27.7.08

夏天

calabazas en una tienda en Tsumago, photo by Barbara Rich

Un par de haikus del libro de henri bruel, humor zen, traducidos del francés por esteve serra


la calabaza engorda

yo adelgazo

¡qué calor!

Tun


salgo,

haced el amor tranquilamente,

moscas de mi casa

Issa

23.7.08

algo ausente

polaroid by Solar Ikon

con aún tres semanas por delante antes de empezar las vacaciones, estaré algo ausente estos días, yendo y viniendo, con visitas, silencios y alguna que otra lectura. Para los que estéis por aquí, nos seguimos leyendo tranquilamente, un poco fuera de la rutina, para los que os vais o os estéis yendo, felices descansos

21.7.08

de construcción

the weather project, sun installation at Tate Modern, by Olafur Eliasson, photo by Olga Mink

Tal vez fue la nostalgia de este inicio de verano la que me hizo revisar alguno de los últimos vídeos del equipo sexybeijing.tv, de la que soy fan desde hace tiempo. Me quedé especialmente enganchada en este micro-reportaje, muy sencillo, acerca de un pequeño y viejo templo de Pekín que están a punto de destruir, aunque oficialmente haya sido catalogado para ser preservado. Se trata de una construcción de la dinastía Ming, dedicada a un poeta de la época Song que no conocía, Xie Fangde. Además de una visita al templo en ruinas al lado de un experto, incluye una pequeña entrevista a un matrimonio mayor que está resistiendo como pueden antes de tener que irse a vivir a algún rascacielos de las afueras, donde, despojados de cualquier oportunidad de conservar su modo de vida, se sentirán perdidos y desamparados. Os lo recomiendo de veras, dura unos 4 min.



No pude evitar pensar en él al día siguiente en la exquisita, necesaria exposición de Olafur Eliasson en la Miró, La naturaleza de las cosas. Unas piezas hipnóticas, sobrias, precisas, que nos invitan a reflexionar y a participar sobre la realidad, la percepción, y la manera en que nos relacionamos con ellas. Además de sus obras e instalaciones con luces y proyecciones, en una especie de hall hay una mesa larguísima llena de piezas lego de color blanco donde los visitantes pueden construir y de-construir a su gusto. Para mi las exposiciones, libros o películas que inciden sobre el tiempo, el tiempo de observación, de elaboración o de recepción , que me obligan a modificar mi vivencia temporal son como una especie de medicina mágica, curativas. También me gustaba esa idea de que más allá de las apariencias, y de las construcciones que llevamos a cabo para relacionarnos con el mundo que nos rodea, lo que cuenta muchas veces no son tanto las cosas en sí sino los reflejos que se proyectan, las perspectivas, los colores que de forma alquímica se crean en nuestra retina, y cómo las luces y la mirada atraviesan los lugares y los objetos. La expo es de lujo, como lo es la obra rigurosa de este artista.
Y para cerrar este recorrido algo derridiano, ayer por la noche vi el documental de Sydney Pollack, Sketches of Frank Gehry, que también tuvo cierto efecto reparador: filmado de manera sencilla y clásica, sin pretensiones, intercalando entrevistas al arquitecto, a amigos, artistas, a su propio analista, con visitas, paseos, secuencias de trabajo con su equipo en el estudio. He de reconocer que el tinglado mediático de los últimos años y esa tendencia a lo espectacular en su obra me aburrían más que atraerme, pero en la película todo tiene una escala humana, es una verdadera conversación entre disciplinas, personas, ciudades y materiales. Me quedo con sus proyectos más pequeños, su casa en Venice, California, me encantó, pequeñas construcciones enmarcadas por árboles y colinas, preciosas vistas y ventanas de madera. Y es que resonaban aún algunas de las cosas que los comentadores de este blog me habían ido sugiriendo tan generosamente estos días: ser artista, ser poeta, recordaba iluminaciones, supone estar arriesgándose todo el tiempo, y luego esa cita maravillosa de Niezstche que me pasó elpasaeltiempo en relación al ideal que éste, en la misma línea que el psicoanálisis, catalogaba como error: "No sólo soportar lo necesario, y aun menos disimularlo-todo idealismo es mendacidad frente a lo necesario-, sino amarlo.." en respuesta a Vicent. Como en una coreografía, pensaba estos días, levantamos muchas construcciones que van cayendo abajo, con las que, sabemos, no hay otro modo más que volver a empezar de nuevo.

17.7.08

efecto sujeto o del eclipse del saber

lilltle geisha dance, photo by Okinawa Soba
Hace unos meses traduje un artículo para un libro que ya ha sido publicado, en el que el autor, como otros muchos analistas, se preguntaba qué había sido del sujeto. El sujeto al que se refiere es distinto del individuo tal y como lo percibimos y designamos ordinariamente y hace referencia, con más precisión, al sujeto del deseo que Freud descubrió en el inconsciente. El sujeto del psicoanálisis no está lejos del de cierta poesía, y del que yo creo vislumbrar a menudo en el encadenamiento de la escritura china. Es un sujeto con el que todos tenemos que vérnosla diariamente, a veces a través de un sentimiento de extrañeza, otras de cierto reconocimiento, Freud lo encontró a través de los sueños, los equívocos, lapsus, chistes, del lenguaje. Tiene que ver con lo no sabido, con lo que se pierde, se escapa, con lo que resiste, con lo que se dice sin saber que se dice, lo que se desea sin saber que se desea, es un sujeto que ex-siste fuera de lo que cada uno sabe, dividido, y que aparece como efecto del lenguaje. No obstante y, como dice Lacan, de nuestra posición de sujetos somos siempre responsables, y de este deseo, capturado en el deseo del Otro, tendremos que acabar respondiendo. Creo que es en Sócrates donde Freud descubre que hay un sujeto en eclipse del saber. Si Sócrates no descubre el inconsciente es, según Lacan, porque aún no existía el sujeto de la ciencia, que apareció con el cogito de Descartes. Se inspiró luego en Koyré para subrayar con él que en la base de las revoluciones científicas hay siempre una revolución espiritual y que la ciencia necesita de una metafísica que le permita explicar el encuentro con lo Real, con lo imposible de explicar o resolver. Por eso para Lacan el sujeto del psicoanálisis es el sujeto de la ciencia, por muy chocante que suene ahora. Yo no provengo de la ciencia sino de la poética, pero entiendo que ambas perspectivas nos permiten afrontar la dimensión de imposibilidad, que puede parecer tener diez mil cabezas, pero que siempre es la misma. En otro de los artículos, Bernard Brémond pone en paralelo la pasión por la lengua en Joyce, Rimbaud y Lacan. Su tesis es que Joyce consigue aquello en lo que Rimbaud fracasa. Joyce no busca lo verdadero, a diferencia de Rimbaud. Como Picasso, él no buscaba, sino que encontraba, y eso le daba mucha envidia a Lacan, que llegó a decir que como psicótico sería mejor analista. Lacan hablaba de la relación con la lengua. En Rimbaud se conjugaba el amor por la lengua con su pasión por la verdad (anhelaba encontrar por la poesía el acceso a lo verdadero, y esa imposibilidad lo atormentaba). Joyce con Lacan conjugaban el amor por la lengua con la pasión por la letra y el significante. Éste último decía que sus “Escritos” no los había escrito para que la gente los entendiera sino para que los leyeran. Que no era la misma cosa. Constata, dice, que aunque no los entiendan, algún efecto tienen en la gente. En el trabajo de análisis existe también algo que se transmite más allá de lo que se puede llegar a decir o escribir, y que tiene, sin embargo, su efecto o efectos. Creo que me puse a pensar en todo esto a raíz de toda la discusión actual sobre la china olímpica y el último artículo de Rafael Poch acerca de los deseos de boicot y demás malentendidos, pero creo que en algún momento perdí el hilo…

14.7.08

imágenes de un mundo efímero

a partir de un grabado de Suzuki Harunobu, Googling Fuji, by Mike Licht
A la consideración general de que en China la escritura se hacía exclusivamente en lengua clásica, valdría matizar el caso del teatro . A diferencia de otros géneros literarios chinos desarrollados por letrados y funcionarios, y de otras tradiciones teatrales como la griega cuyos poetas como Esquilo, Sófocles o Eurípides constituían una parte esencial de la alta literatura, en China el teatro no será considerado literatura hasta épocas muy tardías. Aunque ya en de la dinastía Han existían espectáculos musicales, acrobáticos, con marionetas y danzas, es sobre todo a partir de la entrada del budismo en China en que empieza a aparecer en los escenarios nuevos temas, personajes e instrumentos musicales procedentes de Asia oriental. La introducción de la imprenta a través de los textos budistas, la evolución de los cuentistas y la apertura y crecimiento de las ciudades hacen que ya en la dinastía Song se pueda hablar de las primeras piezas, que eran representadas en las calles y centros urbanos como divertimentos populares Sin embargo, es en la dinastía Yuan, la de los invasores mongoles, cuando el teatro chino alcanza su máximo desarrollo. Dos son las razones principales del florecimiento dramático, por un lado el desarrollo de las ciudades, y por otro la abolición de los exámenes imperiales que hace que los letrados, desocupados, deban buscar otras maneras de ganarse la vida. Tal y como explica Alicia Relinque, los prejuicios han frente a la literatura en lengua vulgar se pierden y mientras la poesía y el ensayo siguen la línea clásica, el teatro permite la lengua popular alejada de los cultismos de la escritura. Con el tiempo se distinguirá este teatro del Norte de las formas del Sur, y más tarde irán apareciendo nuevas formas escénicas regionales, diversificando modelos, según áreas geográficas, hasta que en el s XIX vuelvan a converger en una forma nueva, fuertemente codificada y de convenciones mucho más rígidas, la ópera de Pekín. Las representaciones tenían lugar en escenarios montados para la ocasión, en edificios, en casas de té, en ferias comerciales y en templos, muchas veces itinerantes, en festivales y fiestas, por lo que era un teatro que prescindía de escenografía, el escenario solía estar vacío. Tampoco existía un telón que bajara o subiera, sino un elemento, una puerta al fondo, la puerta de los fantasmas guimen dao, o puerta del tambor, gumen dao que, según explica Alicia, por su homofonía, también puede ser traducida como puerta del pasado, debido a la conciencia de los autores de estar reviviendo el pasado y sus fantasmas!. Bertold Brecht tomó de este tipo de teatro no sólo la manera en que hablaban los personajes y se presentaban sus historias, también el trabajo de los actores. En el volumen Tres Dramas Chinos magníficamente preparado, anotado y traducido por A. Relinque, aparecen 3 obras, de las cuales ya me he leído la primera, La injusticia contra Dou E, que conmovió al cielo y a la tierra, maravillosa, hacía tiempo que no leía algo tan moderno y esencial. Me gustaría mucho poder hacer una versión un poco reducida y trabajarla con niños chinos de aquí. Al mismo tiempo, comienzo como lectura de verano La Interpretación de los Sueños de Freud, y me ha hecho gracia el paralelismo entre esa puerta de los fantasmas en el teatro y la puerta de acceso al inconsciente. En francés al trabajo de ensayos se le llama repetición, como en un sueño en que se repiten episodios o escenarios deseados, temidos, vividos que son de nuevo dramatizados, y por lo tanto modificados. Por eso seguramente esta pieza sobria de estructura y diálogos recios me ha recordado al teatro lleno de visiones oníricas de Heinrich Von Kleist, cuyos personajes, precozmente freudianos, conocían la importancia de esas visiones, que llevaban hasta las últimas consecuencias. También me hicieron pensar en los bellísimos y enigmáticos grabados japoneses de la exposición de la Pedrera, que recomiendo vayan a ver. Como en los sueños, sobre el papel de arroz, y en espacios en blanco aparecen con una aparente y sorprendente libertad, palabras y poemas escritos, que no estoy segura si descifran o matizan las escenas. En cualquier caso, a mi esos signos flotantes me hacen soñar…

8.7.08

el crepúsculo es un buey negro

photo by masaaki miyara

El crepúsculo es un buey negro, lento y torpe,
Que paso a paso va descendiendo de las montañas del oeste
No permitas que las puertas de la ciudad se cierren muy temprano
Porque hay que esperar que el buey entre en los corrales

El crepúsculo es un buey negro y misterioso
-no sé a qué mundo sobrenatural pertenece-
Cada día la luna lo acompaña hasta la ciudad
De mañana el sol lo lleva de nuevo a las montañas del oeste

Poema de Wen Yiduo (1899-1946) en Aguas Muertas, traducido por Javier Martín Ríos

Me gusta este poema sin saber bien por qué. El crepúsculo del que habla no me parece evocar ningún declive solitario y acechante hacia la muerte, tal y como suele ocurrir en la tradición poética. Para mi este buey negro y lento representa la capacidad para llevárselas con el enigma y con aquello que, como en el poema, atraviesa las puertas de la ciudad, por mucho que éstas se cierren cada noche (los sueños, el deseo, el amor, o el silencio) También pienso en la ciudad, y en su capacidad para reinventarse. Wen Yi Duo fue uno de los primeros poetas que empezaron a escribir en la lengua vernácula que en china sólo se había utilizado hasta entonces para el lenguaje oral, siendo la lengua clásica la utilizada durante siglos para cualquier tipo de escritura. A raíz del movimiento social e intelectual del Cuatro de Mayo, un grupo de intelectuales luchó y consiguió que la bai hua wen, la única lengua que entendía el pueblo pudiera ser utilizada en la escritura, en un intento de democratizar la cultura y el conocimiento. Ya unos años antes se había empezado a investigar y teorizar mucho sobre la traducción al chino de obras y autores extranjeros, sentando las bases de la traducción moderna. Unos eran partidarios de adaptar las palabras y discursos a la especificad de la escritura y lengua chinas, otros a usar expresiones y estructuras europeizadas para mantener la fidelidad al original. A mi lo que me interesa es constatar que cada vez que se traduce, uno se enfrenta con el dilema ineludible de una pérdida de significado, con un desvío o rescritura. Y lo cierto es que eso ocurre, sin necesidad de pasar de una lengua a otra, simplemente al hablar. Mucha gente piensa que la modernidad llegó a china con los comunistas, sin embargo muchas de las (buenas) ideas de la revolución ya existían antes; otros también piensan que la modernidad en la ciudad se mide por lo controlado, construido, planificado y categorizado que se tenga todo dentro de ella, cuando afortunadamente son muchas las cosas que ocurren al margen y a pesar del latoso dominio del amo