28.2.08

la transparencia

Fotografía de Albert Buendía
Me voy de nuevo a París cuatro días. Llevo puesto mi traje de princesa de gasa transparente que aparece en esta espectacular imagen cedida por Nomesploraria. Su libélula no se me iba de la cabeza esta semana, la veía cada vez me me miraba en un espejo, y hasta la he rencontrado en un bonito libro para niños que me regaló M. hace unas semanas, con unos textos excelentes e ilustraciones ensoñadas de princesas olvidadas, escondidas, desconocidas y ocultas, que me ha encantado descubrir. No todas son felices, ni bellas, ni buenas, ni perfectas, pero cada una a su manera ocupa un lugar privilegiado en su mundo, su reino o su historia.
Hasta la vuelta, y que los vientos nos sean favorables!

23.2.08

a veces no hay palabras para decir

Morning exercise, creative hugging, performances by the Gao Brothers
Esta tarde Albértigo y yo nos hemos escapado a las 5 0’clock a la Fundación Miró a ver la expo Rojo a parte que inauguraron hace un par de días de la colección Sigg de arte contemporáneo chino. Yo no esperaba mucho, pero estaba enyorada, y me valía casi cualquier input chino, (por otro lado, siempre agradezco y disfruto la visita a ese lugar mágico que es el edificio de Sert) Me he llevado una magnifica sorpresa, la colección está compuesta por obras distintas y de artistas muy importantes, y logra articular, a distinción de lo que pasa a menudo en otras exposiciones, una cierta dramaturgia de lo que ha ido desarrollando el arte chino estos últimos años. Me ha ocurrido que, incluso obras que conocía de haberlas visto en numerosas ocasiones, vistas así, dentro de este marco discursivo, se me han aparecido portadoras de mucho más sentido. Ha sido el caso de la obra del conocidísimo Yue Min Jun, con esas figuras repetidas, estandarizadas, todos iguales, todos riendo con los ojos cerrados, que hasta hoy, creo, nunca me había gustado. O incluso esa serie fotográfica de Zhang Huan, del que ya había hablado aquí, en el que en una cara completamente embadurnada de negro va apareciendo poco a poco la piel desnuda por debajo y la mancha negra, vaciándose, convirtiéndose en una escritura de signos chinos. El individuo apareciendo a medida que la masa de tinta se transforma en palabras. Faltan muchos artistas que me gustan, muchos, pero ha sido bonito encontrar también las fotos en blanco y negro de Wang Ningde, en las que aparecen escenas nostálgicas de gente en situaciones cotidianas del pasado, pero dormida y con los ojos cerrados. Numerosos guiños pop, obras sobre la escritura, la memoria, (por cierto, están las fotos de la performance de Song Dong de la que hablaba esta semana! sin tener yo ni idea de que se encontraban en esta exposición). Hay una obra especialmente freudiana, de una artista, Hu Xiao Yuan, traducida aquí como “Un recuerdo del que no puede desprenderme” del 2005, compuesta por varios soportes de bordado sobre seda, con bordados hechos con pelo con formas de flores, partes del cuerpo, pájaros, fragmentos, imágenes íntimas… reales fragmentos de sueños. También me ha gustado un óleo feucho titulado Mente, el lienzo estaba todo pintado de negro, sobre él se distinguían algunos caracteres caligrafiados en un tono grisáceo, y por encima con un acrílico aún más negro, basto y muy grueso unos trazos que intentaban ser escritura…
Esta mañana pensaba, escuchando a unos psicoanalistas, en todos esos momentos en que nos faltan las palabras, cuando el sujeto aún necesita de su tiempo, antes de poder nombrar algo de su deseo, de su dolor, de lo que le pasa, le preocupa o lo que siente. Y de cómo, afortunadamente, vivimos en un mundo de palabras y de signos, de imágenes, de personas y relaciones, y que cuando uno no puede decir algo, a veces sí puede vestirse con las palabras de los otros, leerlas, habitarlas, sentirse acogido por ellas, agradecido. En un libro maravilloso y raro, La locura Wittgestein, la autora decía que a veces uno no dispone del órgano con el que sentir ese dolor insoportable o indecible, y que entonces uno también puede sufrir a través de los muebles de su habitación, de otras cosas… es una imagen que evoca tal vez la fragmentación de la locura, con la que, sin embargo, no me es difícil identificarme. A veces uno no consigue decirlo, pero sí puede reconocerse, relacionarse, estar conectado y entender, aunque sólo sea al otro, y a partir de ahí, encontrar el camino de vuelta a casa...

17.2.08

Song Dong


foto de Leaking, Beijing, 1995 by Song Dong
Song Dong 宋冬 nació en Pekín en 1966. Cuando era pequeño su padre fue acusado de contrarrevolucionario y enviado a trabajar en el campo en la provincia de Hubei. Cuando la familia pudo ir a reunirse con él, Song Dong se negó a ir al parvulario y pasaba los días en casa con su madre, dibujando tranquilamente. De vuelta en Pekín y después conseguir pasar los exámenes del colegio ingresó en 1985 en la Capital Normal University para estudiar Bellas Artes. Se graduó en 1989 y desde entonces ha desarrollado su obra a través del a fotografía, la instalación, el vídeo y la performance. Su trabajo constituye una reflexión sobre la fugacidad, la percepción, la memoria, y lo efímero de la existencia. La primera obra que vi de Song Dong, Leaking de 1995, la que más me impresionó, no es, sin duda, ni la más interesante ni la más espectacular, pero para mi sigue siendo de las más especiales. Entre sus piezas más conocidas está toda la serie de Diario escrito con agua (1995), Escribiendo el tiempo con agua (2000), Imprimiendo sobre el agua (1996) o incluso aquellas dos acciones en la plaza Tianamen, Respirando (1996), o Salto (1999). En Respirando Song Dong permaneció estirado boca abajo durante 40 minutos en la plaza, a menos 9º de temperatura, formando con su aliento una capa de hielo que permaneció ahí durante horas, y desapareció a la mañana siguiente sin dejar huella alguna.. Ya aquí ponía en juego al relación antagónica entre el cemento de ese lugar con tantas connotaciones políticas y de poder y la respiración y el agua como elemento efímero y volátil. Esa acción la volvió a repetir en el lago helado de Hou Hai, en el corazón del viejo Pekín popular; a diferencia de lo que había sucedido en el cemento, esta vez su respiración no tuvo ningún efecto, el hielo siguió siendo hielo y el agua helada absorbió su respiración en una especie de existencia única y armoniosa. En Imprimiendo sobre el agua, realizó una serie de 36 fotografías de la acción realizada en el río Lhasa sagrado tibetano, sobre el que estampaba un sello de madera grabado con el carácter de agua, intentando crear una conexión entre lo sagrado y la existencia privada y secular. En Diario escrito con Agua o Escribiendo el tiempo con agua, Song vuelve a reincidir sobre esta idea de la memoria, de la fugacidad, del paso del tiempo, la escritura y la participación del cuerpo. En el 2005 presentó el vídeo Espejo Roto, en que el artista destroza imágenes reflejadas en un espejo, descubriendo otras que quedan escondidas detrás. En los últimos años Song Dong ha viajado y expuesto en el extranjero, pero en los noventa, estos artistas, ignorados por galeristas e instituciones se vieron obligados a exponer su obra en sus casas, dando lugar a lo que el crítico Gao Minglu llamó Arte de Apartamento (公寓艺术 gonyu yishu).
En China existen ahora grandes y bellos espacios donde florecen artistas, exposiciones y publicaciones de todo tipo, y un creciente mercado del arte que parece no tocar techo. Pero yo sigo dudando de que lo más interesante ocurra ahí, y desconfío de tales escaparates. Vuelvo a mi obra fetiche, mi pequeña Leaking, en que de forma irónica Song dong colgó de un muro que rodeaba y protegía una casa oficial del gobierno bolsas de tejido de algodón llenas de agua, de las cualas iba filtrándose y goteando el agua.

13.2.08

un pájaro volando, 不

photo by Oliveryck
Mi resaca no-fálica de esta semana llena de exceso de dudas, faltas, semana demasiado no-toda, sujeto multi-dividido, multibarrado, me hizo pensar en otro caracter chino que me gusta mucho. Es el carácter que sirve para decir “no”, no es, no quiero, no es esto, no puedo….se pronuncia bú y se escribe así 不 y proviene del dibujo de un pájaro que ha salido volando… que se esfumó desplegando sus alas. Hay otro carácter, muy antiguo, wu, 无 que se sigue utilizando mucho, su etimología, su pictograma proviene del dibujo de un bailarín adornado No sé cuál es la relación entre el bailarín y el “no”, tal vez ese espacio vació que queda en el centro de la danza, como el espacio vacío una vez el pájaro ha volado, (curiosamente para decir “no hay” se utiliza un tercer signo de negación, que es mei 没, y proviene del dibujo de una mano que se sumerge en el agua para atrapar algo que ha desaparecido)
Como soy un bebé analfabeto en teoría psicoanalítica, los conceptos más que manejarlos con soltura, los balbuceo, y se me escapan al bailarlos, salen volando. Del falo apenas sé mucho más que su brillo. Pero como leo a Lacan, porque quiero y porque tengo derecho, pues me lo encuentro aquí y allá, el dichoso concepto, y al final, quiera que no, es cierto que acaba ordenando todo el resto. Leer el seminario 18 es como leer chino, comprendo cosas sueltas y apenas las logro hilvanar, me siento feliz. En él habla del yin 阴y del yang,阳 de esos dos conceptos femenino y masculino que parecen explicar una relación de polaridad como modelo dinamizador del universo, para decir que esa explicación de la realidad es insuficiente. Y es que nunca me cansaré de señalar cómo Lacan entendió, mucho mejor que los descubridores de oriente, lo chino. Lacan explica ahí que la novedad que aporta el discurso analítico es precisamente una nueva certeza (muy china): “es imposible –“intenable” dice él en francés- quedarse, contentarse con esa dualidad como explicación de lo que tiene lugar bajo el cielo, esta dualidad es ciertamente insuficiente. La relación sexual es imposible, la completud es imposible, y lo que viene a marcar esa imposibilidad es el falo, ese agujero, significante de lo que nos falta a todos, y nos falta siempre, ese pájaro que se está yendo, siempre, volando… el falo es lo que hace obstáculo a esta relación que nunca será completa, ni complementaria, ni totalmente satisfactoria. Los chinos lo sabían desde tiempos remotos, y nunca pensaron que el yin y yang apuntara hacia la completud, sino en todo caso, hacia la danza.

8.2.08

ratita no-toda

photo y ratita Rita by Ola75smith
Hace algunos años superé mi desconfianza a los aforismos con aquel librito inteligente y sereno de Jorge Wagensberg, Si la naturaleza es la respuesta, ¿cuál era la pregunta?. Gracias a él, incluso aprendí a leer con menos prejuicios a Confucio o Laozi, en tiempos posteriores. Algunos de aquellos aforismos wangersbergianos marcaron una época, viajes y rumbos exentos de brújula: la felicidad requiere que el futuro sea incierto…. Pero J.W. no era ningún esotérico, al revés lo descubrí muy lacaniano: “la libertad es la capacidad para pensar los propios límites”, o “Modernidad: volver a caer en la cuenta de que todo es re-pensable”. Y no recuerdo si acababa o comenzaba con un “Que la incertidumbre os sea favorable…” Creo que aquella incertidumbre lo fue, favorable. Pero hay épocas, hay épocas en que la incertidumbre, directamente, me desborda. O tal vez me desborde otra cosa que no sé identificar. Desearía entonces poder empezar a resolver algunos enigmas, despejar algunas incógnitas… pasito a pasito. Como es habitual, mis respuestas las busco en lo chino, que nada responde sino es a medias o en el psicoanálisis, que me devuelve mi propia pregunta. En las lenguas europeas la palabra que usamos para pensar la circunstancia lleva en sí esa idea de algo que está a nuestro alrededor, que se sitúa alrededor ¿alrededor de quién?- cabe preguntarse. Alrededor de quien piensa, quien habla, pienso luego existo, se dice el pobrecillo "yo" en su exigua circunstancia. En chino, esta palabra, la del asunto shi 事 que parece provenir del mismo lugar que historia 史, hacer 使 u oficial吏, es el dibjujo de una mano que sostiene un objeto desconocido. El propio carácter de "yo" 我 está compuesto por una mano que sostiene una lanza , un arma. Huelga decir que me identifico antes con este yo que se afana y lucha por ser, efecto de su acción, que con el otro que se sabe el centro de su creación, y desde ahí piensa su alrededor. Tal vez mi estado tenga que ver con un libro que me acabé estos días, Abîmes Ordinaires de Catherine Millot (lo dejo en francés porque tuve un lapsus de traducción y durante un tiempo traduje en mi cabeza Abîmes por heridas en vez de abismos), al tiempo que me encontraba pensando y dándole vueltas a la idea de la pérdida. El libro de Millot habla de esos estados cercanos al éxtasis místico de pérdida del yo, de desamparo, el sentimiento oceánico freudiano, mezclando notas biográficas, incluso de su propio análisis con Lacan, con referencias literarias y cinematográficas. Yo en cambio pensaba la pérdida de manera más general. Sufro de una cierta repetición algo sintomática de la pérdida. Parece que en esa quête, en esa carrera por el saber sólo pudiera avanzar perdiendo y desprendiéndome de lo ganado. Me he acabado preguntando también si algo de ese pattern no tendría que ver son la dificultad que a veces aparece en algunas mujeres en ser fálicas, "la envidia del peine" la llama N.F., o envidia del pene, de la que hablaba Freud. Nuestra dificultad para construir algo en el mundo del tener, para conseguir relucir como un falo esplendoroso, y no perdernos en los claroscuros del ser/no ser. Me consuelo leyendo la vida de esos filósofos, políticos, poetas, calígrafos desterrados y exiliados, (bannis) continuamente, mientras me pregunto si será posible seguir avanzando sin brújula.

7.2.08

新年快乐!!


Otoyo temple by Olde Wyche
¡FELIZ AÑO NUEVO DE LA RATA!
Esta noche empieza el Nuevo Año Lunar de la Rata Dicen que es un año de comienzos, de oportunidades, de generosidad astral (!!), de cierta abundancia, un año más feliz que la mayoría, una pequeña tregua en esta racha que llevamos, que trae un mensaje de esperanza. Un punto de inflexión, de proyectos que se ponen en marcha a largo plazo. –Que ya era hora, digo yo- Pero me quedo sobre todo con la lección de la rata: la de no dejarse vencer o desanimar, la de no quedarse enganchado a ese problema gris y peludo, a esa soledad, a ese miedo o desamparo que a veces avanza, como si pudiera llevárselo todo por delante. Tuve la suerte de poder celebrar el nuevo año hace un par de días con amigos. Esta noche, ya sola, leyendo aún un poco más de un precioso libro de la curiosa editorial Moudarren de Su Dong Po, pienso en esos lejanos poetas desterrados que beben vino de arroz bajo la luz de la luna, y duermen entre los crisantemos y los bambúes, que estudian en los pabellones construidos entre sauces y pinos, preparan mijo, caligrafían poemas para los amigos mientras observan a las orugas, a las grullas blancas y los faisanes volar, y al búfalo descansar al lado del arrozal.

5.2.08

encore Gros-Lapin

Gros-Lapin da vueltas a su problema e intenta por todos los medios deshacerse de él… sin éxito! Se le ocurre organizar en casa todo un circuito con flechas que señalen la salida. Tan ocupado está que no se da cuenta del paso del tiempo y no oye la puerta que suena insistentemente. Driing, driing, re-driiinnnng!

Abre la puerta y ahí están todos sus amigos, ¡con regalos!! Incluso la mamá Lapin ( con un pastel de crêpes)


Gros-Lapin no acaba de entenderlo…. ¿de Navidad!? Si ya no es Navidad ¿de Primavera?! Si aún no ha llegado!.. ¿de despedida?! ….pero si nadie se va?!


Regalos de cumpleaños, tontorrón!!

Con todo el ajetreo Gros-Lapin se acaba de dar cuenta de que había olvidado completamente su problema. El problema se perdió, desapareció, se fue, se esfumó! ¡Ja!

1.2.08

momentos "Gros-Lapin"

Gros-Lapin tiene un problema, un problema grande como él, que lo sigue a todas partes y le impide pensar en otra cosa.

Entonces llama a la ardilla.
Pero la ardilla no responde. Debe de haber salido. O debe tener alguna cosa muy importante que hacer, la ardilla, alguna cosa que en nada atañe a Gros-Lapin. Quizá esté tomando el té con el Oso...


Gos-Lapin, en cambio, tiene este problema pegagojoso y molesto.
Gros-Lapin está agotado. Agotado de este problema nada divertido y fastidioso. Así que enciende la tele...

Pero no! horror! Ahí está su problema, en todas las cadenas!
Gros-Lapin no sabe qué hacer, a quién acudir...

(encontré este libro de Ramona Badescu y Delphine Durand y tuve un flechazo, me gustó demasiado y lo tuve que comprar, aunque la franja de edad sea "a partir de los 3 años"! )