Hace unos días una periodista de la vanguardia me entrevistó para una artículo que trataba sobre personas que habían ido a trabajar a lugares lejanos y exóticos. Durante la conversación que mantuvimos por teléfono, y después de una animada conversación sobre china, sus vicisitudes y retos, me preguntó por cómo creía yo que las empresas de aquí valoraban mi iniciativa y experiencia. En ese momento me quedé en silencio, y ya no pude continuar… "No te puedo decir, es que yo – es lo único que pude balbucear- ya no creo en la empresa". No me refería a ninguna empresa en concreto de mi historia personal, sino al concepto mismo de empresa. A la pobre periodista le costó saber cómo seguir, pero lo hizo. Me acordé luego de un pasaje de aquel librito de Corinne Maier que me pasó Mercè: "la empresa no sabe ya, como le ocurre a otros colectivos, cómo mantenerse unida, así que se encarga en crear artificialmente la idea de una gran familia, y no para de inventarse signos con los cuales los trabajadores han de identificarse. Ya se cansará. El día en que no le quede más objetivo que el de producir emblemas identificativos para sus trabajadores, la empresa se verá inevitablemente condenada a desaparecer." Me encantó. Unos días mas tarde releía aquel proverbio chino: Mirar el cielo en el reflejo al fondo de un pozo, y afirmar que el cielo es estrecho.
Al final de este seminario XVIII tan chino, Lakhan habla de su viaje a Japón, del librito de Roland Barthes sobre la cultura japonesa, que me descubrió Bel y de las marioneras japonesas del Bunraku, que vi por primera vez en el Théatre de
8 comentarios:
Qué preciosa foto! Ya te dije que la frase "yo no creo en la empresa" me encantó. Y el párrafo ese sobre su desaparición también me ha alegrado a mí, que dejé de creer en la empresa cuando trabajé en el mundo editorial, a finales de los ochenta. Sólo pienso, en mi impaciencia, que ojalá las cosas fueran más rápidas en cambiar, ojalá reaccionásemos con más prontitud, y nos ahorraríamos tantos días malos... pero en este mundo mediterráneo (y en este país) todo es aún más lento... Comprende que sigo escribiendo bajo una tormenta de ruidos de obras, embrutecedores...
UFFFF!!!!
Estuve unos años trabajando en una empresa (agencia de publicidad) y no sabían como montarlo para mantener la ficción de "una gran familia" "luchemos para coseguir nuestros nobles objetivos"
De locos, vamos.
bravo va-nessa! todo un canto a la vida, o sea: un enorme, inconmensurable, ¡Canto a los blogs!
que nos permiten interpretar sin poner la faz, mostrar nuestra más profunda verdad disfrazándonos de odaliscas o piratas, de escritores o fotógrafos...
el cielo es estrecho cuando lo vemos reflejado en un charco de agua; la vida es menos absurda cuando nos encontramos con gente que pretende leerla sin temor.
quién podría sacar una foto a esa encantadora miniatura sino "mini-cloud"?
Me encantó el proverbio chino muy sabio...el libro de Buenos dias Pereza me lo regaló una compañera de trabajo en el Liceo cuando todo aquello era un caos...
Y realmente creo que la empresa no existe, donde trabajo nos quieren convencer que somos un EQUIPO de trabajo y en realidad trabajamos en un salvense quien pueda; creo que cuanto más la empresa se vende como una gran familia, lo único que se sucede es que es una casa de Pu...
Besikis!!!!!
Y cómo puedes analizar tu vida a distancia? Me parece un absurdo... podemos buscarnos entre los otros, pero al final encontraremos nuestra verdadera escencia?
Odette, la distancia de la que intento hablar es la necesaria para saber que lo que vemos (ese cielo reflejado en el charco, las identificaciones con empresas, familias, amores, palabras, profesiones, éxitos y problemas, con los otros..) son siempre interpretables y nunca definitorias, no es eso lo que somos, son sólo identificaciones.Y que uno no existe pegado a las cosas, sino con una distancia suficiente que le permite explicarlas, compartirlas, interpretarlas, transitarlas. Su destino, para que sea tal, requiere que sea capaz de ponerle palabras (esa boca en el caracter chino)y al explicar una cosa (al pintarla, al filmarla, al fotografiarla) nos distanciamos de ella inevitablemente... Como dice Cacho, "interpretar si ponerle la faz", sin quedarse fijado en esa identifición,
Bel, estos momentos transitables tuyos que requieren de paciencia (con el exterior) e impaciencia (con tu propia creación) al mismo tiempo!
Sí, Cacho, la vida es mucho menos absurda cuando la compartimos con quienes pueden leerla sin temor! me gusta
Gise, yo también he estado en sitios loquíiisimos y muy caóticos, te gustó el libro? yo lo voy hojeando de vez en cuando y me río mucho
Sí, ese forcejeo entre la paciencia y la impaciencia parece un resumen de mi vida en los últimos años...! Y en efecto, ¿cómo analizar tu vida sin distancia? ¿Cómo escribir sin distancia? Y cómo entender sin miedo a lecturas abiertas?
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