El tiempo ni anda ni corre. Nos espera sentados.
Este aforismo pertenece al libro que he terminado de saborear estos días, El Secreto del Cristal, Aforismos y Desafueros de Gonzalo Suarez, editado y preparado por el librero de la calle berlinés, Salvador Foraster, y Anne-Hélène Suarez (que ya conocerán los lectores porque siempre cito como traductora de referencia de poetas chinos, y gran inspiración en este largo camino de la sinología). Aprovecho estos días para hacer una pausa, una parada, y sentarme yo misma frente al tiempo, mirándolo a la cara, y viéndome en su reflejo. El humor de Gonzalo Suarez, su fugacidad poética e inteligente a sorbitos me ha ayudado en este ejercicio de desnudamiento. -Cordura viene de cuerda, y cuerda de atadura-. Salvador titula su epílogo con una frase de W. Benjamin, Relampagueo en un instante de peligro. Hay algo de peligro en el espacio en blanco que envuelve al aforismo, en el silencio alrededor de él, en el exceso de tiempo y de lugar.
Me permite seguir pensando en el desierto de hace unos días, que se había quedado en mí, habitándome de otra manera. Al mismo tiempo y gracias a Iluminaciones leo fragmentos de los Diarios Indios de Chantal Maillard. El desierto no tiene sombras, por lo cual no puede medirse el tiempo ni la distancia de las estrellas a no ser que el propio cuerpo haga oficio de gnomon. Uno es su propio tiempo. Alrededor, el tiempo no existe. A veces uno sin saberlo se encuentra en el desierto, otras veces es el desierto mismo. Hace que uno de mis preferidos sea su diario de Jaisalmer, ciudad india del Radjastán, en el desierto del Thar. Es difícil llegar a uno mismo. Si ser es salir a la luz, Maillard quiere hablarnos aquí del abismo, del desnacer, del regreso a la oscuridad. Invertir el impulso de existencia, cerrar los ojos del cuerpo, desatender las múltiples llamadas que enamoran. En el otro lado está la luz, y la voluntad. La voluntad es la que nombra, nombrar es arder en el deseo infinito de ser propiamente. Pero la compasión aún me impide la objetividad. La transparencia del cristal no admite que se conviva en el padecer ajeno. Por esa compasión tan importante en oriente, despojada de la caridad y la condescendencia, ella dice en una entrevista que no concibe una filosofía que hable continuamente en tercera persona. Me ha hecho pensar en Bel y en su literaruta en primera persona. El pensamiento debe recuperar a la persona concreta. Mi amigo Philippe , autor de la imagen de este post, ha estado unas semanas en India, me escribió una carta de las de antes diciéndome que me encontraba por todas partes, Il y a de toi partout ici. Plus encore qu’en Chine. La douceur? La couleur? En su flickr hay unas fotos maravillosas. Philippe recorre el mundo fotografiándolo casi todo, interrogándolo a través de su mirada, encontrándose en los reflejos que le devuelve la lente. Me he acordado de algo que la psicoanalista Françoise Davoine pone en boca de Wittgenstein en su libro La locura Wittgenstein: A veces no hay lenguaje para decirse algo a sí mismo, y sólo se encuentran las palabras a través de algún otro, por la vía de una respuesta. Pueder ser incluso que algún otro sueñe su miedo en lugar suyo…
12 comentarios:
Que fluya el tiempo sentado, como las palabras que nos dicta la inspiración.
Y que comiences el 2009 con ese paso justo!
Felicidades!
Decía Sartre que no había respuestas en el inconsciente porque este decía lo que queríamos oír, yo estoy en parte de acuerdo pero aún sin creer en nada ni casi en nadie te digo que la compasión es algo sólo apta para lo ideal, no es buena la compasión ni para el que la padece ni para el que la da, el psicoanálisis es buena prueba de ello, para mí la compasión es como si la amada que no te ama te dijera: te quiero mucho.
El tiempo es nuestro mejor aliado, porque nos llevará a lo total a la muerte, pero la vida es corta y sentir es lo más importante que un animal pueda tener, yo debo sentir.
Disculpa que no haya cogido el tema esta vez o no me haya enganchado al artículo, no es por tu culpa te lo aseguro.
hola Pablo, gracias por los buenos deseos,
hola Vicent, claro que has cogido el tema! y me gusta eso que dices del tiempo como aliado. Sartre siempre me pareció un poco tramposo por su pose, y le pega todo decir eso, tan contenido y reprimido que era. Por supuesto no estoy de acuerdo con él y por eso mi camino intelectual no se cruza con el suyo. En cuanto a la compasión no lo he precisado bien pero la noción de compasión oriental ES MUY DISTINTA, casi opuesta a la que utilizamos aquí. No tiene la connotación de condescendencia, de sentir lástima por el otro, de sentirse situado en una situación mejor que el otro. La compasión oriental tiene más que ver con la empatía, y con esa noción psicoanalítica de que que el sujeto se funda en su relación con el otro. No existe pues esa separación de la que tú hablas entre quien padece y quien da, sino que existe un sentimiento que puede ser transferido, compartido, comunicado y rencontrado a través de la relación con el otro.
Efectivamente nuestra noción de compasión cristiana deja bastante que desear...
Y qué preciosa foto de Philippe! Me gusta cómo hilas las cosas (misteriosamente para mi pobre cabeza concreta) con tus abstracciones desde los aforismos del cristal hasta llegar a Davoine, pasando por mí y aquí incluyo un alegre rubor de esos de los iconos de internet. Muy bonito e interesante post...
me alegra te guste la foto de philippe, y sí, estoy muy abstracta y desenredando todos esos hilos que aún no controlo, a pesar de ello vuelvo a Davoine...
Me ha sorprendido, algo incompresiblemente, lo de Uno es su propio tiempo, alrededor no existe. Cuando dependemos tanto, del tiempo los demás. Y que necesarias son esas paradas para repensar, escuchar, o recomenzar desde potro punto de vista si fuera necesario, etc. yo tenía presente antes, los aforismos de Nietzsche, un pequeño librillo de Tusquets creo, que se abría y se cerraba como un círculo...como dices.
Es verdad que a Maillard hay que leerla como antes decía a Nietzsche, aunque sean escritores diferentes, con premeditación o en el momento adecuado, que llega sin esperarlo.
Gracias por la cita...
iluminaciones.
Invertir el impulso de existencia, cerrar los ojos del cuerpo..tratar de llegar a uno mismo.. tareas demasiado difíciles en este tiempo que parece correr vertiginosamente o detenerse eternamente.. tarea mucho más ardua es detener, frenar y mirarse.. pero es necesario y reconfortante..
Con trabajo se va construyendo el Ser.. como dice Octavio Paz: " Hay eras de silencio, de piedra y de sequía. A veces, cae una Palabra. El pájaro es feroz y acaso te saque los ojos. Acaso, más tarde, caerán otros."
Y en la construcción de ese Ser interviene inexorablemente el Tiempo..
Hermoso tu post.
Felicidades!!
Hola Vanesa, sigo leyendo tu blog y tengo una pregunta. Como llegaste a lo oriental ? Viviste en japón o en china? estuviste algun tiempo allí?
gracias por sugerir mis cuentos chinos verdad freudiana y lo mejor para vos en este 2009. te cuentos que leerte se me ha hecho un habito.
maravillosa imagen, a pesar de esa oculta mano humana cortando las flores.
Me niego a los desiertos, ya sean de arena, piedra o nieve.
Un avrazo, con verde V de Vanessa
sí, Iluminaciones, al menos estos días de navidades soy mi propio tiempo, atravesada por los demás, hecha un remolino. Hice una pausa y retomé los diarios indios, sigo encontrando fragmentos y destellos, "vuelcos", que dice ella...
hola lePasaelTiempo, he seguido encontrando cosas interesantes en esos diarios indios, luego ella habla de cómo si buscamos ese ser en el interior no encontraremos nada, y que en cambio hay que buscarlo en el exterior, en lo que se proyecta (en las identificaciones diríamos en psicoanálisis) A veces, como citas tú, cae alguna palabra,
gracias por los deseos, igualmente!
hola Freudiana, efectivamente viví en China dos años, y aprendí la lengua y me sumergí en la vida pekinesa cuanto pude. Encontré una conexión interna con lo que me atraía del psicoanálisis, y lo sorprendente es que es gracias a China que me autoricé a acercarme más al análisis, y es gracias al análisis que pude seguir avanzando en lo chino. Es una especie de síntoma mío extraño pero tremendamente fructífero para mi. Y tú? como llegaste a esos cuentos chinos y el camino oriental?
Pues yo sigo fascinada por esa experiencia desértica, por los horizontes y los tiempos Cacho, no sé bien con qué lo relaciono. La imagen sí que es bonita, aunque yo también prefiero los lotos sin cortar, meciéndose al viento
Sí, esos hallazgos que se encuentran a cada página, saltando a cada línea. Me parecen de una escritura y un pensamiento muy a la intemperie, casi de una belleza plástica, y que reflejan las vivencias, volcadas, bajo la sombra o la luz intemporal, que describiría una falta de esperanza, a la vez imperecedera, eterna?
Respecto a los desiertos, los horizontes y los tiempos, no se me ocurre ahora qué decir. Y lo que se me ocurre es; el desierto: hablar para uno mismo, los tiempos: avance. Los horizontes: sitio donde llegar o límite, fin; y que me recuerda a Eugenio Trías en su ensayo sobre los límites...
Yo también llevo a saltos los Diarios indios, arañándolos en su lectura, desesperada.
iluminaciones.
gracias Iluminaciones por esa asociación libre! y generosa,
sí, hay algo de común e imperecedero en esa falta de esperanza de Maillard, en su vuelco
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