30.6.07

la otra

photo by Yusuke @flickr
Durante un tiempo pensé que habían dos tipos de viajeros, el primero compuesto por aquéllos que se desplazan con plena conciencia de su ser, siendo fuera incluso más que nunca ellos mismos, como para compensar la falta de marco que ya no les sostiene, y temiendo por la integridad de lo que tan afanosamente se han empeñado en ser (a la cabeza de este grupo, he podido comprobar, el catalán, seguramente debido a esa hipertrofia de conciencia nacional, o el norteamericano, pero también tantos otros viajeros) El segundo grupo, y no digo que sea mejor, pero en el que rápidamente me incluyo, está compuesto por aquéllos que se dejan atravesar y transformar por el viaje, los que se pierden un poco, descarrilan en la ruta y encuentran en lo ajeno numerosas resonancias de lo propio, sin por eso llegarlo a apropiar. En esta estancia fugaz en marruecos he descubierto un oriente que desconocía, pero en el que no era difícil deshacer mentalmente la antigua ruta de la seda: los mercados al aire libre, el olor del cordero troceado sobre la acera, los panes redondos y frituras, las brochetas, la hospitlidad de la gente en la calle, la vida nocturna … que encontramos igual en los barrios árabes detoda china. También me ha sorprendido de nuevo en esas resonancias algo que sentí más con los japoneses que con los chinos, pero que sigue siendo muy oriental: una cierta suavidad, dulzura natural en las mujeres (no hablo de sumisión) que apenas se encuentra ya en occidente. He de reconocer que me dolió tomar de nuevo conciencia de esa “pérdida”, que sin duda es el precio que hemos tenido que pagar por nuestra “liberación” actual. Onfray en su tratado de ateología dice que el odio a las mujeres parece una variación del odio a la inteligencia, desde otros lugares díríamos que tiene que ver con el miedo a ese otro no fálico que representa lo femenino, esa otra manera de estar, pensar, entregarse, una forma otra de locura, de capacidad de sostenerse fuera de las leyes del ser y del tener. Yo pensaba que el odio a la inteligencia o el miedo a ese no-todo femenino no solo aparece en los hombres, sino también a menudo en las mujeres. Esta semana una analista hablaba de cómo en el fantasma de no pocas mujeres de ahora existe esa idea de un más allá en el saber, en su poder, en el tener, en su independencia, en la gestión de su falta, esas mamás fálicas, o mujeres todopoderosas, bellas o inteligentisimas, que hace que se encuentren luego sin ninguna necesiad del hombre. Y me pregunto si a todas esas mujeres que conozco, bastante más duras que yo, les seguiría doliendo en algún lugar ese exceso de dureza que yo aún soy capaz de reconocer y que me conmovió

27.6.07

el cielo vacío

vista desde la terraza del Riad 72 en la medina de Marrakech
Se me hizo extraño empezar el Traité d’atheologie de Michel Onfray que Philippe me había regalado hace unos meses, la primera tarde en Marrakech, en la terraza del magnífico riad, sobrevolando los tejados de la Medina a la hora de la puesta de sol. Me sorprendió viajar a un país donde dios todavía no ha muerto, y esa ley divina sigue rigiendo las relaciones y el ritmo de la vida de cada día, y todas las noches la llamada al rezo nos despertaba a las cuatro de la mañana. Inevitable que no resonaran las palabras de Onfray acerca de las religiones y todos las ficciones apaciguadoras e infantiles que construimos para ahorrarnos las certezas crueles del mundo de los adultos, que como dice él, son mil veces más interesantes y mucho más vivas que las primeras. Pero tampoco pude dejar de preguntarme si ese vaciamiento del cielo que hemos operado sobre nuestras cabezas aquí, está tan relacionado como parece con la incapacidad nuestra para la hospitalidad que aún muestran los orientales, y me acordaba de aquello que contaba Derrida acerca de los pueblos nómadas del desierto, cuyas leyes obligan a dar cobijo durante tres noches a todo viajero que se cruce en su camino.

22.6.07

je pars


à marrakech jusqu`au mardi,
happy sant joan et
inch'alla!

21.6.07

errores de perspectiva y medidas chinas

Shoji Ueda Museum, by Michido196
Como tan poéticamente explicaba Cacho de Pan en su esprit de vacances, cuando llega la primavera y entra en barcelona desde el mare la brisa mediterránea que habla y huele a otros lugares más amplios y generosos, la cabeza sueña con viajes. Yo llevo unos días soñando un museo en las cercanías del Fuji San, el Shoji Ueda Museum, desde donde está tomada esta imagen, encontrada en el oráculo visual de flickr. Apenas conozco la obra de este singular fotógrafo nacido en 1913, pero las imágenes que aparecen en la web me hacían pensar en algo que leía de Lacan e incluso en la búsqueda afanosa del monje calabaza amarga a través de la pintura de flores y paisajes. Y es que los ingenuos juegos de perspectiva de Ueda con sus personajes magrittianos o incluso las distintas perspectivas del Fuji desde el museo, vuelven a hablar del cuerpo como primera medida en la inmensidad de la página en blanco, el cuerpo como paisaje primero, como trazo unario que ordena toda división especular y posterior del mundo, del lugar desde dónde colocarse para mirar. Ese lugar, pensaba yo, debería de ser muy parecido al del viajero que no da nada por sentado y que ha de estar midiendo continuamente las cambiantes medidas y perspectivas, que hacen que su lugar sea un lugar chino. Lacan habla de una ignorancia docta del analista, que no quiere decir sabia, sino formal, y que puede ser formadora para el sujeto. “Grande es la tentación de transformar la ignorantia docta en lo que he llamado, y no es nuevo, ignorantia docens. Apenas el psicoanalista cree saber algo de psicología por ejemplo, comienza su perdición, por la sencilla razón de que en psicología, nadie sabe gran cosa, salvo que la psicología misma es un error de perspectiva sobre el ser humano”, Lacan dixit. En el pensamiento tradicional chino existe un término jie 节, que designa originalmente los nudos del bambú, y que sirve para hablar de esa medida necesaria en todas las cosas, que marca el crecimiento de la planta según un ritmo vital. El jie tiene que ver más para los chinos con la música y sus armonías que con la decisión teórica o arbitraria de lo que es la normalidad o la moderación.

17.6.07

psychanalyse en mouvement

wind turbine by Sam
Ayer encontré en una página francesa con este nombre, este preámbulo que me gustó, especialmente por la última frase…

"Nadie ignora la existencia del psicoanálisis pero muchos se preguntan aún si sirve y para qué sirve. Divididos entre el temor (legítimo) y el deseo (contrariado), unas veces se lo cree nocivo, otras mágico. Unas veces atractivo, por estar lleno de promesas. Otras obsoleto, por ser eternamente discutible. Campo de investigación del psiquismo y de sus interacciones con los físico, sigue siendo para nosotros una de las mejores respuestas frente a numerosos síntomas del sufrimiento humano. Y la expresión vital de una libertad indispensable que autoriza a toda persona apasionada por la verdad a pensarse como sujeto en devenir"
ps: en mi primer año en china, yo vendía estas máquinas gigantescas que transforman el viento en energía

16.6.07

lo que no puedo decir puedo escribirlo

Marguerite Duras
esta semana una analista que me encanta (es analista y traductora de japonés al mismo tiempo) dijo en una clase en que se seguía debatiendo sobre el (no) lugar de la subjetividad en las ciencias, aquello que ya había descubierto yo escuchando a Bel en las jornadas sobre degradación amorosa: que el verdadero saber sobre las pasiones y sentimientos humanos está en los escritores, y su discurso o saber hay que buscarlo en la literatura. Bel citó en su trabajo palabras mágicas y brillantes de escritores y escritoras ( y por esos caminos inescrutables del inconsciente, resuenan especialmente Colette y Duras –no me digan por otro lado que la belleza rebosante de la Duras de joven no les recuerda nada) Yo aún recuerdo con emoción mi primera lectura de L’Amant en Les éditions de Minuit (uno de los pocos libros que he robado en mi vida, de la desaparecida Librería Francesa de barcelona en pssg. de gràcia) Una vez más lo importante no es reconstruir los verdaderos hechos del pasado, sino ser capaces de ocupar la posición de testigo de nuestra propia vida. Parece ser que Lacan consideraba que El arrebato de Lol V. Sten era un claro ejemplo de sus enseñanzas, aunque seguramente Duras en 1964 no conociera en absoluto sus teorías. En su Lógica del Fantasma dice Lacan "el fantasma en tanto hablo, en tanto soy sujeto de la enunciación, es lo que no puedo decir. Puesto que es gracias a esta imposibilidad que en tanto sujeto, existo y puedo hablar, y es lo que me hace hablar. Entonces hay una imposibilidad de decir propia del fantasma. Pero lo que no puedo decir, puedo escribirlo"

lacan y el monje calabaza amarga

ciruelos en flor, photo by markal
en chino la expresión montaña-agua 山水 significa por extensión paisaje, y la pintura paisajística se denomina con ese nombre. La montaña y el agua constituyen los dos polos de la naturaleza. Como siempre hay una frase de Confucio que viene al caso: el hombre de corazón se encanta con la montaña; el hombre de entendimiento disfruta del agua. La montaña es contemplativa, el mar argumentativo. El gran pintor del sigo XVII Shitao decía que el mar posee el desencadenamiento inmenso, engulle y vomita, la montaña el encierro latente, se posterna e inclina. No se trata de un simple simbolismo naturalista, sino que a través de estas correspondencias el individuo puede descubrirse a sí mismo. Las figuras exteriores son una representación del mundo interior y el hombre busca una imagen especular que lo unifique, y que además tienda o incluya ese algo más que constituye su misterio. Por eso los cuadros nos parecerían aquí inacabados, y en ellos el vacío será estructural. Decía Wang Wei “la cúspide de una torre se pierde en el cielo, y su base debe permanecer invisible. Las cosas deben de estar a la vez presentes y ausentes” Cuando la montaña está demasiado llena hay que vaciarla con bruma y humo, cuando está demasiado vacía hay que llenarla añadiendo pabellones y terrazas. Por eso, François Cheng en su estudio sobre la pintura china La plenitud y el vacío (será posible que no haya hablado hasta ahora de este libro en el blogg?) nos explica que se distinguen dentro de la tinta negra, seis especies diferentes, consideradas colores independientes, y existen también otros cuantos tipos distintos de pinceladas que serán capaces de crear tales sutilidades. Durante la dinastía Tang se empiezan a inscribir en el espacio blanco del cuadro, normalmente el cielo, poemas caligrafiados. No son simples agregados. Cheng dice que la escritura, que además al ser china es visual, introduce la dimensión del tiempo en esa representación del espacio de tres dimensiones: el poema relata una experiencia vivida, revela el pensamiento del pintor al pintar el cuadro, el eco que lo suscita. Permite que el hombre a través de las palabras, aun cuando no esté representado en el paisaje, marque su presencia dentro del cielo-tierra, su dimensión simbólica. La pincelada es el elemento que unifica toda dialéctica, trascendiendo a todo conflicto entre dibujo y color, lleno y vacío, hombre y paisaje, y está íntimamente relacionada con el li 理del que ya habíamos hablado, la nervadura interna de las cosas. A partir del siglo IV la pintura china ya se había convertido en el arte de la pincelada, al encontrarse ésta en profunda concordancia con su concepción del universo.”Convencido de que en la naturaleza la corriente del dao recorre las colinas, las rocas, los árboles, los ríos, y de que las venas de dragón ondulan a través del paisaje, el pintor a la par que recrea las realidad, da rienda suelta a los influjos que animan su ser” Shitao pintó incansablemente la naturaleza: montañas, ríos, piedras, árboles, legumbres y frutas, la luz de las estaciones pero el elemento que más le interesó fueron las flores. De todas ellas, narcisos, peonías, crisantemos, orquídeas, loto, almendro… la flor de ciruelo fue la que más pintó y la que ocupó un lugar más importante en su obra. Se identificó hasta tal punto con ellas que entre los numerosos seudónimos que utilizó, estaba el de Ermitaño de las Flores de Ciruelo. Su biografía, marcada por la pérdida (del padre, de la dinastía, de su maestro espiritual) marcó su continua búsqueda de una identidad, de ahí sus múltiples seudónimos: Shitao, que significa Ola de Piedras, el Sobreviviente de la Antigua Dinastía, Discípulo de la Gran Pureza, el Venerable Ciego… a mi sin duda el que más me gusta es el de Monje de la Calabaza Amarga, que aparece también en el título de uno de los tratados de pintura más interesantes. Lacan habla de ese texto en 1967 en el seminario de La lógica del fantasma, para referirse al trazo unario, y a la identificación freudiana al ideal del yo, a la relación especular con el otro, que debe situarse según él, en el centro de cualquier reflexión sobre la díada sexual. Cheng explicará años más tarde sus discusiones con Lacan acerca de la escritura china. Dice que confesó envidiarle por poder practicar el arte de la caligrafía, tan ligado a lo concreto, como una terapia. A través de la escritura china constataron en esos años juntos, que el signo es el resultado de un deseo, dotado de una significación que sin embargo no la agota, al servicio de la palabra, aunque guardando una distancia con ella, y que la interpretación del analista deber ser poética (palabra subrayada por Lacan en una carta dirigida a Cheng en 1977). Siruela volvió a publicar hace un par de años la edición española agotada de Plenitud y Vacío y olvidó algo importantísimo, la dedicatoria y agradecimientos con los que Cheng inicia el libro, y que yo no me cansaré de recordar “Quiero expresar mi profundo agradecimiento a Jacques Lacan, mi maestro, quien hizo que yo volviera a descubrir a Laozi y a Shitao.”

10.6.07

mirall

Photo by Nataliebehring
Bel me ha avisado que Enrique Vila-Matas publica en El País de hoy un artículo muy bonito donde cita a objet-a y evoca, además de la campaña del azufaifo de Arimón, el derribo de árboles (cedros, palmeras…) y casas en la Barcelona que desaparece. Esta mañana de domingo, Barcelona y Pekín se miran en el mismo espejo de afánisis, por lo que he querido colgar esta imagen de los derribos de Pekín, con los azufaifos de los si he yuan al fondo. El carácter que aparece marcando muros y paredes es el del post de chai-na.
Manel Ollé , tan chino, tiene un poema precioso en un libro también especular, Mirall Negre, del que me acordado esta mañana de árboles y espejos

ombres d’arbres quiets
fan cels lactis sobre aigua tèbia
i clorada
de piscina privada

miralls que esclaten
quan els travessa el cos

cels tot just d’un instant
d’on se surt amb els ulls cremats

breu viatge organitzat :

tot just una estona
de vacances a tu

张洹

To Raise the Water in a Fishpond, performance by Zhang Huan
Desde ayer y gracias al estupendo marco que supone PhotoEspaña se puede ver en Madrid una exposición que muestra la obra del artista y performer Zhang Huan. Además del soporte fotográfico, algunos grabados y unas magníficas puertas de madera rurales reconvertidas en paisajes, se pueden ver varios vídeos (pocos) de las acciones de Zhang Huan en China y en EEUU, y un interesante documental en el que él habla, y aparece trabajando con sus colaboradores chinos. En su obra la medida del mundo es el propio cuerpo, y su relación con lo que le rodea está profundamente influenciada por el pensamiento budista. Son muy conocidas aquellas dos acciones en las que a través de la fragilidad y la pequeñez de los cuerpos desnudos, se intentará mostrar la (im) posibilidad de transformar algo en el mundo o el paisaje: en To Raise Water in a fishpond , varios inmigrantes llegados de las provincias a la gran ciudad, se meten en un estanque para intentar subir el nivel del agua. En To add one meter to an anounimous mountain, un grupo de personas desnudas se amontonan en la cima de una montaña para hacerla crecer con sus cuerpos un metro de altura. No conseguí ver sin embargo Pilgrimage and Water in New York, en la que después de una fuerte acción física, el artista tumba su cuerpo sudoroso sobre unos bloques de hielo en una cama china (pudiendo simbolizar ésta la tradición china, “tan elegante como irracional y totalmente inmune a dejarse influenciar por ninguna causa externa, o la frialdad del país que acoge al inmigrante”, escribía un crítico chino). Zhang Huan dice “China es un país en continua vigilia, Europa se encuentra en el ensueño, y América no se ha despertado aún” Yo pensaba que lo que tenían en común esa transformación de la energía en el contacto del cuerpo ardiendo con el hielo, y esa vigilia permanente que no nos permite estar soñando aún: la pérdida, natural, de la que hablaba en el paisaje y el otro, el milagro laico, la renuncia al goce lacaniano, ese espacio mediador con el fantasma. Es difícil aceptar la pérdida dentro de una sociedad que nos obliga incesantemente a obtener beneficio, a gozar y ser felices, a llenarlo todo, a confundir la realidad con los fantasmas. Me gustó también cuando Zhang Huan hablaba de la emoción que le producía encontrar en pueblos y rutas tibetanas trozos de estatuas de bronce o piedra en forma de dedos , manos, cabezas enormes seccionadas de budas, y a partir de los cueles trabajaba. Eran sin duda restos de la Revolución Cultural, lo que no llegaron a fundir los soldados maoístas y se salvó. Esa visión del mundo fragmentada, en falta, a partir de la cual podemos seguir construyendo. Y nuestro azufaifo, en chino 枣树 zao shu, sigue en pie!!

3.6.07

la posibilidad

Aunque Houellebecq me dé mucho repelús, su título la posibilidad de una isla, me fascina. En la concepción china de una realidad cambiante e imposible de fijar o atrapar, la noción de posibilidad, (en chino shi 时 oportunidad ) es esencial. En el mundo de los 10.000 seres y las 64 mutaciones, uno ha de saber identificar cuáles son las condiciones favorables o desfavorables para o bien actuar o bien esperar a que se den aquellas que le permitan actuar, ser… Y es que los chinos y yo creemos, en el fondo, que no se puede ser, (como se quiere ser en este lado del mundo tan inmediato) siempre. Pensamos o paso ya más bien al pienso, sin embargo, que hay momentos en que uno puede ser de otra manera, puede ser en ese “ser posible”, y ser mucho… Lacan hace entrar por la puerta un elefante en la sala de sus seminarios con sólo nombrarlo (una vez nombrado no necesita del elefante para que aparezca) y cita a Hegel para decir que el concepto es el tiempo de la cosa, ciertamente no es la cosa, dice, por la sencilla razón de que el concepto siempre está allí donde la cosa no está, llega para reemplazarla. Es lo que hace que la cosa esté allí aún no estando allí. El concepto sí es, digo yo, su posibilidad. A mí me hace mucha gracia toda esa gente que para referirse a Freud o a Lacan tuerce la boca, o hace una de esas caídas de párpados condescendientes a lo gallardón.¿ Pero Freud no está ya muy depasado? -preguntan. Y yo no digo mucho, claro, pero me acuerdo del elefante, porque creo que viven en un mundo ciertamente freudiano, y utilizan en su búsqueda de libertad, sin saber, a través de esos discursos de minipimer tan al uso hoy, lo que a partir de él se pensó. En esta época de posibilidades , nuestro azufaifo sigue en pie, aunque como Ántígona, puede que en el entre-dos-muertes, y alvértigo sensual y yo (le debemos el nombre sintético y bonito a Cacho de Pan) nos iremos a madrid esta semana a la entrega de premios del festival, que tendrá lugar el día 7 en la nueva sede de la academia de cine y a la que están todos invitados (s.r.c) Espero acabar mi nuevo emergency poncho de ganchillo, modelo Nexus, para seguir conectada, desde mi isla posible