Desde ayer y gracias al estupendo marco que supone PhotoEspaña se puede ver en Madrid una exposición que muestra la obra del artista y performer Zhang Huan. Además del soporte fotográfico, algunos grabados y unas magníficas puertas de madera rurales reconvertidas en paisajes, se pueden ver varios vídeos (pocos) de las acciones de Zhang Huan en China y en EEUU, y un interesante documental en el que él habla, y aparece trabajando con sus colaboradores chinos. En su obra la medida del mundo es el propio cuerpo, y su relación con lo que le rodea está profundamente influenciada por el pensamiento budista. Son muy conocidas aquellas dos acciones en las que a través de la fragilidad y la pequeñez de los cuerpos desnudos, se intentará mostrar la (im) posibilidad de transformar algo en el mundo o el paisaje: en To Raise Water in a fishpond , varios inmigrantes llegados de las provincias a la gran ciudad, se meten en un estanque para intentar subir el nivel del agua. En To add one meter to an anounimous mountain, un grupo de personas desnudas se amontonan en la cima de una montaña para hacerla crecer con sus cuerpos un metro de altura. No conseguí ver sin embargo Pilgrimage and Water in New York, en la que después de una fuerte acción física, el artista tumba su cuerpo sudoroso sobre unos bloques de hielo en una cama china (pudiendo simbolizar ésta la tradición china, “tan elegante como irracional y totalmente inmune a dejarse influenciar por ninguna causa externa, o la frialdad del país que acoge al inmigrante”, escribía un crítico chino). Zhang Huan dice “China es un país en continua vigilia, Europa se encuentra en el ensueño, y América no se ha despertado aún” Yo pensaba que lo que tenían en común esa transformación de la energía en el contacto del cuerpo ardiendo con el hielo, y esa vigilia permanente que no nos permite estar soñando aún: la pérdida, natural, de la que hablaba en el paisaje y el otro, el milagro laico, la renuncia al goce lacaniano, ese espacio mediador con el fantasma. Es difícil aceptar la pérdida dentro de una sociedad que nos obliga incesantemente a obtener beneficio, a gozar y ser felices, a llenarlo todo, a confundir la realidad con los fantasmas. Me gustó también cuando Zhang Huan hablaba de la emoción que le producía encontrar en pueblos y rutas tibetanas trozos de estatuas de bronce o piedra en forma de dedos , manos, cabezas enormes seccionadas de budas, y a partir de los cueles trabajaba. Eran sin duda restos de la Revolución Cultural, lo que no llegaron a fundir los soldados maoístas y se salvó. Esa visión del mundo fragmentada, en falta, a partir de la cual podemos seguir construyendo. Y nuestro azufaifo, en chino 枣树
june swoon
Hace 10 años
4 comentarios:
Preciosa foto! Y más en este calor... Te veo llena de ideas e imágenes de estos días.. y el triunfo mediático de vuestro festival... Y la avalancha de visitantes que vendrás tras el artículo de Vila-Matas en el País de hoy... Muy bien!
Ah, pero cambia el link del azufaifo, que no funciona...
arreglado el link!
gracias y vessos
Zao shu...
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