24.1.10

de la acción y el presente

photo by Tetsumaru

Es una lástima que R. Barthes no disfrutase de su viaje a China como hizo con Japón, ni encontrase algo de lo que quizá iba buscando y que yo creo, sí se encontraba ahí esperándolo. Seguramente se debiese al problema de la opacidad de una lengua desconocida, a la moda maoísta de esos años (que tan lúcidamente rechazó Lacan) o a ese acercamiento siempre algo impostado y post-colonialista francés, que les aleja más que acerca. Esta semana he podido sumergirme en su universo, escuchar su voz gracias a R. Enthoven. Había leído intensamente al Barthes semiólogo del teatro y de Racine, más tarde al del Imperio de los Signos, y algún fragmento de su discurso amoroso. Pero esta semana he descubierto a un Barthes casi chino, lacaniano, íntimo, y aún más afín. Barthes hablaba de cómo desconfiaba y se irritaba ante la naturaleza asertiva del lenguaje. Cómo la enunciación de juicios de valor sostenida por nociones de bueno y malo, como si fueran innatas o inevitables, se le hacía insoportable, y cómo le disgustaba que en el lenguaje, esas aserciones se deslizaran silenciosamente entre lo dicho. Me gustaría decirle a Barthes que en chino es más difícil que eso ocurra. Barthes lo sabe como Freud, la lengua sobrevive al mensaje, y dice más allá de éste. La lengua, dice, es fascista, no por lo que nos impide decir, sino por lo que nos obliga a decir. Se confesaba extremadamente sensible a la expresión de cualquier poder, que vivía como un exceso. Me gustó mucho cuando criticaba e identificaba el intento de posición de poder ilegítimo del ignorante que le responde al otro “No comprendo”, desacreditándolo en base a su propia falta, y creyendo que su inteligencia es tal que no le importa decir que no entiende, alardeando a veces de una falsa molestia. Frente al profesor o el crítico que al decir eso quieren decir que no hay nada que comprender, está la postura del analista o del curioso open-minded, que frente al no comprender, coloca un silencio, una escucha o una pregunta. También me interesó cuando hablaba del tiempo de la escritura en su famoso curso de la preparación de la novela: para él el lazo afectivo del escritor no es con su pasado sino con su presente, con sus relaciones afectivas, relacionales e intelectuales en el presente. Me acordaba de eso que escribe Freud sobre el análisis: el analizante no recuerda el pasado en su relato, sino que lo repite, lo revive en la transferencia. También me conmovió cuando habló de su incapacidad para escribir él mismo una novela alegando que para él sería una impostura hablar de otro en tercera persona. Yo comparto esa incapacidad, me parecía una impostura, una imposición innecesaria incluso cuando dirigía actores, y por eso seguramente mi elección sea la de la escucha y el desciframiento, dejando el lugar de la enunciación vacío. Defendía la fragmentación, también en la lectura. Un libro no está hecho para ser leído por entero, y el escritor debería asumir que haya partes que el lector se salte (!) Y aunque él creía en la escritura lenta y alargada en el tiempo, paradójicamente su ideal de escritura (del presente) era el haiku Y eso ha ligado con las primeras páginas de un libro enigmático, La Persuasión y la Retórica de Carlo Michelstaedter, que me prestó Bel, donde busco algunas respuestas que no llegan. Me interesaban sus conclusiones, aquellas que según los que lo conocían, hicieron que después de entregar su tesis di laurea que constituye este libro, se pegara un tiro. Esa idea del suicidio lógico, del suicidio como conclusión ante una imposibilidad me interrogaba. Michelstaedter también habla del presente: “Pero el hombre quiere de las otras cosas en el tiempo futuro, aquello que le falta en sí: la posesión de sí mismo: mas, por lo que quiere y por estar tan ocupado con el futuro, huye de sí mismo en todo presente. (…) La vida sería si no alejara constantemente de ella al ser hacia el instante siguiente.” Barthes desconfía del peligro de transformación de todo discurso marginal en un discurso de poder, por lo que al igual que Lacan, desconfiaba de las revoluciones; para Lacan la misma palabra incluía esa idea de volver al mismo punto de inicio. Yo pienso en Mencio y en lo que decía Lacan que debíamos aprender de él, un tipo de lenguaje que no haga sólo cadena, -una cosa significa otra en relación a otra, en relación a otra, en relación a otra, en relación a otra…-.a modo de pura producción, sino un lenguaje que subjetive el fracaso de esa metáfora o cadena, favoreciendo, antes que una producción, un tipo de acción de la que sí podamos concluir una ética.

13 comentarios:

Belnu dijo...

Me gusta mucho ese momento que quiere ser ofensivo con el "no comprendo", cuántas veces -y hace un momento acabo de responder a uno similar, en que alguien que cree conocerme me interpela: "No entiendo por qué has tenido que contar recuerdos tan íntimos", cosa absurda y falsa, puesto que yo no he escrito memorias, sino cuentos y ese "yo que te conozco mejor"-, en fin, me gusta también el final, la ética, porque para mí, lo más importante sigue siendo la construcción de una ética propia. Y en cuanto a la interrogación, me devuelve a la película de Haneke que acabo de ver, un amigo que me he encontrado decía que era tramposa porque no resolvía el final, pero a mí me parece que plantear preguntas no es ninguna trampa, sino que puede ser más honesto, aunque incomode y justamente dé qué pensar. En cuanto a Barthes, en él he ido encontrando tantas cosas... y a ver si encuentro mi libraco perdido...

Belnu dijo...

Y también la imagen del ventilador ante el espejo!

el objeto a dijo...

yo también creo que plantear preguntas honestamente es mucho menos tramposo que decir "no comprendo" y que eso se utiliza muchas veces para desacreditar al interlocutor, es tan pretencioso... Es no querer aceptar los propios límites de uno, y pasarle la falta propia al otro. Yo también admiro ese ejercicio de Haneke,
y me he quedado con ganas de volver a alguna de mis lecturas teatrales gracias a Barthes, el curso ése era delicioso...

Anónimo dijo...

Yo pienso que Barthes no fue el escritor sobre el que teorizaba, por esa lejanía que dices. Y fue un pensador de la lengua, lector de los signos, necesario, aunque algo unilateral, como toda crítica.
Él desconfiaba del lenguaje establecido, pienso. Pero yo creo, que podrías dirigir perfectamente.
iluminaciones.

Isabel Mercadé dijo...

Si alguna vez me he sentido agredida, muchísimo más que con otras reacciones aparentemente más agresivas e incluso violentas, ha sido ante ese malintencionado "no comprendo". Después, aprendí a responder, "bueno, claro, es como ante ciertos poemas o ciertos cuadros, hay quien no los entenderá nunca, por más que se los expliquen...".
Disfruté mucho con R. Barthes y disfruto mucho leyendo tus entradas. Y tal vez acabes de darme una clave de por qué lo único que soy capaz de escribir e incluso de mostrar son haikus. El Haiku es el presente. No recordaba haber leído en ningún lugar esa conclusión de Barthes... gracias.
Que tengas una estupenda semana.

Dante Bertini dijo...

Hechos, no palabras, dirían los que pretendían catequizarnos.
Hechos y también palabras, diría yo, aunque sin pretender verdades o asertos.

el objeto a dijo...

Sí, Iluminaciones, yo también lo pienso. De hecho creo que Barthes nunca escribió ninguna novela, desconfiaba del lenguaje, como tú dices, aún habiéndolo elegido como vía, como camino.
Y bueno, mis direcciones eran un poco como este blog, un poco hipnóticas, formalistas, raritas. Y aunque ahora escénicamente estoy en cosas muy contemporáneas y más abstractas, lejos del teatro de texto, tengo ganas de volver a pasar por H. Von Kleist, en quien siempre encontré un enigma que me concernía...
pero gracias por eso que dices. Perdona que insista, sigo echándote de menos...

Querida Bel(M), a mí también me pareció muy interesante esa idea del haiku, y lo que él decía sobre el presente en la escritura. Me pareció muy justo, yo creo que la escritura sólo puede ser presente, y en el haiku está de forma más intensa, más radical. No sé dónde se encuentra escrita esa referencia, lo interesante de los programas es que no sólo habían referencias textuales sino que hablaban varios expertos en BArthes, y que lo conocían profusamente, y alguna tertulia era mucho más interesante que simplemente leer algo sobre él. Te recomiendo que si puedes escuches o lo podcastees,
http://sites.radiofrance.fr/chaines/france-culture2/emissions/chemins/archives.php

palabras que sostengan los hechos, o hechos sostenidos por palabras, estoy contigo querido Cacho

Vicent Llémena i Jambet dijo...

Yo la única ética que intento comprender es la de la responsabilidad por uno y por su vida y por hacer dentro de las posibilidades, pequeñas que tenemos, hacer todo lo posible para no hacer daño, y esto es hacerse responsable del pecado original, del pecado que hemos de sufrir por existir, existir es ofender, como lo es también todo lenguaje, pues el lenguaje occidental, al menos que es el que yo conozco, se dedica al convencimiento, todo está basado en verdades y sobre axiomas de los cuales todos sabemos que no son verdades, montamos todo un edificio de convencimiento del otro, no hemos de vernos en el otro, ni proyectarnos hacia el otro, sino pensar que cada persona es un mundo, pero sí, el lenguaje es algo fascista, cuando has vivido con un montón de gente descompensada y ves que sus buenas intenciones chocan contra lo tajante de su lenguaje te das cuenta que no han hecho los deberes. Aunque la ética que yo entiendo es la de la responsabilidad y la de intentar cambiar para bien mi mundo, pero mi mundo interior y luchar en cierta manera por las injusticias que se cometen contra mi persona solamente, no puedo hacer de Quijote y luchar, eso sería una trampa de nuestra soledad, luchar por salvar al otro, yo no sé quién es el otro ni lo que necesita, él en base a su hacerse responsable ha de defenderse solo.
Y cuantas veces hemos dicho "no comprendo" sí, es mucho mejor condescender, sólo el amor condesciende el goce al deseo, condescender con el otro y preguntar por descubrir ese Otro que nunca descubriremos del todo, no hacer supuestos puesto que no conocemos nada de nosotros y menos de fuera de nosotros.
La ética como bien dice Belnu ha de ser propia e intransferible, y lo único que debemos evitar es la alegría de no ser responsables, un cierto grado de seria responsabilidad es fundamental. Un mundo donde pudiesen poder vivir synthomes-Sant Tommes-Saint hommes sería un mundo un poco más habitable, al menos para estos, todos somos necesarios, y la alegría de nuestra ética ha de incidir en esto precisamente en ver la alegría de un mundo en paz con nosotros y el otro, pese a que si no hubiese la falta que hemos de intentar llenar constantemente tampoco seríamos nada. Es complicada la vida pero te dejo por hoy con un poco de tardanza porque se me coló ayer un virus en el ordenador (los problemas del comercial sistema de pago windows)y he tenido que formatearlo. Bien un beso y hasta el próximo artículo guapisima.

Ephemeralthing dijo...

Hurgaré en la biblioteca y en la Central, leí hace poco ese "Incidentes" y quiero organizarme una lectura continuada de obras de Barthes, ¡qué útil es, incluso para lo cotidiano!.
Estoy acostumbrado a ese feedback, "no comprendo", y normalmente respondo: "no hay nada que entender, simplemente observar, sacar una conclusión propia y ponerse en acción".

El jueves, Gelabert en el Lliure. "Arturo Ui" fue "la hostia" el pasado viernes.

nomesploraria dijo...

últimamente me acciono más bien poco.
A China y a Japón sólo voy soñando.

odette farrell dijo...

Como siempre interesantísimo tu artículo, Vanessa. Yo estuve en China justo en el año que estuvo Barthes, desgraciadamente era una niña en ese entonces y no capté todo lo que quizás hubiese captado si hubiese ido con un poco más de edad. Lo que sí recuerdo muy bien es esa masa de gente vestida toda igual, cosa que me chocó en verdad y me interesaría que explicaras lo que dice Lacan de esa moda maoísta.

El "no comprendo" me llegó también. Primero pensé cuántas veces lo he dicho cuando algún Indú me habla y por más que intento entender su inglés no lo logro y termino entonces diciendo "no comprendo", cuando la falta es mia por no poder captar ese inglés con acento extraño.

Y también pienso en todo ese arte conceptual basura (hago alusión que el buen arte conceptual me encanta) que esconde en su falta de calidad con "es que Tu NO Comprendes, es para otro tipo de sensibilidad!" Y te explican lo que debes sentir... y yo creo fielmente que el Buen Arte no necesita explicaciones, se siente o no... o qué opinas tu querida Vanessa?

el objeto a dijo...

hola Vicent, sí, me gusta cómo ligas la responsabilidad con luego un tipo de alegría, del que hablaba tb Bel en un post, un tipo de alegría difícil de localizar a veces, que está ahí, cuando uno anuda sus cosas de su manera propia, y de ese modo consigue estar en el mundo con una cierta paz, como dices.

hola Eph.m qué suerte ese Brecht con Berliner Ensemble, me alegro!
creo que sí, que Barthes te resultaría interesante por ese lugar de intersticios que ocupa, por cómo se sitúa fuera y dentro al mismo tiempo, por algo de su lugar desde el que narrar el mundo. Yo lo leí parcialmente, pero hay algo...

querida Odette, es verdad, aquel viaje a una China hoy totalmente desaparecida! seguro que como niña algo quedó en una memoria más visual, intuitiva! un poco como el japón de barthes, sabores, olores...
sobre el arte conceptual... creo que hay algunas piezas que invitan a un desciframiento, pero tampoco creo en la opacidad ni el hermetismo como sistema, y como tú dices, luego está el mal arte contemporáneo, de aquellos que no distinguen en poner tres cosas juntas y hacer una pieza (donde no hay nada que entender), de lo que resulta de todo un recorrido de construcción, pensamiento... muchas veces he entendido algunas obras cuando me han proporcionado las claves, otras intuitivamente,
pero en cualquier caso el artista que no se preocupe de la recepción, de la experiencia del que la observa, está obviando una parte demasiado importante.
En cualquier caso acabo de leer el post que escribiste sobre tu descubrimiento de Van Gogh, y hay en lo que cuentas un tipo de reconocimiento del artista y la obra que me interesa mucho, más allá de lo explicable, más allá de lo que uno puede poner en palabras, y sin embargo...

besos!

Anónimo dijo...
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