photo by masaaki miyara
No creo en mis sentimientos, ¿Cómo creérmelos? Son como nubes pasajeras. Cambian de lugar al tiempo que yo. Y en el mismo lugar también difieren de sí mismos. Los veo evolucionar y renuncio. Renuncio a la plenitud, a la dicha perpetua del sentir, renuncio al anhelado infinito, aunque presentido a veces, renuncio. (…) Vine aquí con mi hueco, vine montada en mi ausencia. De repente el vehículo desapareció. Me encuentro andando con las patas de los búfalos, con la única pierna del tullido, con las tres patas del perro y con su sarna y algo realiza por mí las funciones del cuerpo, sin mí.
Chantal Maillard, Diarios Indios.
Hay quienes vivimos nuestra vida desde un lugar distinto a su centro. La vivimos, pero desde otro lugar. A menudo cuando visualizo cómo me sostengo en el mundo sólo veo la figura de un compás. Siempre hay al menos dos lugares, si no más.
Los sentimientos no cuentan demasiado estos días, como Maillard no acabo de creérmelos. La nueva casa interrumpió la lectura de Damasio, pero entendí que son puros estados corporales, y ahora mi escucha apunta a lo que hay bajo de ellos, una especie de constante de barro o de resto.
Ayer me quedé pensando en unas líneas de Mishima que leí aquí. Me sigue interrogando el lugar de ese encuentro entre el mundo interior absolutamente individual e incomunicable, y el lenguaje que es universal y compartible, y los restos que produce. Como señalaba Iluminaciones, citando a Luis Gordillo, lo poético seguramente responda a una función corporal, secreción compensatoria, que se desprende de nuestro diálogo con la realidad. Lacan inventó una palabra, la “lalengua” para referirse a la articulación del deseo propio con la lengua, un “saber que se sabe sin que él mismo lo sepa”. Ojeo a ratos estos días la biografía de Lacan escrita por Elisabeth Roudinesco. Su escritura es brillante y luminosa, admiro el rigor y la claridad con la que escribe, cómo es capaz de relacionar acontecimientos, e influencias con la teoría y ofrecer las claves que permiten identificar el singular recorrido de ese hombre valiente y temerario. El talento de Roudinesco me ha recordado a las palabras Wittgenstein: Lo que puede decirse puede decirse claramente, lo que no puede decirse, hay que dejarlo en silencio.
Gracias a una consulta de Bel, he robado algo de tiempo a la noche para revisar unas pocas traducciones de poemas antiguos chinos. Profesión imposible y admirable la del traductor, con Bel aprendo a reconocer el talento de los buenos escritores, poetas y traductores, que a pesar de los imposibles, logran indicarnos un camino. Me preguntaba si lo particular de cada escritura, de cada poema, de cada traducción acaba de tener sentido cuando trasciende lo real, lo individual, lo universal y lo decible y aparece simplemente como resto.
june swoon
Hace 10 años
15 comentarios:
siempre pensé que aprendo diciendo, equivocándome, rectificando, cambiando de parecer, matizando...
nadie superior me escucha, puedo hacerlo.
Vanessa ¿te acuerdas de las canciones de Sabina? están llenas de eso que se llama resto, un poco como en la poesía y no un poco, porque en resumen sus poemas son eso, poemas, el resto es quizá nuestro enigma, aunque hay momentos en que uno llega al aburrimiento, porque piensa que todo lo que quería saber ya lo sabe, hasta que oye o intuye o ve otra realidad a la que no le ha puesto nombre y que la sufre como nuevamente lo real, hay que descifrarla para lo simbólico, ganarla para la causa, el resto lo deja siempre para gasolina de lo que se mueve, como rúbrica de nuestro ego, mejor, de nuestra alma.
Yo personalmente lo que no se puede decir no hago como Wittgenstein que lo dejo sin decir, sino que lo intento decir en la poesía, en mis escritos, en lo que hablo y con ello mi resto me deja tranquilo aunque lo haya.
Bien Vanessa te dejo, espero que te pases por mi casa tengo un pequeño cuento, ensayo, poesía sobre la muerte y pronto haré otro. Chao, besos.
Entonces, ¿escribimos intentando redimir la falta y resulta que sólo hallamos el resto?
Iluminadora entrada. Me da mucho que pensar (y me alegro de tener algo que ver).
Últimamente le estoy dando vueltas a la diferencia entre lenguaje y escritura. Sobre el primero, el axioma de Wittgenstein, sobre la segunda, la respuesta de Derrida "lo que no se puede decir, no hay que callarlo, sino escribirlo". Tal vez las dos sean certeras.
Un abrazo.
¡Ay! Se me ha olvidado, con el entusiasmo del tema, pinchar abajo.
Iba a darte las gracias por la mención, pero tal vez ya lo haya hecho esta otra bel que me ha sustituido, así que no diré nada. Tal vez mi blog no me reconozca ya y sea también suyo. Tal vez un día llegue a mi casa y la puerta no abra con mi llave o me abra esa otra bel y me demuestre que yo no soy la que creía ser, la que había aceptado ser, y si es así, entonces tendré que inventarlo todo de nuevo, pero no me queda energía...
Me gusta ese párrafo de Ch.Maillard. También sé yo de esa movilidad de los sentimientos que aparecen, suben, bajan, cambian y se desvanecen porque en realidad sólo son estados de ánimo. Yo creo que sólo navego por esa orografía de mis états d'âme, pero si yo ya no existo, ¿qué voy a decir, ahora que me han sustituido?
bueno, pues yo propondría que Bel-2 utilizara el nombre de su blog Amapolas en octubre, por ejemplo, como hacemos otros, objeto-a, Nomésploraria, Frikosal, Cacho de pan...
¿podría ser una solución??
Los sentimientos pueden ser movibles, sustituibles, es verdad, y más que eso, las percepciones nos pueden engañar de algún modo. El tiempo sería una forma de establecer su importancia para nosotros. Ahora recuerdo un libro de Paul Valéry: La idea fija.
Y entiendo esa posición de compás, creo, que tal vez haya que transmutar en una idea fija" o en un lugar , al menos en el exterior, en apariencia, esa es solamente mi intuición..
También esa secrección es un lenguaje y tiene que salir en un plano o en otro, pero debe expresarse. Aunque aquí salvaría el lenguaje corriente del poético, ya que es distinto. Me aventuraría a decir que lo poético viene después, sin otra suerte de solución..
gracias por la cita..
iluminaciones.
Reconocer los sentimientos, no solo del otro, sino los de uno mismo es todo un trabajo que a menudo requiere mucho esfuerzo.
Por lo leído anteriormente: me alegro de los cambios y asentamientos. Felicidades.
Nadie superior me escucha, a nadie superior le importa nada, esa es mi sensación, sí, sobre todo este verano raro...
Vicent,a mi me pasa a menudo, la sensación de que, como decía un viejo amigo, he cruzado el océano a nado y me quedo varada en la playa, Me gusta mucho cuando filosofeas sobre la realidad más inmediata, tu filosofía-pop, es buena.
Como decís tú, Iluminaciones, Derrida lo que no puede decirse, hay que expresarlo de algún modo, para que deje de molestar,
Lo poético quizá pueda surgir de prácticamente cualquier lenguaje, incluso el corriente,
y sí Iluminaciones, busco de alguna manera tal vez demasiado abstracta cómo cambiar esa figura de compás en otra, más creativa y constructiva, si cabe, y si tuviera que ser fija, sería sólo en apariencia,
de los chinos quizá pueda aprenderse a navegar por los estados de ánimo como dice Bel, economizando algo del esfuerzo del que habla Ephemeralthing, gracias Ephemeral, por alegrarte, sigo en medio de mi verano laborioso
En mi opinión, el gesto de firmar sin enlace y como B2, tal como aseguré que haría en mi comentario a tu entrada del 29 de julio, era más que suficiente. Si no se considera así, entonces es algo que está fuera de mi persona, ya no tiene que ver conmigo.
Por otra parte, no podía ni quería cambiar definitivamente la firma de mi blog, en consideración sobre todo a los amigos que me visitan desde hace casi un año y medio y también a mí misma.
Era cuestión de un poco de paciencia pues, acostumbrada a dejar que blogger automáticamente firmara con el nombre inscrito en el blog, se me olvidó ¿cuántas veces? ¿un par? pinchar en "elegir una identidad" "nombre/Url" y ahí escribir B2. Y en total, ¿cuántas veces te he comentado (aunque te he leído siempre) 3 ó 4?
En cualquier caso, comprendo perfectamente tu posición, por eso no quería dejar tu sugerencia sin respuesta y sin explicarte mis razones.
Y te aseguro que aunque no te comente seguiré leyendo tus estupendas entradas.
a mí esa solución me parece muy buena!
y aquí eres y serás bienvenida,
así que nos seguimos leyendo,
abrazos
Mishima es uno de mis preferidos, el unico libro magico que poseo es uno de el, EL MARINERO QUE PERDIO LA GRACIA DEL MAR.
me gusta mucho tu sitio, perdon por entrar sin permiso, es que alle la puerta entornada.
saludos.
Quina bona pinta fa el llibre de Damasio.
M'ha agradat la figura del compàs.
hola Daniel,gracias por la visita,
tenía preparada una novela japonesa, creo que era de él! pero con la mudanza se me ha traspapelado...
hola Nmpl! ja has tornat?!!
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