenguaje y en la literatura. “Ver todo esto a los ojos requeriría la audacia de un domador de leones, una filosofía robusta, una razón enraizada en las entrañas de la tierra” Porque el monstruo del cuerpo y el milagro del dolor, dice, en un batir de alas nos lleva a los arrebatos de la filosofía, el misticismo y la intuición. Hay en la enfermedad además una franqueza infantil. “Cada ser humano alberga un bosque virgen, un campo nevado donde ni siquiera se conoce la huella de un ave. Ahí avanzamos solos y así lo preferimos. ...Cuando hay salud uno ha de hacer semblante, ocuparse de los demás, comunicar, compartir, civilizar…cuando hay enfermedad, dejamos de ser soldados en el ejército de los erguidos; nos convertimos en desertores. Ellos marchan a la batalla. Nosotros yacemos acostados mirando hacia arriba, como hojas muertas sobre el césped, y por primera vez después de muchos años, irresponsables y desentendidos, somos capaces de mirar a nuestro alrededor, para alzar la vista y ver, por ejemplo, el cielo."
De repente Virginia descubre en el cielo algo completamente distinto, una composición de luces y formas, como un gigantesco cinematógrafo proyectando perpetuamente, y se pregunta por qué nadie utiliza todas esa energía para algo.
Sé que seguramente sólo me pase a mi, pero la metáfora del cielo me devuelve a China. Y a un pequeño ensayo de Su Dong Po para celebrar la construcción de una terraza en la ladera de una montaña. Habla de una capital de provincia situada al pie de las montañas del sur. Al lado de éstas se encuentra la más alta Zhongnanshan. El gobierno de este distrito nunca se había fijado en las montañas. Y aunque esto no tuviese ninguna consecuencia política, Su Dongpo nos dice que para entender la naturaleza del mundo, no puede ser de ese modo. Y es por eso, por lo que finalmente se construye una terraza que permita al hombre elevarse en el vacío. Su propio apodo Cuesta del Este podría contener, pienso, esa imagen de una ladera desde la que observar desde las alturas. En la versión de Anne Hélène Suarez de A punto de Partir de Li Bai, el libro acaba con un último poema que evoca también esa visión desde el vacío y la dificultad o la proeza de poder expresar con palabras todo eso…
Escrito al subir a la Terraza Yang
"Los montes se elevan, las aguas se extienden,
Son mil y diez mil los visos de las cosas,
Si no es con ayuda de un pincel experto,
¿Cómo expresaré lo puro y lo grandioso?"
Aunque a lo que apunte el psicoanálisis no sea exactamente a curar, sí que tiene que ver con ese desplegar del cinematógrafo, con la escritura de las mil cosas en la experiencia del sujeto y con poder sostener una escucha que tiene lugar en el vacío

11.11.07

princesas zen

las bellísimas Andrea y Valentina en su casa de Londres el año pasado
Estos días me encuentro autorecluida entre las ocho paredes de mis dos casas, traduciendo varios artículos para un libro sobre el sujeto en el psicoanálisis, sin demasiado tiempo para nada más. Esta imagen de Valentina y Andrea y la sensación de libertad que me produce me hacen compañía y ayudan a sobrellevar lo arduo de la tarea. V. y A. son las hijas gemelas de Deborah y Brian, ella argentina, él irlandés. Desde que nacieron, un caos bastante bien organizado se instaló en la casa donde viven en Londres, creando en el interior de de sus murallas un microcosmos protegido donde las niñas iban vestidas de princesas y zíngaras, jugaban a juegos que ellas inventaban e iban descubriendo a través del cuidadoso relato de sus padres, el mundo de los diez mil seres, los nombres y las cosas. También he alternado el trabajo con algunos de los cuentos zen y haikus recogidos por Henri Brunel, cuyo libro, aunque descansaba sobre mi mesilla de noche desde hace tiempo, nunca había hojeado. Nada espectacular en estos relatos condensados al máximo, como extraños perfumes en diminutos paquetes esmeradamente preparados , pero sí el encuentro con el siempre necesario universo de monjes salvajes, que lloran en funerales de gente desconocida por el hecho de sentirse tan desapegados de todo, que se pirran por los melones, o caminan desnudos en las noches de verano, y que sacan las más sabias conclusiones de la observación de hojas de árboles y bambúes, de la brisa de la mañana que hace revolotear los pelos de la oruga, la paciente escalada de los caracoles, los espantapájaros o las gotas de lluvia al amanecer sobre un banano. Un monje zen se encuentra a otro en el camino . Hablan… uno le cuenta que ha recorrido el país de norte a sur, de este a oeste, y ha visitado miles de templos. El otro le pregunta quién le parece el maestro más grande de todos y el primero le contesta sin dudarlo, Oshibu, el maestro del templo de Edo. El segundo le pregunta qué es lo que le ha aportado. -Llegué a ese maestro sin nada y partí sin nada. El otro asombrado le pregunta por qué se quedó con él -¿Cómo habría sabido, si no, que llegaba sin nada y partía sin nada?
Este cuento se titula Encuentro, y me ha hecho pensar rápidamente en el encuentro con el diván en este mundo de bienes, y en este sujeto precario y liberado sobre el que traduzco, y lo que en psicoanálisis se llama la travesía del fantasma, perfectamente resumido en este sencillo cuento, y que lejos de tratar ningún concepto oscuro ininteligible sigue siendo muy zen

3.11.07

sujeto en tránsito

niños en halloween, photo by Rosehips
Por fin pude leer esta semana el maravilloso librito El arte de Caminar del que ya había escrito y hablado Bel y que quise regalar a mi madre ikebana. Disfruté, como no podía ser de otro modo, de esa invitación tan psicoanalítica y liberadora del paseo de Hazlitt. “caminamos principalmente para sentirnos libres de todos los impedimentos y de todos los inconvenientes, para dejarnos atrás a nosotros mismos, mucho más que para librarnos de otros.” Es en ese momento en que nos quedamos solos, y en esa fusión tan china con la naturaleza, con el paisaje, dejamos que surjan cosas olvidadas, como “ruinas hundidas y tesoros que no toca el sol”. Como el autor yo también prefiero el método sintético sobre el analítico, contentándome con apilar una serie de ideas para examinarlas más adelante, pero dejando antes que floten “como el vello cardo bajo la brisa sin dejar que se enreden en las zarzas y las espinas de una controversia”. El martes acudí a una conferencia sobre poesía china a cargo de un veterano poeta chino. Tu An no se salió del discurso académico pekinés, bastante aburrido por cierto, ni reveló nada singular, pero agradecí que recitara, con sus 84 años cumplidos, los poemas que citaba según la tradición oral cantada y en su dialecto, extremadamente bella, que se está perdiendo. Muuuuuuucho más interesante ha sido descubrir esta mañana un artículo de Manel Ollé publicado en la revista número 28 de la ACEC que tan amorosamente me regaló Cacho de Pan ayer, en una impecable edición con diseño de Bertini y Chapuis. Son varias las revelaciones imprescindibles para cualquiera interesado en la escritura china, pero aún sin haber acabado de reponerme de la quijotesca felicidad, como diría Bel, producida por la lectura, me quedo con dos, que estoy segura deleitarían al maestro Yak Lakhan (- ay, maestro, qué hubiera sido si en vez del cultivado François Cheng, hubieras tenido a Manel Ollé como profesor de lengua y literatura china, estaríamos todos hoy en Pekín!). Ollé parte de la idea de la indeterminación morfosintáctica esencial en la poesía antigua china (ausencia o elipsis de elementos gramaticales, pronombres personales, preposiciones, nexos, modificadores, marcadores y determinantes), que como bien indica, puede concebirse como el correlato del principio estético chino del vacío, dinamizador, activador y constitucional (el vacío que confiere a la rueda su uso, al laud su armonía) del universo, para ir describiendo y analizando algunas de las claves del género poético. Me interesó especialmente lo que dice acerca del efecto de ambigüedad del sujeto, que aparece proyectado en el texto en un estado virtual. Las resonancias entre forma y contenido provocan esta identificación o fusión del sujeto con el paisaje o los elementos de la naturaleza, diluyéndose así la distancia entre sujeto y objeto, y entre objeto y acción. Refiriéndose luego al sujeto-lector, prosigue, “la ambigüedad del discurso no conduce pues a la polisemia que requiere la presencia de un sujeto interpretador sino a la activación de un sujeto en tránsito [sujeto que transita] por el proceso de construcción de sentido que el poema propone de forma germinal
Pero lo esencialmente lacaniano en las conclusiones de Ollé es para mi lo siguiente: la ausencia de abstracción y la voluntad de reproducir los gestos de la naturaleza sitúan a la poesía china en el ámbito de la palabra poética referencial, cuyo enigma “no ha de trascender su significado hacia otra interpretación que no sea la propia de la palabra en su uso directo. Y es en su aparente referencia a la realidad donde radica el efecto más enigmático del discurso literario en el lector: el efecto de lo real [lo Real] que lo subyuga a una realidad exterior inexistente pero que las palabras convocan con la fuerza de creer que son las cosas”
Ahí están en efecto algunas de las claves del descubrimiento lacaniano: el enigma del significante cuyo movimiento no es el de trascender hacia el significado sino el de transitar , como ese sujeto del que habla Ollé, en la cadena que se crea con otros significantes, sin poder llegar nunca a tener acceso a ese Real, convocado por las palabras que creen que son las cosas, pero que sin duda, no logran jamás nombrar.
En fin, sé que me he puesto muy intelectual, pero me tendréis que perdonar, estoy aún borracha de mi lectura matinal. Y yo que lo relaciono y ligo todo a mi manera, me he acordado de estos otros poetas de la realidad y la naturaleza con sus fotos de libélulas, mariposas, montes y árboles Nomès Ploraria y Frikosal!

27.10.07

del amateur y el misterio

Inmortal, de Liang Kai
Con motivo de una bonita reedición hace unos meses de Les Propos sur la peinture du moine Citrouille-Amère, su autor, el escritor y sinólogo belga Pierre Ryckmans (Simon Leys), reflexiona en una entrevista sobre la estética china, que como él dice, constituye ante todo una ética. En ella nos recuerda que la práctica de la poesía, la caligrafía, la música o la pintura en China tenían como principal objeto el establecimiento de la armonía interior, que debía acordarse a su vez con los ritmos del universo. Por lo que su práctica no era compatible con una carrera remunerada. Así, no se concebía que los calígrafos vendieran sus obras (sólo podían darlas, y únicamente a personas que sabían capaces de apreciarlas!), ya que al ponerles precio se rebajaban al nivel del simple artesano. El músico no tocaría más que para sí mismo en el silencio de su retiro, o en presencia de algunos amigos íntimos dignos de compartir los secretos de su sentir, o como ocurre actualmente en China, en la semi-oscuridad de s’hora baixa de los parques. El sonido de la cítara se perdería en una sala de conciertos, dice Leys. El artista debe ser pues un amateur. Eso me recuerda las últimas conversaciones que he tenido con Xavi, músico saxofonista y filósofo amateur de la vida mezclada con el jazz, que escribe y graba estos meses un disco de flamenco. X. se quejaba esta semana de que los músicos escribieran canciones hablando de lo que les pasa a los demás, decía que era una huida para no mirar ni hablar de lo que les pasa a ellos. Y pensé, viendo cómo se iluminaba su mirada, que tenía razón, y me acordé de sus letras de flamenco, que son de lo más bonito que he escuchado en tiempo, y de su grabación de las suites para cello solo de Bach, tocadas con el saxo. Leys nos invita también a pensar en la manera en que se presentan las pinturas chinas, que se montan en rollos de seda o papel. O bien se montan en horizontal, leyéndose sobre una mesa, desenrollándola con una mano y enrollándola con la otra, o bien se suspenden en vertical, pero sólo, precisa, durante su contemplación activa. Parece ser que tener una pintura colgada permanentemente era considerado un hábito bárbaro y una vulgaridad. La elección de una obra para contemplar, una música para escuchar, un poema para leer, responde naturalmente a un impulso del momento, un estado de ánimo, incluso a una estación…También me ha acompañado esta semana el bonito artículo de Vila-Matas en su dietario voluble de los domingos, en el que entre esos dos lugares que parecen tan alejados y contrapuestos, el de la ciencia y las letras, parece encontrar un lugar muy chino donde situarse y hablarnos del misterio de una tarde de tormenta, del lenguaje de las matemáticas que podría acabar siendo también "un lenguaje exclusivamente nuestro y privado con el que garabateamos en los muros de nuestra cueva o modesta universidad de la nada, al norte del bosque de los nombres sin cosas", y el talento de Dalí con sus átomos encantados. Como muchos otros (y pienso en la inspiradora y generosa Mercè Altimir y en el psicoanálisis, por supuesto) confiesa haber querido siempre estar en los dos lados, y le reprocha a la ciencia que se atreva a decirnos que no tiene sentido preguntarnos por la gran unidad, la que en China se articula a través de los 10.000 seres. Así que V-M me devuelve a ese mundo de poetas desterrados e inmortales, que tengo la suerte de poder compartir con Bel, como el personaje de esta pintura de Liang Kai, titulada el Inmortal. La palabra inmortal en chino 仙 está compuesta por dos caracteres, hombre 人 y montaña 山, magníficamente representados en este cuerpo que es a la vez un paisaje

21.10.07

de conversciones y kairos

photo by +gaemetric
Hay conversaciones que no sirven para casi nada, otras en cambio nos acompañan durante tiempo después de haberlas tenido, como un fino hilo tejido alrededor nuestro, que nos sostiene y abriga, sujetando nuestro mundo de otra forma, mucho más humana. Me gusta escuchar la radio mientras trabajo por las mañanas y escuchar conversaciones y entrevistas a científicos, historiadores, escritores que después resuenan el resto del día y se relacionan invisiblemente con lo que me pasa, veo, escucho o leo. Me siento entonces conectada. Mis conversaciones semanales con Bel me permiten muchas veces acabar de tejerlo todo, escuchándola o haciéndole partícipe de lo que me ocupa. Y como en esa imagen que utilizan en meditación, ver pasar los pensamientos como nubes, nos sentamos a ver la increíble puesta de sol desde lo alto de la montaña, mientras a lo lejos, sobre el cielo rosa, nubes y gansos salvajes pasan…Esta semana en el Elle (spécial sexe), había una entrevista bastante bonita a Daniel Pennac que la semana pasada sacaba un libro Chagrin d’école, sobre el fracaso escolar, su trabajo de profesor con esos alumnos que en Francia llaman cancre, (mal estudiante) y que él mismo fue. La palabra en francés viene de crabe, cangrejo, haciendo alusión a los que caminan torcidos, los que no siguen el camino de los demás. Decía cosas preciosas sobre el papel que algunos profesores juega para esos chicos o chicas que se encuentran en peligro, como le pasó a él. “Frente a un adolescente en peligro, comprendían simplemente que había una urgencia. Día tras día estaban ahí sin soltar un solo momento, y acabaron sacándome de ahí. Estos profesores estaban absolutamente presentes en su materia. Mi profesor de matemáticas irradiaba la convicción de que nadie en el mundo podía sentirse ajeno a la felicidad de las matemáticas…” Luego había otra entrevista a Bernard-Henri Lévy sobre otro libro, que acaba de salir, Ce grand cadavre à la renverse en el que reflexiona sobre el estado de la izquierda francesa. La tesis del libro, grosso modo, explica él mismo, es que la izquierda rompió con la tentación totalitaria, versión clásica, el socio-comunismo, pero que en las ruinas que dejó, algo ha aparecido, otra tentación totalitaria, no tanto en la extrema izquierda, sino en la derecha, en la extrema derecha. La izquierda está enferma de la derecha, enferma de su fascinación por la nación y la bandera, de su rechazo de Europa, de su antiamericanismo… dice que a parte de la coyuntura bushiana, el antiamericanismo, muy conectado con el discurso fascista francés, tiene que ver con la rabia, en el fondo racista, contra la idea de una nación concebida hace tres siglos, compuesta por gente de todas partes, sin raíces ni lengua común, sin ni siquiera una memoria compartida. Habla de su apoyo (en absoluto incondicional y lleno de matices) a Ségolène Royal, sacando a la luz puntos bastante interesantes de la campaña, de la misoginia sufrida, también y sobre todo por parte de las mujeres. Ataca el relativismo cultural y hasta dice de Sarkozy, “el primer presidente que se atreve hablar de amor” . De Cécilia dice que es en todo caso alguien interesante. Una “irregular” en el sentido en que Edmonde Charles-Roux lo decía de Coco Chanel. Una mujer que en todo caso parece tener el mérito de no sentirse en ningún sitio totalmente en su lugar…. Finalmente citando a Sartre (un cabrón, un salaud, es el que no siente vergüenza): una humanidad que no siente vergüenza de lo que es capaz de hacer, es una humanidad perdida. Por último una entrevista en Le Point hors série sobre China a Simon Leys sobre la estética-ética china, que me guardo para el próximo post, por ser una joya. Leys acaba de sacar un libro con la traducción y comentarios sobre el Tratado de pintura de el querido Monje Calabaza Amarga. Esta semana traduzco un artículo de un analista francés en que habla del dios griego Kairos, del que por otro lado me habla un amigo en un mail. Habla del dios del instante propicio, concepto absolutamente chino por otro lado, al reflexionar sobre las manifestaciones del sujeto del inconsciente en el trabajo psicoanalítico: ese sujeto que aparece un instante y hay que saber estar ahí para escucharlo, en esa escucha flotante.

18.10.07

freudian episode (part 1)

rodaje de Sex and the City en NY, photo by Baraldi
En un episodio de dawei tv, y su nuevo apartado sexy beijing, la extraordinaria Su Fei entrevista a su propio padre, psicoanalista, a su vez hijo de un psiquiatra judío alemán que tuvo que dejar Alemania e instalarse en el Shanghai de los años 30.
Sigo el trabajo del equipo de danwei tv hace meses, ya colgué un video suyo en un post este verano. Esta vez Su Fei se pregunta, cual carrie bradshaw, por su pasado familiar, y en qué modo la relación con su padre puede haber marcado sus elecciones masculinas. Es el primer capítulo, Freudian Episode, de una serie de dos, todavía no concluida. Bravo Su Fei!

14.10.07

escritura y verdad

photo by Tammy C
En la revista de El País de hoy hay un artículo sobre una película de Abel García Roure, Una cierta verdad, que se estrenará a principios del año que viene. Supe de este rodaje que ha llevado unos dos años por el librero de la calle Berlinés y porque uno de sus principales impulsores es uno de los psicoanalistas y psiquiatras que más admiro por su discurso y compromiso personal con la psicosis. Para mi hubo un antes y un después de conocer a Josep Moya, responsable de Salud Mental del Hospital Parc Taulí de Sabadell, al que tuve la suerte de escuchar en un seminario de Accep Para mi hay dos tipos de psiquiatras, unos los que de verdad lo son, y otros, a los que considero simples impostores. Lo que les diferencia no es su grado de conocimiento médico o psiquiátrico, sino su relación con el concepto de verdad y su compromiso en relación a esto. Fue un psiquiatra, Jacques Lacan, el que explicó, a mi modo de ver, perfectamente la experiencia de una psicosis: Lo que está en juego no es la realidad, el sujeto admite que esos fenómenos son de un orden distinto a lo real, sabe bien que su realidad no está asegurada, incluso admite hasta cierto punto su irrealidad. Pero a diferencia del sujeto normal para quien la realidad está bien ubicada, él tiene una certeza: que lo que está en juego –desde la alucinación hasta la interpretación – le concierne (seminario sobre la Psicosis) El mito, dirá más tarde, que se presenta como un relato, utiliza la ficción correctamente estructurada, para transmitir la propia verdad. Yann me explicaba esta semana que el grupo de analistas con los que trabaja en París van a hacer unos talleres con la escritora Marie Darrieussecq que ha trabajado extensamente el tema de la autoficción. Trabajan con las transcripciones de presentaciones de enfermos, algunos de ellos de Pekín, escritos como un relato, una ficción, como diálogos, intentando escuchar lo que de esa clínica se puede transmitir, en vez de hacerlo como casos clínicos donde el analista intenta construir desde el principio el caso de manual con los diagnósticos y la elaboración teórica.

la llorona

vídeo de la bella Lila Downs

(sé que nada tiene que ver con china ni el psicoanálisis pero en la Festa del Ginjoler escuchamos a A.Vilallonga cuya versión de esta canción mejicana escuché hace años. Las voces, los muertos, las reflexiones de estos días de Bel, hacen que no me la saque de la cabeza. Aviso, el video es super kitch.)

13.10.07

la pensée en chine aujourd'hui

little ikebana by amaoto
Por fin, y por sólo 8 euros en Francia, ha aparecido un libro necesario e imprescindible, largamente esperado por la que desde aquí escribe, La pensée en Chine aujourd'hui, que viene a actualizar los falsos mitos y teorías obsoletas de épocas pasadas sobre el pensamiento chino de hoy. Bajo la dirección de Anne Cheng, autora del conocido Historia del Pensamiento Chino, editado en castellano por Ed Bellaterra, el libro, que recoge artículos de diversos autores, tiene como principal objetivo el desmitificar las vías por las que el público occidental de hoy accede a la cultura china: escritura, política, confucianismo, filosofía, medicina, religiones… Eficaz antídoto contra los discursos perniciosos que aún hoy insisten en la idea de una china eterna y milenaria, representante de la alteridad por excelencia, sometida a una tradición despótica y aislada durante siglos, inmovilista e incomprensible, con una estructura lingüística y por lo tanto intelectual negada para el pensamiento científico, y cuyos parámetros, siempre otros, no nos sirven más que de excusa para seguir masturbándonos el ombligo (perdonen la ordinariez)

En el momento en que las tesis de Huntington sobre el choque de civilizaciones encuentran un fuerte eco en la actualidad geopolítica y mediática, nos ha parecido urgente acabar no sólo con el orientalismo sino aún más fundamentalmente con el binarismo, esta tendencia a construir una realidad en oposición (oriente/occidente, china/Grecia, etc) tanto más seductora y satisfactoria en cuanto fomenta una propensión natural a la simetría como al retorno narcisista a sí mismo”

Olé, Anne Cheng.
Como denunciaba hace ya más de 30 años Edward Said, el orientalismo aborda una realidad humana heterogénea, dinámica y compleja a partir de un punto de vista esencialmente desprovisto de sentido crítico, presuponiendo una realidad oriental permanente y una esencia occidental no menos permanente, que contempla Oriente de lejos, y por qué no, desde arriba.
Yo no he podido dejar de pensar en Frankfurt releyendo a Said hablar sobre el reflejo del “nosotros” y “los otros”. La identidad humana no es ni natural ni estable, sino que resulta de una construcción intelectual, cuando no es inventada de arriba abajo. Esa identidad con las que mis vecinos se rasgan las vestiduras esta última semana., sin embargo, no ha conseguido absoberme lo suficiente y me he quedado enganchada con las discusiones del caballo blanco, aunque eso me haya obligado a retroceder por momentos a las primeras misiones jesuitas en China. Explica el sabio Jacques Gernet en su capítulo titulado, La Modernidad de Wang Fuzhi, cómo Mateo Ricci en 1609, durante la redacción de su libro escrito en chino, El verdadero Sentido del Maestro del Cielo, echa mano de todo el arsenal de la escolástica medieval para convencer y enseñar a los chinos a razonar como dios manda. Retoma la famosa discusión del caballo blanco de Gongsun Long para aleccionar a los bárbaros de la diferencia tan fundamental para occidente entre la sustancia (el caballo) y el blanco (el accidente). Ignoraba, explica Gernet, dos hechos por los que sus lectores chinos lo juzgaron incomprensible: primero que la distinción entre sustancia y accidente, elemental para un europeo de su época, reproducía la distinción entre substantivo y adjetivo, que carecía de sentido en una lengua donde tales categorías dependían del contexto de la frase. Y luego que el razonamiento por exclusión y distinciones radicales al que Ricci apelaba, era completamente ajeno para los chinos. El chino carece de prefijos privativos y privilegia en sus razonamientos, como en su prosa y poesía, los términos que se acuerdan, se oponen si excluirse. Como señalaba esta mañana en el café Monsieur Chapuis, ése es parte del trabajo que todo lacaniano ha de hacer, y que tal vez a los chinos les acabe resultando más natural. Más adelante Gernet explica que si en China no se encuentran sistemas filosóficos tal y como aquí los definimos, es porque para nosotros éstos se basan y definen en base a clasificaciones y oposiciones absolutos. A partir de ahí nos introduce al pensamiento de Wang Fuzhi, racionalista convencido, que combatió sin dudar toda concepción mística (budista y taoísta principalmente) que puediera desligarse del universo del que, consideraba, somos inseparables.
En fin, yo estoy tout au début du livre, pero estas apenas 390 páginas en edición de bolsillo prometen. A propósito de lo que explicaba en el post previo sobre la facilidad de los chinos para las matemáticas, el último capítulo lo dedica Karine Chemla, a rebatir las teorías de los años 20 de Marcel Granet, todavía considerado como una autoridad en círculos de sinólogos, que sostienen que la estructura de la lengua china sería un obstáculo para el desarrollo del pensamiento científico en esa cultura. Chemla acude a textos matemáticos antiguos para demostrar además posibles nuevas interpretaciones de la práctica matemática en general.

9.10.07

psychanalyse en chine à paris

Au Musee Guimet by gonzo
Je sens je fais partie de cette ville traversée par l’eau qui coule, construite autour des ponts dorés et des pierres claires, peuplée de vieux arbres et cafés ouverts à travers la transparence de ses galléries vitrées, derrière lesquelles les amants se caressent. Me sentía como esos extraterrestres que lejos de su planeta, encontraban de repente una fuente a la que enchufarse y recargar sus baterías, su energía y su consistencia luminosa. París bien vale un paseo…Coté psychanalyse fue intenso e interesante. Pude escuchar a analistas chinos hablar de sus análisis y su trabajo, de sus problemas de traducción y proyectos lacanianos, del posible presente y futuro de este discurso descentralizador en el país del centro por antonomasia. Además de las cosas que ya conocía me sorprendió volver a encontrarme con esos jóvenes que ajenos a los relatos exotéricos de los de aquí y los de allá, se sienten capaces de apostar por algo que no ha de ser de unos o de de otros, sino de una práctica que no se debe más que a quien la practica y desea ir hasta el fondo de su experiencia. También hubo algo que me explicó Yann a raíz de sus viajes a Pekín y Chengdu con Rainier Lanselle. Parece ser que durante unas sesiones de trabajo se hacía difícil la transmisión de algunos conceptos freudianos. Era el caso de la forclusión, el significante que ha sido rechazado en el interior, regresa desde el exterior, lo real. A los psiquiatras y estudiantes chinos les costaba entenderlo hasta que uno de ellos se levantó y dijo dirigiéndose a los demás. Claro, es como la botella de klein, concepto topológico de difícil comprensión para cualquier estudiante de psicología, o psicoanálisis. Los colegas franceses se dieron cuenta de que a través de las matemáticas, muchos conceptos que Lacan (La Khan) había desarrollado gracias a la topología, serían fácil y rápidamente asimilados y se preguntaron si no llegarían a ser los chinos los que dieran una nueva vuelta de tuerca a conceptos tan importantes en la articulación teórico-clínica. Me impresionó R. Lanselle, sinólogo y psicoanalista, que por su dominio de la lengua y textos chinos es una de las piedras angulares de la asociación. Publicó hace unos años un singular ensayo Le sujet derrière la muraille alrededor de la cuestión del sujeto que no llega a poder decirse plenamente como tal a causa de la existencia de dos lenguas, una clásica escrita altamente codificada y otra oral y vulgar, de aparición tardía en la literatura. Su trabajo al estar tan anclado en la literatura me hizo pensar en Manel Ollé, del que por cierto me acordé en mi visita dominguera al extraordinario Musée Guimet: entre las porcelanas chinas encontré algunas piezas que provenían de galeones como el San José o el San Diego que realizaban rutas como la de Manila-Acapulco. Impresionante colección y museo. Además en uno de los costados de la calle se encuentra el Panteón Budista, acompañado de un pequeño jardín zen japonés con sus ginkos, piedras y agua tranquila.

3.10.07

entre parís y birmania una mariposa blanca

photo by Eric Lafforgue
Entre París y París un par de noches en Barcelona. Pienso en Birmania y me horrorizo al saber de la impunidad que llena sus calles, en el aislamiento que sufre esa gente. Agradezco como siempre las noticias y el análisis temperado e inteligente de Rafael Poch. Me gustó algo que apuntaba en la vanguardia del lunes: las optimistas expectativas occidentales en materia de cambio de régimen no siempre se cumplen. En Iraq sin ir más lejos parecía que no había nada peor ni más desastroso que Sadam Hussein. Food for thought, que dicen lo ingleses.. La idea de que los problemas de Birmania se reducen a su odiosa junta es simplista….. La verdadera discusión es sobre si hay alguna esperanza de renovación en las nuevas generaciones….De poco ha servido los treinta años de sanciones occidentales, que ninguno de sus vecinos orientales apoyaba. Pero no sólo Birmania, , Poch está siguiendo en su imprescindible crónica la cumbre coreana y sus negociaciones con USA, señalando una posible alianza del régimen de Pyongyang con Estados Unidos para hacer frente a la creciente influencia de China! Todo ello acompañado como viene siendo habitual de un impecable análisis histórico. Podría estar leyendo a Poch durante días , pero me voy, como parece que ya se fue CachodePan. Mi personal homenaje a Birmania y Corea(s), al sueño de Zhuangzi, un tanto metafórico y flamenco:

26.9.07

a quién lo decimos (2)

monasterio en Myanmar by Eric Lafforgue
he seguido soñando con Bourne y con su enigma, que me ha llevado hasta mafalda. O más concretamente, a Guille. Dicen que desde que nacemos nos preguntamos qué quiere el Otro de nosotros, y desde ese lugar del Otro, interrogamos como sujeto. Creyendo que el poder hacernos con ese saber sobre el deseo del otro sobre mí, y el deseo del otro en general, fuera a aportar alguna clave esencial que nos permitiera existir, darnos por fin una consistencia. Según los analistas, sin embargo, esa pregunta queda sin respuesta, y descubrimos que el Otro está también incompleto, obligándonos a lo largo de un análisis a transformar el “me pregunto qué soy yo para ti” en “me pregunto qué eres tú para mí” El lugar de Otro, en cualquier caso, seguirá siendo un lugar bastante mágico y fructífero que no conviene agotar ni acabar de colmar.
Me sorprendía el otro día buscando los orígenes del carácter chino que sirve para designar lo que es exterior, lo que está afuera, extranjero wai 外. Está compuesto por el radical de noche, crepúsculo 夕 y el de adivinación 卜, pudiendo hacer referencia a que la adivinación se hacía en la noche en el exterior o incluso refiriéndose a la superficie exterior del caparazón de las tortugas que se utilizaba para hacer adivinación. En cualquier caso y sin haber acabado de sacar muchas conclusiones me gustó descubrir el carácter de lectura adivinatoria, tan importante en la cultura antigua china, responsable del nacimiento de la propia escritura, en la palabra que sirve para designar lo que es exterior, como si anunciase de alguna manera ese lugar tan importante del Otro fuera del yo, desde el que ir planteando preguntas y escuchando respuestas. Pues como decía Yak la Khan, no se trata sólo de hablar, sino de hablarle a alguien.
Me marcho a París, el viernes hay la proyección de una película de Henri Iselin sobre la recepción del psicoanálisis en China, titulada Transfert. A ver de qué hablarán los caparazones de las tortugas....

agujerito

18.9.07

acertar o no

El carácter zhi 知, conocimiento, está compuesto por el dibujo de una flecha 矢 y una boca 口, con la idea de dar en el blanco, de acertar en un gesto, un movimiento, una dirección o una palabra. Pedro Ceinos en su manual de caracteres chinos nos ofrece además esta explicación mnemotécnica: la boca del que conoce es tan certera como una flecha. O citando a Anne Cheng directamente, en el capítulo sobre Zhuang Zi : “conocer en chino antiguo implica menos la idea de un contenido, verdadero o falso, que la de una aptitud que permite acertar o no. Saber sería más un "saber cómo" que un "saber qué" Lo que se plantea no es qué podemos conocer sino ¿cómo conocemos?, ¿qué validez tiene nuestro conocimiento?”

16.9.07

meditation room

photo by azukibean
Una semana más sin Internet, no sé cómo sobrevivo a esta rentrée… menos mal que la semana pasada llegó el spécial ELLE francés, reconfortando un poco tanto vacío. Además de desvelar casi todos los secretos del glamour del invierno que llega, los libros recién publicados, y una entrevista que me gustó mucho a Marina Litvinovitch (“enemiga íntima de Poutin”, joven ex colaboradora del presidente ruso que después de haber trabajado durante años como consejera en el Kremlin ha pasado a formar parte de la oposición, como portavoz además de Garry Kasparov) había un artículo dedicado a la decoración de las consultas de los psicoanalistas (no voy a perder el tiempo explicando las diferencias de la prensa femenina francesa y española, pero ¿alguien se atrevería a imaginar algo así en ejpaña?) donde un arquitecto de interiores analizaba cada cabinet y el correspondiente psicoanalista parisino explicaba brevemente el por qué de sus objetos, muebles y organización espacial. He de confesar mi debilidad no exenta de fetichismo por esos lugares “sagrados” Ya antes de descubrir la consulta que acoge mis palabras cada semana en el barrio alto de Barcelona, y que sin lugar a dudas prefiero por las mañanas cuando la luz del sol entra de lleno aclarando todos los rincones, resaltando la claridad de las escayolas y las paredes, me había tocado dormir en ocasiones en la consulta de mi amiga psicoanalista M. que, estando yo de visita en su casa, desmontaba un precioso sillón chino y colocaba en el centro sobre la alfombra de su elegante despacho, una cama oriental en la que me parecía inevitable poder conectar con el inconsciente. Esa consulta tiene la elegancia de los despachos parisinos, objetos y carteles cuidadosamente elegidos, tapicería exquisita, un generoso y amplio diván, y esa armonía que sin duda favorece la escucha, la intimidad, y un cierto recogimiento. Fue también en su casa donde descubrí un libro fascinante de fotografías de las consultas de psicoanalistas en París, con una parte dedicada a los divanes, otra a los objetos y libros, otra a los espacios y perspectivas generales, todo un viaje en el que se evocan historias, personajes, lecturas, lugares lejanos, pasiones, y singularidades compartibles. Esa misma semana estaba leyendo los relatos de Natalia Ginzburg que me había pasado Bel. Había uno titulado La mia psicanalisi en el que habla de un análisis que duró un tiempo con un analista junguiano en Roma. No sé en qué año debía ser pero explica que la recibía siempre sentado frente a una mesa. Cada día sobre la mesa había un vaso de agua con un cubito de hielo y una corteza de limón preparado para ella. Lo curioso es que en aquella época, que debía ser la posguerra, nadie tenía frigoríficos en Roma, y para tener hielo había que traerlo de la lechería y romperlo con un martillo, por lo que el cómo hacía el doctor B. para procurarse diariamente el hielo fue un misterio que dejó siempre sin resolver. En los relatos de la Ginzburg su particular mirada sobre las cosas hace que la mirada del lector se transforme a su vez y adquiera un ritmo diferente y ralentizado que, como escribía hace unos días sobre el libro de Ollé, nos ofrece espacios para que se desplieguen los recuerdos y voces propias, completando las imágenes y ambientes con reflejos interiores. Como los reflejos de aquellos objetos lacados y las pantallas de papel de arroz en las casas japonesas del librito de Tanizaki, el elogio de la sombra,- “los orientales-dice- creamos belleza haciendo nacer sombras en lugares que en sí mismos son insignificantes. Creo que lo bello no es una sustancia en sí, sino tan sólo un dibujo de sombras. Leer a Lacan (que desde ahora podríamos llamar, gracias al ingenio oral de Cacho de Pan que me hace tan feliz, Yak La Khan ) me ayudó a ratificar la intuición que siempre tuve acerca de la importancia de las relaciones especualres no sólo con personas, sino con objetos y lugares. Y todo lo que tiene lugar en ese terreno pantanosos que aparece entre el reconocimiento, la identificación, la proyección, investimiento e introyección. No sólo con su estadio del espejo como proceso formador de la función del yo a partir de la imagen del otro semejante, sino ya todo lo que se articula alrededor de la función de lo imaginario, del fantasma y su función anudadora del sujeto con la realidad. Está claro que en mi relación con china hay algo de todo eso, china como un significante que intento desvelar una y otra vez. Porque como dice el maestro La Khan , si se quiere hacer un trabajo verdaderamente analítico, verdaderamente freudiano, hay que hacer la distinción entre el significante y el significado, y saber que ningún significante equivale a un significado único.” El hombre es hombre porque se enfrenta con problemas que son propiamente problemas de significantes”, éstos introducen en su mundo un sentido nuevo, y a través del símbolo cruzan el curso de las cosas para darles otro sentido. El significante no reproduce las situaciones, sino que las transforma, las recrea.
Después del libro de la semana pasada me he hecho hace unos días con el apetecible estudio del mismo Manel Ollé, La Empresa de China, sobre la empresa española que tras la conquista de Filipinas, soñó a modo de espejismo, con la conquista de China a finales del siglo XVI. El libro, dice Ollé en el prólogo, trata de aquella quimera, pero también de cómo era la china a la que querían acceder los españoles, la que imaginaban, de las circunstancias que determinaban las relaciones en esa zona entre portugueses, piratas, conquistadores y los gobiernos de la dinastía Ming, así como los debates jurídico-teológicos que se suscitaron sobre la legitimidad de la conquista. El relato de Ollé me ha hecho pensar en los delirios y espejismo de las noticias de hoy en La Vanguardia: ese Louvre diseñado por Jean Nouvel en el desierto de Abu Dabi, o las ciudades ecológicas que diseñan a pocos kilómetros de Beijing. Mientras preparo mi viaje de dentro de unos días a parís para la reunión anual de Psychanalyse en Chine donde se discutirá sobre esta im-posibildad que se va haciendo posible y esta tarde celebraremos la supervivencia de nuestro jinjoler

9.9.07

rascacielos horizontales en la china de hoy

photo by MayaEvening
Estos días he estado leyendo Made in China de Manel Ollé. Con algunas claras excepciones, los textos que tratan sobre aspectos generales o sociales de la china contemporánea me suelen aburrir y me molesta que sus análisis sean en muchas ocasiones oportunistas y distorsionados, falaces de tan esquemáticos, simplificadores, parciales y a menudo ineficaces. Como decía Amelie Nothomb en Sabotaje Amoroso, China produce el extraño efecto a los que la visitan de querer escribir sobre ella, aunque no la conozcan, y las librerías están llenas de malentendidos y visiones bastante superficiales de una realidad compleja y llena de espejismos. En este sentido el libro de Ollé, que plantea un análisis político socio cultural desde el advenimiento del Partido Comunista hasta nuestros días, es una joya. Yo empecé directamente por la última de las tres partes, dedicada a la cultura, el cine y sobre todo literatura, con un exhaustivo recorrido por autores chinos y sus obras, los continentales, en el exilio, en la diaspora, situándolos en su contexto histórico, que se revela imprescindible para entender bien el resto. Además de inspirado historiador Ollé es un excelente crítico literario, y toda esa parte, llena de anécdotas y datos, se lee con verdadero placer, así que hipnotizada por el viaje seguí con toda la parte más social e histórica. El libro es por un lado el antídoto perfecto contra los tópicos pesantes y absurdos que contaminan los discursos actuales sobre china, demostrándonos que hay otros caminos mentales para hacer frente a la realidad, con razonamientos como “Se trata en realidad de un falso dilema, un dilema que asume falazmente que una cosa necesariamente conlleva a la otra. O que el único camino posible es el trazado” Por el otro es una magnífica invitación a reflexionar sobre conceptos como el de identidad, e identificación, nacionalismo, o revisión histórica para permitirnos escribir el presente desde una perspectiva más libre y eficaz. Invita a encarar el “relato épico” chino para no sólo recordar la magnitud de su aportación cultural, sino también aprovecharla si somos capaces de dialogar con ella. En el espacio interlineal de Ollé se abre otro espacio generoso, el creado para el lector, que puede ir avanzando por sí mismo, llegando a y elaborando sus propias conclusiones y paisajes “Cuando se contemplan los hechos históricos sin hacer ascos a la complejidad de dinámicas, factores y procesos que concurren en ellos, se revela lo falaz y simplificador que llega a ser la modelización unívoca del devenir histórico, en una concepción mecanicista y causal, donde –a posteriori-siempre es posible aislar un factor determinante que lo explica todo.” Desde la exposición de los antecedentes que desembocaron en Tianamen del 89, a breves reflexiones sobre el papel de la religión , de su organización social burocratizada, la necesidad tradicional de dividirla siempre en dos esferas, cielo y tierra en un inicio, ahora bajo la forma de “régimen socialista de mercado” de futuro incierto, hasta las propias claves de la invención de la nación china: “tradicionalmente los chinos se habían identificado como una comunidad histórica, una constelación de clanes con fuertes vínculos culturales de lealtad, una escritura, una familia de lenguas orales emparentadas, un calendario y algunos rasgos rituales compartidos, un canon de clásicos, una batería de valores morales y unas instituciones milenarias en común. El nacionalismo chino del siglo XX ha reconvertido esta pauta de identificación histórica y culturalista en un concepto étnico, racial, de nación, que se define por supresión de diferencias internas y por distinción frente a minorías externas . Y por qué no, respecto a las potencias extranjeras. (...) El nuevo nacionalismo bucea en la memoria inconsciente y emotiva de la nación, selecciona aquellos rasgos que le son útiles y reescribe en función de los intereses de la construcción estatal una narración nacional, un relato unívoco y sin fisuras.” Explica de maravilla las reticencias del pensamiento neotradiconal chino a un sistema multipartidista democrático, percibido ahí como una forma estúpida, atrasada, burda e ineficaz de resolver las tensiones de la sociedad, y desvela las claves históricas de su relación con otros territorios como Tibet, Xinjiang, Hong Kong, Macao o Taiwán. Al respecto, explica la anécdota del poeta, Yang Lian, que escribió un ensayo desde el exilio titulado Poeta sin nación, en el que decía no proceder de una patria o tradición sino de su poesía: “mi sinidad depende de que yo la redescubra y la vuelva escoger”. Y añade Manel: China es así un lugar privado que existe en su propia poesía. El énfasis está en el sujeto individual, no el determinismo nacional.
Siendo la cultura china tan esencialmente confuciana, donde la figura del padre familiar, político, social sigue ordenándolo casi todo, no he podido dejar de acordarme de la reflexión que hace Lacan para explicarnos la relación del niño con su padre. Lacan nos explica que el niño se relaciona sobretodo con el padre imaginario, con el que se encuentra en toda la dialéctica de la identificación, idealización, y agresividad. El padre real es, al contrario, muy difícil de ser captado, debido a la interposición de los fantasmas y la necesidad de la relación simbólica (relación de parentesco, etc) Lacan dice a continuación que es lo mismo que nos ocurre a nosotros, Si hay algo en la base de la experiencia analítica en su conjunto- afirma- es que tenemos enormes dificultades para captar lo más real de todo lo que nos rodea, es decir los seres humanos tales como son. Por eso hay que saber aprovechar de espacios generosos como el de M. Ollé, que nos permitan ir elaborando el propio relato, esquivando las trampas.