foto objeto-a, playa de Pals
Hay quienes para no dar nada, para no dar amor, vamos, dan un montón de cosas, normalmente materiales. Lacan decía que el amor es dar aquello que no se tiene, el falo, a quien no lo es. Personalmente no concibo la relación amorosa, paradigma del amor en general, sin la emergencia de algo que entiendo como ficción, y que, pensaba estos días, no estaría lejos de eso. En el amor necesito una ficción, que nada tiene que ver con el fingir, o el mentir, con dejar de ser uno mismo, o vivir en un personaje. Se trata más bien de ser capaz, de tener el valor y la imaginación para crear una ilusión con el otro de poder colmar mutuamente lo que cada uno desea, sabiendo en todo momento que no es más que un pacto, una ficción, una especie de secret romantic agreement
Esa ficción tan loca y absurda, que sólo puede idearse en el estado maravilloso y ciego del enamoramiento, puede o no durar, pero lo cierto es que como se preguntaba Carrie Bradshaw, ¿cómo sostener una relación sin el zsa zsa zsu, esas las mariposas en el estómago, que dicen lo anglosajones? porque aún cuando ha pasado el sentimiento, siempre queda la memoria, el recuerdo, que para mí es corporal y remite a aquel pacto...
Esta semana en un seminario de psicoanálisis con niños y adolescentes, reflexionábamos acerca de la dificultad de los padres para sostenerse frente a las demandas constantes de cosas de los hijos, especialmente en momentos de adolescencia, de crisis y cambios, demandas que se hacen imposibles de satisfacer, pues cuando se ha satisfecho una, ésta pierde valor y aparece otra nueva. Seguramente ese amor lacaniano, el de intentar dar lo que no se tiene, pero aún así intentarlo, es decir, reconocer al otro y a su deseo pero al mismo tiempo reconocer que no se lo podemos satisfacer completamente y aún así no salir corriendo, sea lo único que podamos hacer. No me estoy explicando bien, pero en eso pensaba estos días, acompañada por la lectura interrumpida de Barthes en su viaje a Japón. Estos días sin tiempo… sin demasiadas claves o llaves que abran nuevas dimensiones de tiempo. El viernes en el encuentro organizado por el Espai Freud me interesó mucho lo que explicó Julieta Piastro sobre la idea de Agamben acerca del privilegio contemporáneo de una conciencia de historicidad del conocimiento, que lo relativiza, y al hacerlo relativiza nuestras verdades. A mí me sonaba muy chino, muy lakhaniano. Rithée Cevasco indicó el peligro de las sociedades neurotizadas que tienden a interpretar el mundo según la lógica fantasmal, es decir idealizándolo o degradándolo. Nos han vendido que la postmodernidad es el sinsentido, y me alegró escuchar que no es así, que se trata en todo caso de abrir un espacio para un nuevo relato, para la reconstrucción de nuevas formas y espacios interpretativos. Barthes utiliza la metáfora urbanística para hablar de algo de esto. Dice que en Occidente las ciudades suelen ser concéntricas, debido a una ley o sentimiento cenestésico que requiere que todo espacio urbano tenga un centro a donde ir, y del cual partir, un centro pleno, que respondería también a la metafísica occidental para la que el centro sería el lugar de la verdad. Ir al centro es encontrarse con la realidad social.
En cambio una ciudad como Tokyo, -y yo pensaba también Pekín-, presenta una bella paradoja: la ciudad entera gira alrededor de un centro a la vez prohibido e indiferente, el palacio donde se supone vive un emperador que no vemos nunca. Esas nuevas ciudades de la modernidad están "construidas alrededor de una anillo opaco de murallas y canales de agua, techos y árboles, cuyo centro no es más que una idea evaporada, y cuya razón de subsistir no es irradiar poder sino dar a todo el movimiento urbano el apoyo de su vacío central, obligando la circulación en un perpetuo desvío. De esta forma, el imaginario se despliega circularmente, por rodeos y vueltas a un sujeto vacío"
june swoon
Hace 10 años
13 comentarios:
zsa zsa zsu, lo echo en falta :(
Si no te hubieras estado mirando los pies, me habrías visto, seguro.
te busqué, te busqué y como no aparecías me miré los pies!!
me han hablado de otro lugar mágico por ahí, otra parte del delta, creo, me entero y te pregunto
y del zsa zsa zsu, sí queda la memoria, no?
Y también los que se sienten tan vacíos que tratan de llenar ese vacío con cosas materiales... y el resultado es un vacío aún más grande si es que se le puede dar un formato al vacío....
Sí, me gusta mucho lo que dices de esos pactos secretos del amor, de esos juegos, como cuano éramos pequeños y jugábamos, había gente que se tomaba los juegos en serio, hasta la muerte, que lloraba incluso dentro de las mascaradas, pero para mí son bailes amorosos más que juegos, y cuando el partner sabe bailar sin rigidez, con sutileza y humor es fantástico, pero claro muchos dan pisotones, no se atreven a tropezar con gracia, se enfadan, se quitan la máscara... en fin
En cuanto a la ciudad que rodea y se apoya en su vacío, qué interesante, voy a releerlo...
Lo del ansia material me ha hecho pensar en G de pequeño, pedía algo y yo le decía Te lo compraremos por tu cumpleaños, y faltaban meses! Pero así tenía tiempo de desear y de saber si deseaba eso, y estaba contento! En cambio cuando le daban enseguida lo que pedía, quería enseguida otra cosa!
zsa zsa zsu, me gusta mas que mariposas en el estomago, en que idioma es???
Uno de los ejemplos que usa mi terapeuta es un padre que va con su niña a la jugueteria y le pregunta que quiere que le compre,ella responde todos los juguetes, el le dice qu edebe escojer uno y ella se enfada, cuando queremos todo en relaidad no sabemos que deseamos. En la pareja pasa lo mismo, muchas veces por estar acompañado, nos conformamos con algo que no es en realidad lo que deseamos...esto genera luego un gran vacio...
Besikis!!!!!!!!
Me has hecho pensar en la frase de Lacan: la verdad tiene estructura de ficción, que siempre he entendido como que sólo a traves de una cierta ficción puede filtrarse algo de la verdad.
Me gusta la forma en que lo explicas, el secret romantic agreement, ficciones necesarias.
Y me parece interesantísima la estructura de las ciudades asiáticas que mencionas. Me cuesta imaginarme un lugar que sea a la vez prohibido e indiferente, pero la idea de un vacio central inspira movimiento y dinamismo en contraposición al centro hiperpoblado en el que uno queda casi atrapado.
Sí chicas, ese juego eterno entre el don simbólico del amor, las cosas, el deseo, el vacío, lo que esperamos y lo que pedimos... como dice Bel, lo mejor es bailar sin rigidez, escuchar, escucharse, y aunque haya ficcin, no mentirse!
esa frase de Lacan 3a es de mis preferidas!
y lo del lugar prohibido pero indiferente, que es algo que dice Barthes, se siente bien en Pekin, donde la ciudad prohibida es un gran agujero en el centro de la ciudad que te obliga a bordear sus muros, pero con apenas nada dentro ya, Indiferente porque es ajeno a la vida de la gente de fuera...
Odette, hoy vi un dibujo de Picasso con una amante llamada Odette! dos cuerpos abrazados, muy bello!
Pero qué pensar cuando la filosofía o las grandes filosofías de la historia del pensamiento ya han dado con la muerte de dios de Nietzsche y el fin de la historia después de la época de florecimiento ficticio del yo existencial, ya han dado un paso hacia el fin, el fin de la historia y de la filosofía, ¿habrá pues como tu dices que llevarle al centro su punto de poder irradiante y dárselo a la totalidad, a lo masculino? ¿o hacer de lo femenino también algo masculino de esta forma?
Aunque no creo que de mí pueda salir nada que abra nuevos caminos, espero con vuestra ayuda esclarecerme i esclarecer un poco la realidad.
Vicent Adsuara i Rollan
hola Vicent,
creo que fue Dostoievski quien dijo, "Dios ha muerto, todo está permitido!" a lo que Lacan contestó: "Dios ha muerto, nada está permitido"! Justamente porque murió dios y con él ese yo existencial artificioso, porque nos encontramos más solos que nunca, hay que poner límites al goce aniquilador, hacer nosotros mismos de dioses demiurgos dramaturgos y rescribir con nuevas ficciones las verdades particulares
esa idea de centro ordenador vacío de poder y sin amo, será posible?
Pensarás que estoy todavía en una fase poco avanzada de mi psicoanálisis pero en mi caso, que es muy cercano al de Shroeber de Freud, creo que un yo vacío sólo puede descansar en el goce del inconsciente, la juissance, gozar del propio psicoanálisis, yo tengo etapas de deseo que me provocan pequeñas crisis, no puedo acogerme al deseo narcisista sin gozar de mi propio discurso, en fin yo creo eso, que hemos de substituir al dios caído por otro yo, aún vacío pero lleno de juissance que es otra forma de deseo vacío. Aunque tengo mis dudas sobre la dirección homosexual de mi deseo no puedo aceptarlas porque no carezco de falo. No sé, quizá no te he dado la razón sobre la ciudad con el centro vacío o el yo vacío, pero lo que sé es que no todo es posible, el límite de la libertad es la locura, quizá el goce sea el nuevo dios de occidente, pero basado en el psicoanálisis como los nuevos dioses griegos, un volver a la grecia trágica pero con el psicoanálisis y los psicoanalistas como vestales.
Un saludo de Vicent Adsuara i Rollan y perdona por el rollo, te he tomado por mi psicoanalista.
Sería posible un libro o proyecto, sobre las ciudades, el amor, el punto de vista psicoanalítico, el arte, todo esto reunido en un ensayo, no lo has pensado?
impromptu.
Hola Vincent, justamente la propuesta del psicoanálisis, su ética es limitar, poner barreras al goce (concepto psicoanalítico que se opone al deseo, un poco complicado...vamos) El problema de Schreber era esa invasión del goce, que podemos sufrir todos, pero él lo hacía de manera mucho más rotunda, y a la que él debía poner límites, para no quedar ahí fijado bajo su mandato. Freud no tenía un lenguaje adecuado que le permitiera nombrar todo lo que estaba descubriendo, por eso hablaba de homosexualidad, cuando en realidad no se trata de eso, sino de cierta posición en la que queda fijada el sujeto con respecto al otro. El falo no lo tiene nadie, lo que se tiene es un pene, pero el falo es el nombre metafórico que designa aquello que todos deseamos pero nadie acaba de tener: el poder, el dinero, el éxito, el mando...
Tienes razón cuando dices que el goce es el nuevo dios de occidente: un dios que nos "ordena" que seamos felices-porque-hay-que-serlo, tengamos éxito, y consumamos muchas cosas sin parar.
Frente al vacío y la inconsistencia del ser humano la sociedad nos sigue proponiendo dioses y amos (ahora son la ciencia, el dinero, el mercado, etc) el psicoanálisis propone una forma de llevárselas con el amo, sin ser un esclavo. Aunque como tú dices, la libertad como tal no existe, la libertad tiene sus límites.
hola Impromptu, bonito proyecto el que evocas... por ahora giro entorno de todas esas cosas y reflexiones y antes que en un libro, lo hago en el formato del blog, que es el que me permite seguir elaborando tan libremente, y avanzando tranquilamente,
pero gracias por tus palabras, eso quiere decir que esa coherencia-conectibilidad que yo presiento constantemente entre esas disciplinas y lenguajes, puede ser compartida con otros
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