14.1.10

los problemas de la libertad

photo Henri Roger Viollet (*bajo los adoquines, la playa)

Ayer acudí al encuentro del grupo de investigación Psicoanálisis y Sociedad, auspiciado por Rithée Cevasco, en el que fuera de cualquier marco institucional asociativo, se estudian desde el eje teórico del psicoanálisis, ciertos temas relacionados con las ciencias sociales. Me interesó mucho la intervención de Rithée, introduciendo el hilo conductor del trabajo de este año, acerca de lo político en Lacan, de cómo él siempre rechazó la posibilidad de la indiferencia a lo político por parte del analista, por tratarse según él del ámbito de la ética (con minúscula). Para Lacan, recuerda Rithée, la ética no es sino el tratamiento de los goces. También me gustó la definición que daba de la política, como “el arte de conseguir ciertos fines” Otra de sus propuestas es la lectura crítica del discurso de algunos analistas que publican libros y opinan sobre grandes cuestiones sociales, generalizando desde un lugar de saber totalizado (siempre criticado por Freud y por el mismo Lacan) sin apoyarse ni sustentarse al hacerlo ni en verdaderas teorías sociales, ni en ejemplos de su práctica clínica. Personalmente no puedo estar más de acuerdo. El discurso analítico sin clínica, ¿qué es eso?
Yo llevo días refugiada mentalmente en la última conversación de Raphäel Enthoven con Fréderic Worms sobre la libertad. Nada me ha parecido más cercano a mis preocupaciones estos días. Escucho a Enthoven cuando puedo cada día de 10 a 11h en los Nouveaux Chemins de la Connaissance (esta semana dedicada a la locura) y los fines de semana me refugio en su cour parisina y lo escucho en Philosophie mientras hago mi práctica de iyengar. F. Worms me resultó brillante: el mayor obstáculo a la libertad proviene de la propia idea o de las falsas ideas que nos hacemos de ella, y que sólo podremos solventar con una verdadera reflexión, justificando así lo filosófico o lo analítico, por ejemplo. La libertad no existe sin el sujeto de la libertad, sin el yo (je) que la enuncie. Es una experiencia individual; en abstracto no es sino una ilusión. Ésta no depende únicamente de las exigencias que vienen del exterior, sino también de lo que ocurre en el interior de uno mismo. Quizá no se pueda pensar en la libertad como un absoluto o un estado continuo, y sólo podamos llegar a ser libres por momentos. Me gustó mucho una palabra que utilizaron, la de arrachement (arranque), situando la libertad en un lugar intermedio entre la gracia y el esfuerzo, doblemente ligada a la imagen del bailarín. Me parece muy acertado: una combinación de voluntad y desapego. Señalaron la trampa que supone pensar que la libertad en términos de poder escoger y se preguntaron por las im-posibilidades de la libertad en la democracia y en la sociedad capitalista: la triste libertad del consumidor frente a una gama de productos en un supermercado. Encontraba en sus palabras (satori) algo que llevaba buscando tiempo, un nuevo sentido de la libertad a la que se aspira en el análisis, y que como señaló Worms es para nosotros, muchas veces, un sentimiento indecible. La libertad no se articula sólo a través de nuestra relación con el mundo sino de nuestra relación con nosotros mismos, y más allá de eso, de nuestra relación con el otro. Ahí estamos de nuevo frente a la ética lacaniana. Quizá una de las cosas que más me gustaron de la conversación que me acompaña estos días, como si fuera un sombrero, fue la última idea propuesta por Worms: la libertad no puede pensarse sin la igualdad (social). Un excesivo liberalismo la destruye. La libertad de uno empieza ahí donde empieza la libertad de los otros (Kropotkin dixit)
Y sin ninguna relación aparente me he acordado de de estos versos de P. Celan:

Habla - Pero no separes el No del Sí.
Dale sentido a tu decir: dale sombra.
Dale sombra suficiente,
dale tanta como sepas repartida en torno a ti
entre medianoche y mediodía y medianoche

12 comentarios:

Vicent Llémena i Jambet dijo...

Sí, estoy de acuerdo contigo Vanessa en que la libertad es un estado entre el esfuerzo o la disciplina y la gracia o el correr de nuestra felicidad o lo divino.
En lo de que no puede haber un discurso del analista sin análisis no estoy de acuerdo, o mejor, sí, si lo miramos desde el punto de vista del que se analiza, aunque me resisto a dejar de pensar que el discurso del ver las cosas inherentes al ser humano y analizables desde la óptica del aceptarse a uno mismo sólo se consiga con el análisis, yo que lo he conseguido en muchas de mis horas diarias, a veces lo he visto en muchas personas que no sólo se dejan llevar por el discurso histérico, el de la crítica y la queja, sino que ven la vida y su realidad como una responsabilidad intransferible de su yo con respecto al otro y así realizan una aceptación de la realidad no ciega. También puede ser activo el discurso del analista, como no, y con él se puede crear una ética o política en minúsculas como tú bien dices pero en base a gestionar el deseo, que nunca, pero nunca, puede ser negado completamente.
La libertad justamente, como un ente abstracto no existe, sólo existe en el discurso del analista, y cuando hay un esfuerzo que junto con estas dos facetas llega la gracia, pero sin olvidar que lo real existe y algunas veces, afortunadamente y tristemente nos deja a merced de la anti-gracia. Así conocemos la gracia.
Bien Vanessa te dejo, yo también llegué a las conclusiones de la libertad a las que llega cualquier adolescente que se da cuenta que es menos libre de lo que pensaba, hasta que he llegado a ser libre por aceptar mi responsabilidad, con un poco de esfuerzo.
Un beso y decirte que me ha encantado tu artículo y me ha dado mucho en que pensar. Hasta otro. Un saludo de amigo.

Adelarica dijo...

Qué difícil intervenir ante una entrada así, cada proposición llevaría a muchas otras, cada elemento de la síntesis que haces lleva a muchos análisis, aunque sean sólo especulativos y no partan de una experiencia clínica. Sólo se me ocurre preguntarte si conoces el libro (acaso el mejor de los suyos) de Simone Weil que se titula precisamente La gravedad y la gracia, Le pesanteur et la grâce.Te copio el primer aforismo, del capítulo titualdo Décréation
Décreation: faire passer du créé dans l´incréé.
Destruction: faire passer du créé dans le néant. Ersatz coupable de la décréation.

Dante Bertini dijo...

sabes que yo, pobre de mi, me dejo llevar por la asociación libre (vaya paradoja) siempre que puedo.
Se me ocurre aquello de que "el bailarín conoce el sentido profundo de la vida", y recuerdo una serie de dibujos que llamé "la libertad es otra cosa". Siempre lo es desde y para los otros.
El tan-satisfecho grafitero se considera libre por inscribir su deseo en un muro; si yo fuera el dueño de la casa, y aún sin serlo, pensaría que lo que él llama libertad es un abuso, por más poética que pudiera ser la frase.
Palabra evanescente, apta para discursos de todo tipo, significa para cada cual algo distinto, aunque siempre conserve su calidad de inapresible.
Vaya! Como la Libertad!

el objeto a dijo...

hola Vicent! yo no me refería al "discurso del analista" (que hace referencia a la manera en que se sitúa y relaciona el analista en su práctica), y que hay que distinguir del "discurso analítico" en general (es decir, el conjunto de teorías y doxas del psicoanálisis) Pero sí, lo siento, porque esta jerga es demasiado técnica y al final suena un poco pretenciosa...
En cualquier caso, lo único que yo digo es que las teorías y elucubraciones de los psicoanalistas no tienen sentido si no se apoyan en una práctica clínica. Así que no hablo de la experiencia de un análisis, ni de la del analizante en general, ni mucho menos de que no se puedan utilizar los conceptos. Me refería únicamente a los que hacen teoría de ello, como si de filosofía se tratara, y para mí es algo distinto. La clínica es inseparable de la teoría psicoanalítica, pero NO es indispensable para experimentar cosas, para pensar, para hablar desde la subjetividad ni desde el conocimiento que da la lectura o la experiencia.
ES muy bonito eso que has dicho de quedar a merced de la anti-gracia, para luego conocer la gracia. Y de la aceptación de la realidad no ciega. También me hace especial ilusión que te hayan movilizado estas cuestiones. Yo también al escucharlas pensaba que hablaba de cosas esenciales para nosotros. Gracias, Vicent, por esta compañía generosa que me ofreces aquí, un fuerte abrazo.

Álvaro, es cierto, que esa conversación filosófica estaba llena de ideas que merecía cada una una reflexión por separado... yo aún me siento ebria del efecto que tuvo en mí. Conocía el título (que me encantaba) y conocía algunas de sus reflexiones, pero no me había dado cuenta de que la Weil señalara precisamente esas cuestiones esenciales para mí. Muchas gracias, las citas son estupendas, seguramente la retome. Abrazos.

Querido Dante,
sí, sí, la libertad es otra cosa, ella siempre se encuentra ailleurs...
Pero he de confesar que a mí los grafitis me encantan, principalmente los poéticos. Me enamoré de bogotá porque encontré varios de estos. A mí me encantaría ser el propietario de esa casa para que poetas anónimos dejaran frases como la de la imagen.
La libertad ha de se posible, aunque sea inapresible.

Belnu dijo...

Esa foto es una pintada de mayo del 68 que a mí me hacía soñar!!! Yo la heredé, el mayo del 68 me vino tarde, pero para mí era ese sueño de ser libres rompiendo vallas y que los adoquines se abrieran y surgiera la playa!!!
Yo creí que la frase de K. era que tu libertad "acaba" donde empieza la de los demás...
Me gusta lo de Celan. También yo vi ese programa de Worms y la idea de que la libertad es contagiosa me queda asociada a esa imagen gozosa de Baryshnikov en el aire!!!

Ephemeralthing dijo...

Buenaaaass. Te contesto también aquí: no he leído tanto Roth, lo último, "Sale el espectro", me gustó mucho y la verdad que no recuerdo el nombre de otros títulos, apenas otros dos. "Zuckerman encadenado" la abandoné porque me resultaba ya reiterativa la historia del personaje. He recordado que copié/pegué un párrafo de "Sale ..." en esta entrada, léelo si quieres, ¡es precioso!

http://ephemeralthing.blogspot.com/2009/03/separacion.html

el objeto a dijo...

Bel(la) es que no sé si viste en Le mMOnde fr. las fotos de parís bajo inundación de 1910, quería decírtelo por Lydia, preciosas, y una cosa llevó a la otra, en asociación libre... el agua, parís, la libertad!

No, la frase que citan de Krop. es precisamente que la libertad de unos "empieza" donde empieza la de los demás, fue esa parte la que me pareció tan bonita de la conversación, subvierte todos los tópicos obsoletos!! Ese filósofo ha sido de los más interesantes, con diferencia, de los invitados por Enthoven,

puse en link a Barishnikov! y eso del arrachement, tan flamenco...

Ephemeralthing dijo...

Recuerdo una última vez en París la publicidad del programa radiofónico de Enthoven ¡en los autobuses!. A mi que me molesta mucho la propaganda ese anuncio en un lugar como ese me dejó perplejo y encantado.
Te copio la ocurrencia del autor del blog "el dormitorio de Maud" a propósito de la muerte de ER: ""La grandeza de Rohmer está en que no gritaba ni señalaba, simplemente iluminaba". Me he acordado al leer los versos de Celan.
A ver si le hecho una mirada, y escuchada, al programa con Worms.

Anónimo dijo...

No sé porqué asocio lo del discurso analitico sin clínica, o crítica, al complejo término de libertad, o el complejo término como el del amor. La libertad es transmisible?, como algunas otras cosas, y como en esa doble transferencia del psicoanálisis o de las relaciones normales. Me preguntaba..
iluminaciones.

el objeto a dijo...

Bonita esa cita sobre Rohmer, ese tipo de directores "silenciosos", sí.Había un exceso de palabra en sus películas, pero era siempre para dejar entrever un tipo de silencio.
Ah, y te contesté a ese precioso fragmento de Roth en tu casa, mil gracias!

La libertad, decía Worms, es contagiosa, pero quizá sólo transmisible a través de un tipo de transferencia parecido al análisis, al procedimiento socrático, o algo así, también al amor, claro, y a lo que pasa entre las personas. Lacan decía que el deseo es el deseo del Otro. Muchas veces necesitamos poner el sentido, el deseo, el ideal del lado del otro, y así poder hacernos con él, por medio de un intermediario. La relación directa con la cosa nos resulta a veces demasiado amenazante o impresionante.
gracias por la visita

Anónimo dijo...

quiero compartir las letras de una exquisita poeta argentina, buscando libertad en la materia del lenguaje...
...En la cima de la alegría he declarado acerca de una música jamás oida. ¿Y que?Ojalá pudiera vivir solamente en éxtasis, haciendo el cuerpo del poema con mi cuerpo, rescatando cada frase con mis días y con mis semanas, infundiéndole al poema mi soplo a medida que cada letra de cada palabra haya sido sacrificada en las ceremonias del vivir. ALEJANDRA PIZARNIK (1936-1972 Argentina)

el objeto a dijo...

bellísimas esas palabras, Anónimo,
me gusta eso de la letra sacrificada en el vivir, y la hazaña de llegar al poema con el cuerpo, tal vez ése es el camino de la palabra liberada,

gracias!

y perdón por este spam infecto chino que me acaba de atacar!