3.1.09

del error de buscarse dentro

unaji by Colodio

El “es” está fuera, no dentro. Dentro es falso. Quien mira adentro con el fin de encontrarse hallará el hueco. Engaños de los falsos místicos, los repetidores de fórmulas. Estamos donde nos proyectamos. Fuera. El error fue establecerse dentro.
O tal vez no fuese un error. Vine aquí con mi hueco. Vine montada en mi ausencia.


He seguido con los Diarios Indios de Chantal Maillard, a los que pertenece este fragmento, y que me gustan a ratos. Como para el psicoanalista, para Maillard el yo es una ilusión. Para encontrar algo de nosotros mismos hemos de buscarlo fuera. Los analistas utilizan la palabra, el lenguaje, la lectura de una escritura propia y algunos actos que comunican. En su viaje indio la escritora cree reconocer algo del ser en los gestos, las repeticiones y los pliegues. Una manera de plegarse, a eso lo llama persona. Pliegues que no pliegan ningún yo, sólo pliegan, como en el arte de envolver japonés, o el arte del kimono... Mis investigaciones sino-japoneso-lakhanianas me han llevado de regreso a ese libro extraño de Françoise Davoine con el que emprendí mi viaje. Ahí releo lo siguiente: Los hombres sufren y son heridos por lo que los ata unos a otros. La salida a este sufrimiento reside en este mismo lazo. Es muy simple. Basta hablar de lo que no se puede decir. El psicoanálisis sirve para eso. Este libro no habla tanto de la locura como de una manera o necesidad de comunicar lo incomunicable, y que reside en todos, no sólo en el loco. No se tiene que ser un loco para estar familiarizado con la locura, ni con el dolor de la imposibilidad de decir algo, con el sufrimiento indecible, con las fallas del lenguaje. La autora lo dice nada más empezar: no se trata de la locura o la psicosis, sino de la transferencia psicótica que designa un lazo con el analista, y no un diagnóstico. Ahí está precisamente lo que desvela el psicoanálisis: lo que buscamos no está en el ser y en sus falsas consistencias genéticas o identitarias, sino en los lazos, en los discursos y sus encrucijadas. El hombre que grita de dolor o que nos dice que sufre no elije la boca con la que lo dice. El concepto de transferencia apunta en esa eso: un saber necesario sobre nosotros mismos que sólo nos es revelado a través del otro. El analista ofrece no sólo su silencio y voz sino también su cuerpo para que operemos el desplazamiento y descubramos algo que lo que nos concierne en el otro. Pero también en la vida fuera del análisis ocurre constantemente. Vuelvo al libro de Davoine: hablar de lo que no se puede decir. En psicoanálisis una parte de eso que no se puede decir recibe el nombre de Real. Lo real es aquello que por mucho que experimentemos no llegamos a poder adiestrar poniéndole un nombre, una palabra, lo que se escapa a la simbolización (la experiencia de la muerte, de algunas pérdidas, algunos goces…) Muchos pensaron que Lacan era un pedante y un barroco con su distinción entre Real/Imaginario/Simbólico, otros en cambio reconocemos ahí su genio para la clínica. Lo dijo frente a todo un auditorio en Baltimore, pensaba que ser psicótico le permitiría ser mejor analista. El loco, invadido constantemente por lo Real, entiende mejor que muchos analistas la función de la letra, por eso en el libro el loco es el propio Wittgenstein: - Ustedes permanentemente dudan de lo que decimos. Ustedes creen que creemos en eso. Pero al loco le importa un comino (le fou, il s’en fout) sólo una cosa le importa: decir, testimoniar. El testimonio del loco no es su esencia, sino un envoltorio que envuelve un vacío (de sentido). Como Maillard, se presenta con su hueco, montado sobre una ausencia. El error es establecer la locura dentro, cuando sólo es posible cernir algo de ella allá fuera.

20 comentarios:

Vicent Llémena i Jambet dijo...

Le fou il s'en fout! sólo le interesa decir, conseguir desenmascarar su real, darle un nombre, darle una palabra, expresarlo para otro sin tener en cuenta ese otro, yo escribí un día que era un loco que hablaba acompañado, es cierto, no me interesa tanto los lazos con el otro como decir lo que quiero que sea mío, el loco quiere salir de la prisión de lo real, en sí mismos no somos nada y es cierto nos identifican los lazos con el afuera, no encontramos nunca nuestro yo que depende de nuestros lazos con los de afuera, el objeto de deseo, el estar enamorado o enamoriscado del amor, permite amar a otras mujeres, no caer en el espejo, lo real, el absurdo de toda existencia.
Me ha gustado este "del error de buscarse dentro", yo creo que conformamos nuestro yo con el otro que somos nosotros mismos claro, pero es un intercambio constante la identificación de nuestro yo con ver, sentir e incluso amar a lo que hay fuera de nosotros. Bien me despido, cuidate mucho Vanessa y disfruta de la vida que no es más que sentir.

Pablo Miravent dijo...

Impecable!
He aqui otro de los grandes cruces con el Budismo (que Lacan también vió). Mi sensei siempre dice que el que ve ladrones y asesinos por todas partes está hablando de si mismo.
Asimismo el Buda habla de la falta de unidad del ser.
Todo se juega en el lenguaje y allí los escritores nos volvemos locos y a la vez nos curamos, como Joyce.

el objeto a dijo...

hola Vicent, gracias por tus aportaciones, que sabes que valoro y agradezco, que leo con atención. Y me alegra que te gustara ese título, los títulos de los post sólo vienen muy al final, cuando estoy a punto de publicar, y me sorprenden incluso a mi,
también me ha interesado eso que has dicho, un loco que hablaba acompañado. Me he comprado un librito de Wittgenstein, ya ves, intentaré acercarme a la filosofía a ver si cazo algo de esa clínica

hola Pablo, hoy mismo pasé por tu casa y te leí un rato, efectivamente como en la meditación, que se ven pasar todos esos sentimientos y pensamientos como nubes, como algo ajeno,
vosotros los escritores efectivamente tenéis ese mismo espacio de locura y de curación propio, y por eso os envidio y os admiro

Belnu dijo...

He tenido que reponerme de la belleza de la foto, quelle merveille!
Para luego leer ese post maravilloso y explicativo, que a mí me brilla justamente en lo que estaba pensando, en mi bordear de esta tarde, dando vueltas para no entrar en un supuesto núcleo, sentada en los bordes, o copiando el momento en que una narradora se troncha llorando la muerte de su madre, pero en realidad llora por su vida como sucesión de esfuerzos inútiles y desplantes.
Pensaba en lo que no se puede decir, y en ese vínculo que duele, en la relación de los protagonistas de "Ancho mar de los Sargazos", ese desencuentro justamente por lo que no se puede decir y por ese lazo que quema. Y también por un conflicto en el que yo he acabado diciendo algo que no se podía decir, algo que había flotado ahí demasiado tiempo y que necesitaba ser dicho.

Belnu dijo...

al decir tronchar quise decir quebrarse, no reírse... Y vive la Davoine!

el objeto a dijo...

sí, a veces es necesario bordear las cosas durante un tiempo, incluso eterno, otras dejar que caiga algo, que de tanto tiempo en suspensión empezaba a pesar, como en esa conversación

hay unos tiempos de espera, otros de viaje o de búsqueda, como en el desierto, uno es su propio tiempo

me alegro te gustara la imagen japonesilla

civisliberum dijo...

Fantastico escrito y fotografia, como escribe Tom Wolfe en "The painted word" "primero consigues la palabra y después puedes ver".
Realmente Zbelnu acierta al recomendar tu post de hoy y tu fotografia.
Bones festes.

Anónimo dijo...

Bueno, yo distinguiría entre hablar al analista y hacerlo en lo cotidiano, en lo que nos atañe, que siendo lo mismo, o parecido, no nos confronta con nosotros mismos de igual manera. Y también es cierto que mucha gente no sabe hablarse, y lo va postergando infinitamente. Esto depende de la dirección de los impulsos de cada uno. Etc. De todas formas, yo si creo que Maillard habla desde su visión interior, y que lo hace como en un segundo paso consiguiente al hueco, tal vez ya dejado atrás por su insuficiente forma.
iluminaciones.

Ephemeralthing dijo...

Estaba yo pensando estos días y escribí: "La nostalgia está presente de tal manera que la realidad parece una ensoñación casi olvidada, pero cuando se da el reencuentro con esa ensoñación su percepción es más viva que nunca y deja el sabor de la autoafirmación". Tu entrada de hoy y sobre todo ese fragmento de la lectura de "Diarios indios" creo coincide en algún sentido con lo que trataba de expresar, o por lo menos yo lo identifico así.

odette farrell dijo...

"Buscarme entre los otros" es la frase que más me gusta de un poema de Octavio Paz :)

nomesploraria dijo...

Lo que los demás perciben de mí no tiene nada que ver con lo que yo pienso que soy. A menudo me siento un impostor.

Bon any estimada Vanessa.

el objeto a dijo...

hola Civisliberum, te contesté en tu casa y no aquí! Es gracioso porque realmente es así, primero empiezo escribiendo algo que ni sé de qué va a ir, luego encuentro la imagen y por último el título, y a menudo todo me sorprende! painted word!

Iluminaciones, me ha hecho gracia eso de que hay quien no sabe hablarse y además lo va postergando infinitamente, sí!! incluso quien ya está en un análisis, o emprende viajes similares!
Por supuesto que no es lo mismo hablarle a un analista que hablar en la vida corriente, pero sólo quería decir que la tranferencia está en todos nosotros, y que muchas veces utilizamos esa conexión particular que tenemos con el otro para desplegar algo de nosotros mismos. Por eso hay cosas que le explicamos a unos y no a otros...
Sobre la Maillard yo también creo que habla desde lo interior y lo íntimo, sin embargo yo entiendo que su búsqueda va de dentro (su pensamimento) hacia fuera (los paisajes, las imágenes y las palabras) Por eso no creo que busque dentro, sino fuera, desde su propio vacío, su insuficiencia, como tú bien dices, y en eso es donde hay algo muy psicoanalítico, la aceptación de la insuficiencia...

hola Ephemeralthing, gracias por tus palabras. Sí, yo también creo que algo de lo que tú apuntas está en Maillard y en mi post: cómo uno puede descubrir el mundo a partir de lo interior, del sí mismo, y como el sí mismo se revela a partir del reflejo de lo de fuera. Gracias!

querida Odette, bienvenida!
ahora paso por tu blog que he visto que has actualizado,
Octavio Paz está muy cercano a mis poetas y universos chinos, yo también lo hago!

Estimat Nmpl, yo creo que sólo se puede ser honesto, estar sano y feliz cuando se tiene y mantiene cierta conciencia de esa impostura tan grande en la que vivmos
Bon any a ti també!!

Anónimo dijo...
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dd dijo...

bellísima entrada, gracias.

Ephemeralthing dijo...

Gracias a ti, "copio y pego": bellísima entrada.

Anónimo dijo...

La verdad es que me ha despertado curiosidad ese libro de Davoine.
Podrías comentarlo algún día...
iluminaciones.

Anónimo dijo...

It seems my language skills need to be strengthened, because I totally can not read your information, but I think this is a good BLOG

frikosal dijo...

"Basta hablar de lo que no se puede decir. El psicoanálisis sirve para eso."

¡No es poca cosa!

Ese cogote tan misterioso me tiene intrigadisimo.

Ser-ahi dijo...

"Vine montada en mi ausencia" que frase maravillosa! Tu lectura me trajo a la memoria algo que infinidad de veces me dijo mi analista: soportar el hueco, soportar el vacio..

Debo comprar el libro de Davoine y leerlo.

Muy interesante post!

Saludos!

Ani B. dijo...

Preciso texto que da cuenta de esto que Lacan llamó "extimidad" y que vemos producirse cada vez que eso habla, que eso escribe. Me gusta pluralizar la formula de Rimbaud "je suis un outre", a través de Fernando Pessoa y esos otros-heterónimos, extimos.
El sujeto como efecto de pliegue, la letra, lalengua... y, seguimos bordeando el abismo.
Saludos,
Ani Bustamante
www.trazofreudiano.blogspot.com