28.11.07

Maison Möbius

Estos días leyendo un artículo de Yann Diener, amigo analista y apasionado por la arquitectura, en el número 4 de la revista essaim descubrí la existencia de la Casa Möbius, realizada en 1997 por el estudio de arquitectura holandés, Un-Studio. Ben van Berkel y Caroline Bos no sabían que J. Lacan utilizase esta y otras figuras topológicas para el desarrollo de su teoría analítica, pero sí se habían nutrido del trabajo de filósofos como Deleuze físicos y matemáticos, en concreto sobre la teoría del caos y los nudos. El principio de la superficie topológica de la banda de Mobius es el de poseer una sola cara y un solo borde, donde derecho y revés se encuentran. Al psicoanálisis lacaniano le sirve para representar la relación del inconsciente con el discurso consciente a través de una geometría no-euclidiana. (En esta geometría, -diferente a la euclidiana o métrica que aprendemos en la escuela y que parte de la idea de que las propiedades de una figura son aquellas que se conservan en todo desplazamiento de la misma y que, como tales, tienen que ver con su forma y con su tamaño,- en la topológica se estudian las cuestiones de vecindad, de transformación continua, de frontera y de superficie, centrándose en los invariantes cualitativos, sin hacer intervenir o incluso excluyendo cualquier dimensión métrica-). Aplicado al sujeto esto significa que el inconsciente, como reverso, puede surgir en cualquier momento del discurso, y no habrá que ir a buscarlo en las lejanas profundidades, como se pensaba antes.
En la construcción de esta casa se ha buscado también eliminar las oposiciones entre exterior e interior a través de una cierta ambigüedad funcional de las estancias, a fin de invitar a quienes las habita a “liberar” su actividad y deambular, haciéndoles creer en todo momento que siempre le quedará una parte de la casa sin explorar… Yann también comenta el trabajo de otros arquitectos como Greg Lynn o el horticultor Richard Neutra, que intentó hacer entrar la vegetación o el desierto en las casas californianas. Parece que hasta Jean Nouvel en los ochenta clamaba por una arquitectura bi-dimensional, que lograse “escapar a la fatalidad de la pesadez, a la materialidad de la construcción” . Cita luego de nuevo a Lakhan en 1960 en su seminario sobre La ética en el psicoanálisis, cuando constata como buen maestro chan que era, que el sentido de toda arquitectura es el de organizar el vacío. Esa articulación de la arquitectura alrededor del vacío como elemento dinamizador, y su preponderancia sobre lo bello, me ha hecho pensar de nuevo en la estética y pensamiento chino como horizonte de una nueva ética-estética , anunciada ya, como dice Yann, hace más de treinta años....

24.11.07

estar enfermo o la terraza para elevarse en el vacío

Emei Shan by Chevans
Hace poco un amigo me dijo estar enfermo, aunque sólo fuese de amor. Yo leía el ensayo de Virginia Wolf titulado Estar Enfermo, que Bel me había prestado para mi viaje a Paris, y recordaba, algo emocionada, todas esas largas conversaciones que durante años había mantenido con otro amigo que durante tiempo vivió bajo tan pesado significante. V. Wolf escribe desde su propia experiencia, sus depresiones, desde los largos periodos obligada a guardar cama, a encerrarse en casa, a medicarse, o incluso a verse privada de poder escribir. Nada más empezar lo dice: “cuando las luces de la salud se apagan, emergen países aún sin descubrir"… yermos y desiertos del alma, precipicios y céspedes rociados de brillantes flores, antiguos e inexorables robles, ángeles y arpistas, aguas de la aniquilación…En seguida señala el hecho de que a pocos les interese hablar de estos estados, que se descuiden en el lenguaje y en la literatura. “Ver todo esto a los ojos requeriría la audacia de un domador de leones, una filosofía robusta, una razón enraizada en las entrañas de la tierra” Porque el monstruo del cuerpo y el milagro del dolor, dice, en un batir de alas nos lleva a los arrebatos de la filosofía, el misticismo y la intuición. Hay en la enfermedad además una franqueza infantil. “Cada ser humano alberga un bosque virgen, un campo nevado donde ni siquiera se conoce la huella de un ave. Ahí avanzamos solos y así lo preferimos. ...Cuando hay salud uno ha de hacer semblante, ocuparse de los demás, comunicar, compartir, civilizar…cuando hay enfermedad, dejamos de ser soldados en el ejército de los erguidos; nos convertimos en desertores. Ellos marchan a la batalla. Nosotros yacemos acostados mirando hacia arriba, como hojas muertas sobre el césped, y por primera vez después de muchos años, irresponsables y desentendidos, somos capaces de mirar a nuestro alrededor, para alzar la vista y ver, por ejemplo, el cielo."
De repente Virginia descubre en el cielo algo completamente distinto, una composición de luces y formas, como un gigantesco cinematógrafo proyectando perpetuamente, y se pregunta por qué nadie utiliza todas esa energía para algo.
Sé que seguramente sólo me pase a mi, pero la metáfora del cielo me devuelve a China. Y a un pequeño ensayo de Su Dong Po para celebrar la construcción de una terraza en la ladera de una montaña. Habla de una capital de provincia situada al pie de las montañas del sur. Al lado de éstas se encuentra la más alta Zhongnanshan. El gobierno de este distrito nunca se había fijado en las montañas. Y aunque esto no tuviese ninguna consecuencia política, Su Dongpo nos dice que para entender la naturaleza del mundo, no puede ser de ese modo. Y es por eso, por lo que finalmente se construye una terraza que permita al hombre elevarse en el vacío. Su propio apodo Cuesta del Este podría contener, pienso, esa imagen de una ladera desde la que observar desde las alturas. En la versión de Anne Hélène Suarez de A punto de Partir de Li Bai, el libro acaba con un último poema que evoca también esa visión desde el vacío y la dificultad o la proeza de poder expresar con palabras todo eso…
Escrito al subir a la Terraza Yang
"Los montes se elevan, las aguas se extienden,
Son mil y diez mil los visos de las cosas,
Si no es con ayuda de un pincel experto,
¿Cómo expresaré lo puro y lo grandioso?"
Aunque a lo que apunte el psicoanálisis no sea exactamente a curar, sí que tiene que ver con ese desplegar del cinematógrafo, con la escritura de las mil cosas en la experiencia del sujeto y con poder sostener una escucha que tiene lugar en el vacío

11.11.07

princesas zen

las bellísimas Andrea y Valentina en su casa de Londres el año pasado
Estos días me encuentro autorecluida entre las ocho paredes de mis dos casas, traduciendo varios artículos para un libro sobre el sujeto en el psicoanálisis, sin demasiado tiempo para nada más. Esta imagen de Valentina y Andrea y la sensación de libertad que me produce me hacen compañía y ayudan a sobrellevar lo arduo de la tarea. V. y A. son las hijas gemelas de Deborah y Brian, ella argentina, él irlandés. Desde que nacieron, un caos bastante bien organizado se instaló en la casa donde viven en Londres, creando en el interior de de sus murallas un microcosmos protegido donde las niñas iban vestidas de princesas y zíngaras, jugaban a juegos que ellas inventaban e iban descubriendo a través del cuidadoso relato de sus padres, el mundo de los diez mil seres, los nombres y las cosas. También he alternado el trabajo con algunos de los cuentos zen y haikus recogidos por Henri Brunel, cuyo libro, aunque descansaba sobre mi mesilla de noche desde hace tiempo, nunca había hojeado. Nada espectacular en estos relatos condensados al máximo, como extraños perfumes en diminutos paquetes esmeradamente preparados , pero sí el encuentro con el siempre necesario universo de monjes salvajes, que lloran en funerales de gente desconocida por el hecho de sentirse tan desapegados de todo, que se pirran por los melones, o caminan desnudos en las noches de verano, y que sacan las más sabias conclusiones de la observación de hojas de árboles y bambúes, de la brisa de la mañana que hace revolotear los pelos de la oruga, la paciente escalada de los caracoles, los espantapájaros o las gotas de lluvia al amanecer sobre un banano. Un monje zen se encuentra a otro en el camino . Hablan… uno le cuenta que ha recorrido el país de norte a sur, de este a oeste, y ha visitado miles de templos. El otro le pregunta quién le parece el maestro más grande de todos y el primero le contesta sin dudarlo, Oshibu, el maestro del templo de Edo. El segundo le pregunta qué es lo que le ha aportado. -Llegué a ese maestro sin nada y partí sin nada. El otro asombrado le pregunta por qué se quedó con él -¿Cómo habría sabido, si no, que llegaba sin nada y partía sin nada?
Este cuento se titula Encuentro, y me ha hecho pensar rápidamente en el encuentro con el diván en este mundo de bienes, y en este sujeto precario y liberado sobre el que traduzco, y lo que en psicoanálisis se llama la travesía del fantasma, perfectamente resumido en este sencillo cuento, y que lejos de tratar ningún concepto oscuro ininteligible sigue siendo muy zen

3.11.07

sujeto en tránsito

niños en halloween, photo by Rosehips
Por fin pude leer esta semana el maravilloso librito El arte de Caminar del que ya había escrito y hablado Bel y que quise regalar a mi madre ikebana. Disfruté, como no podía ser de otro modo, de esa invitación tan psicoanalítica y liberadora del paseo de Hazlitt. “caminamos principalmente para sentirnos libres de todos los impedimentos y de todos los inconvenientes, para dejarnos atrás a nosotros mismos, mucho más que para librarnos de otros.” Es en ese momento en que nos quedamos solos, y en esa fusión tan china con la naturaleza, con el paisaje, dejamos que surjan cosas olvidadas, como “ruinas hundidas y tesoros que no toca el sol”. Como el autor yo también prefiero el método sintético sobre el analítico, contentándome con apilar una serie de ideas para examinarlas más adelante, pero dejando antes que floten “como el vello cardo bajo la brisa sin dejar que se enreden en las zarzas y las espinas de una controversia”. El martes acudí a una conferencia sobre poesía china a cargo de un veterano poeta chino. Tu An no se salió del discurso académico pekinés, bastante aburrido por cierto, ni reveló nada singular, pero agradecí que recitara, con sus 84 años cumplidos, los poemas que citaba según la tradición oral cantada y en su dialecto, extremadamente bella, que se está perdiendo. Muuuuuuucho más interesante ha sido descubrir esta mañana un artículo de Manel Ollé publicado en la revista número 28 de la ACEC que tan amorosamente me regaló Cacho de Pan ayer, en una impecable edición con diseño de Bertini y Chapuis. Son varias las revelaciones imprescindibles para cualquiera interesado en la escritura china, pero aún sin haber acabado de reponerme de la quijotesca felicidad, como diría Bel, producida por la lectura, me quedo con dos, que estoy segura deleitarían al maestro Yak Lakhan (- ay, maestro, qué hubiera sido si en vez del cultivado François Cheng, hubieras tenido a Manel Ollé como profesor de lengua y literatura china, estaríamos todos hoy en Pekín!). Ollé parte de la idea de la indeterminación morfosintáctica esencial en la poesía antigua china (ausencia o elipsis de elementos gramaticales, pronombres personales, preposiciones, nexos, modificadores, marcadores y determinantes), que como bien indica, puede concebirse como el correlato del principio estético chino del vacío, dinamizador, activador y constitucional (el vacío que confiere a la rueda su uso, al laud su armonía) del universo, para ir describiendo y analizando algunas de las claves del género poético. Me interesó especialmente lo que dice acerca del efecto de ambigüedad del sujeto, que aparece proyectado en el texto en un estado virtual. Las resonancias entre forma y contenido provocan esta identificación o fusión del sujeto con el paisaje o los elementos de la naturaleza, diluyéndose así la distancia entre sujeto y objeto, y entre objeto y acción. Refiriéndose luego al sujeto-lector, prosigue, “la ambigüedad del discurso no conduce pues a la polisemia que requiere la presencia de un sujeto interpretador sino a la activación de un sujeto en tránsito [sujeto que transita] por el proceso de construcción de sentido que el poema propone de forma germinal
Pero lo esencialmente lacaniano en las conclusiones de Ollé es para mi lo siguiente: la ausencia de abstracción y la voluntad de reproducir los gestos de la naturaleza sitúan a la poesía china en el ámbito de la palabra poética referencial, cuyo enigma “no ha de trascender su significado hacia otra interpretación que no sea la propia de la palabra en su uso directo. Y es en su aparente referencia a la realidad donde radica el efecto más enigmático del discurso literario en el lector: el efecto de lo real [lo Real] que lo subyuga a una realidad exterior inexistente pero que las palabras convocan con la fuerza de creer que son las cosas”
Ahí están en efecto algunas de las claves del descubrimiento lacaniano: el enigma del significante cuyo movimiento no es el de trascender hacia el significado sino el de transitar , como ese sujeto del que habla Ollé, en la cadena que se crea con otros significantes, sin poder llegar nunca a tener acceso a ese Real, convocado por las palabras que creen que son las cosas, pero que sin duda, no logran jamás nombrar.
En fin, sé que me he puesto muy intelectual, pero me tendréis que perdonar, estoy aún borracha de mi lectura matinal. Y yo que lo relaciono y ligo todo a mi manera, me he acordado de estos otros poetas de la realidad y la naturaleza con sus fotos de libélulas, mariposas, montes y árboles Nomès Ploraria y Frikosal!