28.5.08

viaje

monte Fuji, polaroid by El Neko
nos vamos albértigo y yo a Madrid a la entrega de premios del movilfilmfest, que los vientos nos sean favorables!
Yo dejé mi corto sin acabar ni presentar, y no sabemos aún quién habrá ganado ! festejaremos en la Academia de cine, con amigos y cinéfilos varios. Albértigo ha realizado un buen trabajo para esta segunda edición y ha contado con el apoyo de un estupendo equipo.
Por cierto que esta semana en Cannes ganó una película de esas que me gustan, Entre les Murs, de Laurent Cantet. El film muestra el año escolar de una clase un instituto de París. La historia está basada en la novela de un profesor de instituto, François Begaudeau, que además es el guionista e interpreta el papel del profesor de francés. Creo que él es el único actor, y el resto son alumnos de ese instituto del 20ème. Una película mínimal sobre el aprendizaje, la escuela, la lengua, los jóvenes. Me gustó mucho lo que dijo Sean Pean, que este año era el presidente del jurado: en ella todo es mágico, puro cine sin costuras... para una mundo hambriento de educación. También me gustaron las palabras de Jim Jarmusch al recibir un premio homenaje, después de aclarar que el cine es sólo cine y que desearía que los que trabajen en él no se tomen demasiado en serio, brindaba por la magia y la belleza éste

26.5.08

otras lecturas

foto polaroid by Tetsuya Miyoshi
Desaparecí unos días por trabajo, y estoy agotada, como el gato. El sábado tuve la suerte de poder realizar la traducción consecutiva de la exposición de Erik Porge en Apertura. Porge venía a hablarnos de topología, nuevas escrituras de la clínica través de los nudos borromeos, cuestiones bastante complicadas en las que trabaja actualmente, concretamente en un seminario que realiza los viernes junto con Vappereau y mi amigo Yann Diener. Los analistas lacanianos utilizan la figura de los tres regisros Real, Simbólico e Imaginario para explicar nuestra aprehensión de la realidad. La figura del nudo borromeo le sirvió además a Lacan para avanzar en sus teorías sobre el significante, y la lectura del síntoma y la metáfora. Ya por entonces había afirmado aquello de que todo uso del lenguaje es metafórico. En sus últimos seminarios abandonó la idea de la cadena significante que tanto le había servido al principio (las palabras o significantes adquieren su sentido encadenadas unas con otras, en relación unas a otras) para hablar de la escritura y lectura del significante en términos de nudos , y del errar de la metáfora, jugando con el equívoco del verbo errar: vagar y equivocarse. Se trataba, si lo he entendido bien, de un intento de poder ir soltando la interpretación de sentidos para leer y escuchar el síntoma en la clínica de otra manera. Es el caso, por ejemplo, del trabajo con autistas. En vez de estar interpretando todo el tiempo lo que tal o cual acción puede querer decir y definir sus comportamientos en relación a ese déficit comunicativo, intentar realizar un tipo de escucha y lectura en positivo, utilizando las relaciones espaciales. En fin, aún no he podido dejar que toda aquella efervescencia se posara, pero fue una jornada emocionante y estimulante. Comimos luego en un restaurante argentino. Yo estaba algo agotada, ebria del buen vino tinto. Mercè me obsequió con la bella historia de su familia política japonesa, y me habló de que el padre de su marido, ciego desde niño, era acupuntor. Mercè recordaba colas de pacientes en la puerta de la casa familiar, en una sociedad japonesa ya cansada del exceso de tratamientos con medicina occidental. En China es muy normal que los masajistas sean ciegos, pero creo que es la primera vez que oía hablar de un acupuntor. Me encantó esa idea de lectura de líneas y paisajes del sistema energético-nervioso, y claro seguí pensando en Porge y en el increíble espíritu de los analistas lakhanianos.

18.5.08

la calabaza amarga

dibujo de Shitao, Tao Yuanming recogiendo crisantemos, portada del libro de Pierre Ryckmans ed. Plon,
Los libros tardan su tiempo en llegar, como los amores o algunos amigos, hace meses que quiero hacerme con este libro, y ahora que por fin ha llegado, me conmueve tenerlo en las manos, es realmente bonito. Se trata de una edición impecable que no escatima ninguna aclaración de nombres y términos con el correspondiente carácter chino, y que además incluye el texto original, acompañado de unas notas maravillosas que no sólo facilitan la lectura sino que amplían, en mucho, el saber sobre la lengua, la estética, la historia, y la personalidad de este personaje enigmático y especial. -Eso sí, tardaré aún unos días en poder zambullirme en la lectura, a causa de ciertos trabajos que me queda por entregar para la uoc, y de una traducción consecutiva que he de preparar de la charla que el sábado dará Erik Porge sobre topología, bajo el sugerente título el Errar de la Metáfora.- Además de tratarse de uno de los tratados sobre pintura china más importantes de la tradición letrada, este texto constituye una refinada reflexión sobre el pensamiento, la experiencia vital y artística, haciendo frente a las preguntas fundamentales , por qué pintar, cómo hacerlo, y qué significa ese anhelo. La primera edición francesa de este texto cayó en manos de Lakhan en los setenta, quien lo estudió y comentó con la ayuda de F. Cheng. El tratado está dividido en 18 capítulos de corta extensión, muy precisos y con títulos como El cumplimiento de las reglas, la Transformación, Venerar la receptividad, Bosques y árboles, Océanos y olas, Lejos del polvo, Despojarse de la vulgaridad, Asumir sus cualidades. Me ha gustado mucho la posible explicación que ofrece Ryckmans al enigma de uno de sus seudónimos, el que da título a esta obra, Monje Calabaza Amarga. En la dinastía Qing a la calabaza amarga se la llamaba “calabaza noble” por el hecho de que aunque tenía un gusto amargo en extremo, al cocinarla con otros ingredientes, estos no se amargaban en absoluto. Al conservar toda su amargura sin transmitirla al resto de ingredientes, decían, presentaba las cualidades de un verdadero caballero gentilhombre. Se parece mucho, por cierto, a mi definición de la salud mental!
Shitao no era realmente un monje. Con la caída del imperio Ming y la ascensión de los Manchúes su padre fue asesinado siendo él muy pequeño, y para mayor protección la familia lo envió a un monasterio donde se hizo monje desde niño siguiendo las enseñanzas Chang. Después de años de estudio con maestros budistas Shitao se dedicó a viajar hasta instalarse definitivamente años más tarde en Yangzhou, donde disfrutaba de un prestigio considerable en los medios artísticos y literarios de la ciudad. Aunque era normal el uso de seudónimos entre los poetas y artistas, en el caso de Shitao era un exceso. Dicen los expertos que esta abundancia de nombres sea seguramente la razón por la que su reputación fue menor que la de otros pintores de la época, por la confusión a la que daba pie de cara al público.

17.5.08

del desbordamiento


dibujo de Rosa Rial, diseñadora de erva
Curiosamente la película en la que pensaba más estos días, de entre las vistas en la última edición del Baff, era la del japonés Nobuhiro Yamashita. No porque fuera la que más me gustó, (aunque es cierto que la disfruté bastante) ni porque fuera la mejor. En ella aparecía una niña, que en plena entrada en la adolescencia se encontraba a veces desbordada por algo de ella misma, algo que no era capaz de contener de la misma forma que lo había hecho hasta ahora, mostrando mucho más de lo que deseaba que se viera de ella. No se trataba de nada enorme ni de ningún secreto inconfesable, y eso era lo realmente bonito. El desbordamiento era en ocasiones sólo perceptible para una mirada atenta y relajada, esa mirada que suele requerir lo japonés y la belleza insípida de la estética china.
En la mesa bloggera de esta semana decidí explicar un poco cómo había surgido este espacio-petit-a, y explicar lo que significaba para mí, y como por fin en este no-lugar yo he encontrado un sitio donde me siento cómoda y acogida. Tenía preparados para leer dos post, de hacía justamente un año, uno que hacía alusión a lo literario y a la escritura (el evento estaba organizado por la asociación de escritores), que acabé no leyendo por miedo a alargarme, y otro que elegí sin pensarlo demasiado, porque me parecía daba cuenta de esa obsesión mía por el no-lugar, y mostraba algo que unía naturalmente lo psicoanalítico y lo chino. No sé si es que mi repetición insistente (no soy escritora, no soy analista, no soy sinóloga) resultó demasiado sospechosa o escandalizó a alguien, pero luego casi todos intentaron reconfortarme o animarme. Otro blogger que me gusta mucho, Iluminaciones, me preguntaba al reverso, después de otra discusión alrededor de mi no-profesión, por qué había dejado el teatro. Prometo seguir analizando mis síntomas (a todos nos gustó mucho la intervención de aquel analista que mostró el blog como lugar del síntoma) en el diván, pero me apetecía decir algo más al respecto. Lo que me atrae del lugar del analista y de su deseo, lo que Lakhan conceptualizó como su discurso, que es para mí casi idéntico al del sabio chino, es que al contrario de lo que siempre me ha ocurrido en las otras áreas laborales que he tocado (y he tocado muchas!), este es el único lugar donde no me siento obligada a ocupar el lugar de amo, ni decirle a los demás lo que deben hacer. Lo que hasta ahora había sido un defecto en mi personalidad, un déficit (=necesitar saber y comprender, estar continuamente formándome sin instalarme, sin dar nada por definitivo pero sin tener que decir al otro lo que sé) me parece ahora que hay un lugar donde es bienvenido. En el teatro o la danza no era así, me apasionaba todo lo que requería del desciframiento de la escritura y los personajes, la dramaturgia y comprensión de la escena que desvelaba la verdad singular que cada ficción oculta, pero no me acababa de sentir cómoda en el rol del director, ni del intérprete, ni siquiera de testimonio escribiente. Qué decir del mundo de la empresa o el universitario. No soy sinóloga ni analista, pero es evidente que mis aspiraciones apuntan a eso, por eso hablé del autorizarme. Mi no-lugar de ahora no es un lugar de renuncia, ni de exclusión, no creo estar usándolo para auto-compadecerme, es un lugar de paso y de deseo, donde me gusta estar y por supuesto compartir.

12.5.08

del bloqueo al blogueo

foto de Palm Springs by g2the2thea
Este miércoles a las 19h30 Cacho de Pan, Zbelnu, Jorge Chapuis y yo participaremos en el Ateneu en una mesa redonda alrededor de los blogs, organizada por l'Associació Col legial d'Escriptors de Catalunya ACEC. Estáis todos invitados!

10.5.08

que no me tapen la boca

Foto de la inauguración de la exposición China Avant-Garde, Pekín, 5 feb'89
Quienes me conocen saben que mi discurso o mi estilo no son demasiado freudianos, quiero decir, que mi manera de pensar y expresarme está más cerca del decir paradójico poético y chino de Lacan que el literario, novelado y detectivesco de Freud. A mí, para qué negarlo, leer a Freud me supone un esfuerzo, mientras que la lectura de Yak Lakhan es pura vitamina, y hace que mi cabeza de acuario recupere algo de su densidad aérea original y consiga arrancar al vuelo. A pesar de esto, y gracias a mis lecturas lacanianas, aprendo a leer a Freud, a reconocerlo, valorarlo, y a identificar su herencia en tantas áreas de nuestro pensamiento. Lo que me maravilla, y me aterra es el hecho de que, a pesar de que su descubrimiento, que data ya de un siglo, impregne de manera profunda prácticamente todas las áreas de nuestra comprensión del mundo y el sujeto, se lo siga ignorando, reprimiendo, y negando de esta manera. Por supuesto que es sintomático, entre otras cosas de la dificultad a integrar ciertas cosas de nosotros mismos, que sólo vemos –cuando lo hacemos- en los otros, pero qué quieren que les diga, a mi me sigue chocando. Hace poco, en unas jornadas sobre juventud, durante una ponencia sobre violencia de género, una de las madres (que no era psicoanalista) preguntaba indignada a los ponentes si alguna vez habían oído hablar de Sigmund Freud, ya que los conferenciantes, sociólogos universitarios, parecían desconocer que lo que ellos creían estar descubriendo (la posibilidad de un beneficio psicológico o goce en el sufrimiento, es decir, la responsabilidad subjetiva del sujeto en aquello que lo destruye) lo había explicado Freud hacía un siglo. No supieron responder, y pusieron cara de pez. A mi que estoy estudiando psicología (como puro trámite) me pasa lo mismo, los textos presentan como teorías revolucionarias y novedosas cosas que ya elaboró Freud, sin reconocerlo, por supuesto y dando muchas vueltas y utilizando 12 categorías y 23 nombres para definir uno solo de sus conceptos, otras veces diciendo todo lo contrario, pero entonces resolviendo al final que, en la práctica, tales elucubraciones son discutibles. La verdad es que vivimos en un mundo hiper-medicalizado , dirigido a suturar el síntoma en vez de liberarlo, a negar el sufrimiento en vez de descifrarlo o darle una espacio para que se transforme en otra cosa, a responsabilizar al otro de nuestras miserias según la lógica fantasmal, que como dijo Rithée Cevasco, o bien idealiza o bien degrada al otro, en un intento de vivir a su costa, y no me refiero materialmente. Esta semana, en la conferencia de Imma Puy, volví a ver las imágenes de la entrada de la Nacional Gallery de Beijing durante la exposición que realizaron artistas chinos en febrero 89, antes de las trágicas manifestaciones estudiantiles. Los signos querían indicar que “no había retroceso posible” en los movimientos intelectuales y de democratización promovidos entonces, y yo pensaba en Freud… ojálá! También leí esta semana a Lacan en su seminario XI : la función del inconsciente freudiano, que no es el inconsciente romántico u oscuro de la creación imaginaria y actúa de manera homóloga a lo que ocurre a nivel del sujeto, es la de hablar; el inconsciente habla, y lo hace de forma tan elaborada como el consciente, haciéndole perder a éste sus supuestos privilegios.

5.5.08

mirar y pensar

photo de la playa de San Francisco, Ocean Beach, by burnto
Ayer en una entrevista en franceculture, Richard Serra relataba cómo el descubrimiento de Brancusi a su llegada a París y luego la obra de Giacometti (yo pensaba en Bel) lo llevaron a elegir la escultura como medio expresivo. Más tarde fue un viaje al Prado, y el cuadro de las Meninas. Decía cosas preciosas, pero yo lo oía sesgadamente, mientras hacía otras cosas. En un momento dado dijo que para él mirar era lo mismo que pensar, y que al mismo tiempo, pensar era una forma de mirar. Pensé en Dante y en Albértigo, para quienes lo visual, la belleza, la posibilidad de mirar, de recorrer y aprehender algo con la mirada, es esencial. También me gustó recibir esa especie de haiku en el cierre de esta edición del Baff, que echaremos en falta hasta la primavera que viene.
Y no es porque Richard Serra, que presenta ahora su obra en París, naciera en San francisco, - lo desconocía ayer- , pero me encontré de nuevo (me encuentro en esa situación a menudo, sin saber muy bien cómo ni por qué) buscando en el oráculo visual fotos de esa ciudad, San Francisco, que también es interior e invisible, reveladora para mí en aquel momento de que existía otro horizonte. Esta imagen es de la playa sobre la que vivía. Y algo había de esa relación entre lo que veía (la infinitud y amplitud, la generosidad de la naturaleza, las luz de California, la numerosa población asiática, el chinatown anclado en otros tiempos, la libertad y la relajación con la que vivía la gente, la belleza, el tiempo -visible-, el océano, los árboles) y mi representación del mundo. Y ahora sé que no se trataba tanto de lo que ahí pude vivir, lo que me atravesó fue algo que tenía que ver con el paisaje, con lo espacial, con la luz que estallaba sobre las calles Tuve la suerte de poder compartir algo de eso con Lola y con Martina, que a veces me parecen únicos testigos de lo que me pareció ser otra vida, estar en otra dimensión, más cercana a la de los sueños, y que sin embargo fue la puerta de entrada (golden gate) a China y a la vida de ahora. En fin, pues eso, que a veces mirar, es una forma de pensar…

1.5.08

evanescencia narrativa

Photo by Jochen Juergensen
Las historias suelen ser siempre las mismas, lo que varía es desde dónde se cuentan y cómo se cuentan. Lacan desarrolló su teoría de los cuatro discursos para dar cuenta de esos lugares que ocupamos y otorgamos al otro y de cómo las distintas maneras de expresarse, más allá del lenguaje verbal, constituían formas diferentes de relacionarse con el mundo. Estoy segura de que esa exploración mía de las relaciones entre psicoanálisis y china tiene que ver mucho con la cuestión de los discursos. En el artículo del culturas de ayer sobre el Baff Arnau Horta recurre al tópico de los silencios para hablar del cine asiático, y habla al final de una cierta evanescencia de la narrativa. Quien esté asistiendo a las proyecciones, verá que las narraciones están muchas veces repletas de personajes, acontecimientos, lugares, narraciones, pero sí, efectivamente parece que hay algo que en vez de tomar consistencia, la va perdiendo a lo largo de la película. Esta semana en una estupenda clase de psicoanálisis una analista nos explicaba: al principio de lo que se trata es de ayudar al analizante a dar un sentido a su narración, crear sentidos, pero luego, a medida que avanza el análisis lo que se va buscando es un vaciamiento de sentidos, quitar el sentido único y llevar al analizante a ser capaz de encontrar otros, sin quedarse fijado a ellos. Estudiábamos un caso emblemático de Freud, el Hombre de las Ratas, y C. nos mostraba cómo el analista intentó a partir del significante fantasmal al que había quedado fijado el analizante, trabajar con el equívoco, la homofonía (justamente lo que provoca la lengua china) y permitirle desplegar frente a sí, una narrativa que lo liberara de la fijación que lo mortificaba.
El cine de algunos de los directores menos comerciales que nos suele traer el Baff suele estar repleto de esas imágenes mortificadoras que hace falta desplegar para liberarnos de ellas. Dándonos espacio, dejándolas bailar...
Este año estoy haciendo una edición muy japonesa, me gustó mucho Sad Vacation, y ayer disfruté con la mirada relajada de Nobuhiro Yamashita en A gentle Breeze in the Village, que me pareció un estupendo homenaje a Ozu. A las 8 iré a ver Waltz in Starlight, y no me perderé The Rebirth ni Aliento. Un amigo amante del cine tailandés me ha recomendado Ploy y Syndromes and a Century, que me perdí el año pasado, y me ha dicho que no me pierda Secret Sunshine. Si no llego esta noche a la sala Apolo, quizá el sábado vayamos a la sesión musical en el cccb.
En este puente ajetreado, me escapo soñando con estos versos de Su Dongpo, escritos en una visita a un monasterio taoísta, en el verano de 1073
Ciruelas púrpura y calabazas amarillas perfuman el camino del pueblo
mi gorra de paño negro y mi vestido taoísta de cáñamo blanco están frescos
la puerta del tempo acaba de cerrarse, la sobra de los pinos ha girado

apoyado sobre mi almohada, el viento en la ventana, me adormezco en ensoñaciones...

Ayer salía también en la vanguardia la noticia de la muerte el martes en Taipei de Bo Yang, escritor chino que huyó a Taiwan en la guerra y autor de una serie de obras muy críticas con la cultura china, como El Chino feo y la crisis de la cultura china, prohibidas en las dos chinas. Había oído hablar de su"teoría de la tinaja de la pasta de soja" pero no recuerdo dónde. R. Poch escribe un bonito artículo al respecto.
Por cierto, save the dates! Imma Puy estará el martes en la Fundación Miró para hablar de las tendencias del arte contemporáneo chino.