28.5.09

haz lo que debas

hot springs in japan by imgdive

es el título de una película de Spike Lee que siempre me ha fascinado, incluso tiempo antes de haber visto la película. En realidad me gustaba el título en inglés, pero con el tiempo, la interpelación en segunda persona me ha ido gustando más y más. He decidido dejar mi trabajo. Ya viví una situación parecida hace tres años, una empleada de mi misma empresa, celosa y extremadamente neurotizada, mala, me hacía la vida imposible, mientras los superiores miraban hacia otro lado. Yo no supe reaccionar. Un par de años más tarde de mi partida ella los estafó y se fue a otro sitio, dándome el tiempo la razón. Pero mientras, viví un año atroz en el que aguanté ahí sin saber bien ni cómo ni por qué.
Esta vez me voy antes y de otra manera, teniendo más claro lo que se juega en el inconsciente. Lacan dice que el estatuto del inconsciente, tan frágil para dar cuenta de lo óntico, es sin embargo tremendamente ético. Freud, con su ansias de verdad nos dicesea como sea hay que ir a por ello”, porque, en algún lugar, ese inconsciente se muestra… En ese mismo texto Lacan recuerda que ese estatuto ético proviene ante todo del encuentro con lo Real, que no se escamotea nunca, y de cuyo encuentro surge el sujeto (del inconsciente). Los antiguos reconocían en las formaciones del inconsciente (como los sueños por ejemplo) la palabra y mensajes de los dioses. Y los dioses para Lacan pertenecen al campo de lo Real, como para los chinos: el cielo del que proviene la escritura, los oráculos, y las leyes, y que hace referencia a lo mismo. Los analistas estudian alemán para poder leer a Freud, pero yo sigo estudiando chino para leer a Lacan! En ese haz lo que debas encuentro hoy condensado el legado ético lacaniano y chino confuciano, “actúo según mi deseo y no transgredo la regla” Para el primero el encuentro o confrontación con lo Real se fue haciendo cada vez más y más importante en el pensamiento y la clínica, para el segundo se encontraba en la base misma reguladora del dao de las cosas. En el mundo de la empresa, sin embargo, el encuentro con lo Real es demasiado subversivo. Y lo que prima es que cada uno alimente su neura, bien lejos de la realidad. Si algún ingenuo como yo se preguntaba por qué las consultas psicoanalíticas siguen tan vacías, les respondo encantada: porque la gente prefiere pasar sus crisis a costa de los demás en las empresas y no tener que responsabilizarse de sus propios problemas. Eso sí, en una especie de investigación de campo que he emprendido, hoy he llamado a la seguridad social para preguntar por un psicólogo a quién poder consultar el escabroso asunto del mobbing, y me han dicho que ese servicio está demasiado colapsado…. Con lo que he preferido volver a lo chino. Jean Lévi hace una descripción terrible del periodo de los Reinos Combatientes, que yo recuperaría para resultar aún más concisa en este tema corporativo: “las conductas ya no se miden por el rasero de la moral sino por el de la eficacia, en que el egoísmo, el cinismo y la ambición son tales que todas las acciones heroicas o virtuosas de las hagiografías antiguas se reinterpretan como ejemplos de amoralidad y la generosidad y magnanimidad son actitudes tan ajenas a la mentalidad de la época que resultan sencillamente inconcebibles. En los sigos IV-III parece imposible que una conducta virtuosa y desinteresada pueda estar dictada por otra cosa que no sea la estupidez” (de Les fonctionnaires divins, esta traducción es de Anne Hélène Suarez) Las empresas son sin duda anti-personas, como las minas…

11.5.09

me he auto-secuestrado

permanent machine, by masaaki miyara

para acabar el dichoso semestre . El viernes apenas pude escaparme al baff a ver el documental Children of God del joven coreano Yi Seung Jun. Me apetecía más ver otras películas, sabía que posiblemente no tendría tiempo de hacerlo todo y sin embargo seguí mis pasos, que me condujeron a aquel relato extraño sobre la vida de unos niños que subsistían gracias a lo que podían robar o recoger en un antiguo crematorio del Nepal, de las ofrendas que los familiares de los difuntos lanzaban sobre el río Bagmati: ropa, monedas y algo de comida. Era impresionante presenciar el cruce entre los vivos, los desahuciados por enfermedad hacinados en diminutos centros médicos, los muertos siendo incinerados y ese entre-dos-mundos de la pobreza extrema, desde el punto de vista de los niños. También impresionaba por lo directo de la mirada. Creo que para un oriental la visión de la muerte no está como para nosotros mediatizada por la culpa y el tabú, no está reprimida de la misma manera, por eso lo que a mi inteligente acompañante, una brillante realizadora de documentales, le parecía una obscenidad y una impostura, constituía para mí los rastros de un camino alternativo, otro lugar desde donde mirar el real de la muerte para el que, según Freud, nos falta inscripción. En otro momento le preguntan a la madre-sin-techo y alcohólica de uno de los niños por qué bebe tanto y ella responde: “eso sólo Dios lo sabe”. Efectivamente, me dije, del goce propio, sólo el Otro sabe. Y la locura, ya lo dice Davoine, adviene cuando no hay Otro a quién llamar, cuando no hay Otro que responda. Ante el reproche de mi amiga sobre el poco cuidado formal yo me acordaba de las palabras enigmáticas de Shitao: En el origen de la vulgaridad se encuentra la estupidez, en el origen de la estupidez se encuentra la ceguera de las tinieblas. Es por lo que el hombre perfecto sólo puede penetrar y comprender, y del hecho que penetre y comprenda hace que transforme y cree. Acoge los fenómenos sin forma, domina las formas sin dejar huellas. Emplea la tinta como si la obra ya estuviera acabada, y maneja el pincel en la no-acción.
Estaré ausente unos días, leyéndoles a ustedes, en todo caso, intermitentemente.

3.5.09

la oruga y las terrazas chinas

zen shrine by masaaki miraya
Desconozco prácticamente todo lo relativo a la vida de las orugas, y aún así a menudo me ocurre sentirme una de ellas. Aunque a trompicones, el mundo avanza deprisa, mientras que la oruga lo hace despacio, casi todo la sobrepasa, en velocidad y alcance, y como en aquel haiku, la brisa de la mañana le sigue erizando los pelos.
Cuando me imagino oruga puedo estar frente a la bahía de san franciso, y la mayoría de las veces soy china. Avanzo. Esta semana duscubrí una pieza nueva de Lucy Orta en su nuevo Dress Code, que me pareció muy oruga... También llegó por fin el Baff y con él ese paréntesis urbano en el que viajar a otros mundos y a otros ritmos, también necesarios. Los chinos cavaban en las montañas para construir terrazas desde donde mirar con mejor perspectiva el mundo. El Baff es esta semana una de esas terrazas.
El sábado vimos un documental sobre rockeros pekineses y la destrucción de la ciudad, y un corto muy bueno japonés. La última película de Naomi Kawase, Nanayo, rodada en Tailandia, donde ella parece estar experimentando otras formas de estar y de perderse, y es que su obra suele girar entorno a la pérdida, en sus diferentes formas. Ayer fue el luminoso retrato de una familia japonesa de la mano de H. Kore-Eda, director de la magistral Nowbody Knows, donde aprecié especialmente las escenas en que el niño no revela nunca al resto de personajes sus verdaderas razones, como queriendo preservar una intimidad que le es necesaria en esos momentos de su vida.
También escuché hace unos días un disco con aires mongoles del rockero chino Cui Jian, que me recuerda a ese otro cantante mongol que tanto me gusta. De hecho, hace años, una noche vimos a Cui Jian entre el público, con una guapa modelo y Christopher Doyle en el mismo garito donde él cantaba. En una de las canciones, el viento del norte, que siempre llega a Pekín desde el desierto en esta época del año, se le aparece en ensoñaciones, amortiguando los temores y la embriaguez. En la que estar cantando es como estar soñando, y pide que no lo despierten hasta que su canción no acabe. Copio aquí la letra en chino para quien pueda leerla, puesto que me he pasado el findesemana corrigiendo traducciones (del francés, no del chino) y con esta no me atrevo. La letra es de Cui Jian, y me encanta, se titula 舞过 38 线.

雪天雪地雪花
它慢慢的不再 刺激
北风吹进我的梦里
我没有醒 也没有恐惧

蓝天 草地 野花
它慢慢的失去了美丽
北风吹起了我的醉意
我不愿醒 也不愿放弃

别问我为什么
别试着叫醒我
等我做完这个梦
等我唱完这首歌

Alguien que me conoce bien dice que idealizo el saber, y yo sé que tiene razón. Pero todos necesitamos nuestros ideales, me digo, y yo más que el saber idealizo la neceisdad de entender. Me angustia sin embargo la acumulación, las personas que no parecen hacer otra cosa que acumular y acumular conocimientos y papeles, estrujados en algún rincón de sus casas y cerebros, y todo lo guardan y todo se suma. Yo como la oruga no creo más que en avanzar y aprender a mirar o escuchar, a entender, que a veces son lo mismo. Unos muñecos que ponían en la tv y que me gustaban mucho, cuando no sabían qué hacer y les asaltaban las dudas, iban a consultar al oráculo, queno era más que una montaña de basura. Eran geniales esas escenas.
Acabé el libro de Davoine, y su folisophie me sigue pareciendo admirable e imprescindible. Ahora he de dejar que todo lo leído se pose, y ponga a caminar a la oruga...