26.7.07

un poco más sobre la espera

photo by ycone801
Una rama de ciruelo
el aroma de los lotos rojos se desvanece, verde alfombra de otoño,
me desabrocho el fino vestido de seda,
sola subo a la pequeña barca
¿quién me enviará entre las nubes preciosos mensajes de amor?
Quizá volando de regreso las ocas salvajes dibujen palabras en el cielo
La claridad de la luna envuelve el pabellón del oeste
Las flores se marchitan pero las aguas fluyen como siempre
Igual que nuestro amor
Dos lugares distintos: una misma tristeza
Que quisiera detener pero no puedo
Lágrimas desde mis ojos caen, desde mi corazón ascienden


traducción
de Pilar Gonzalez España

Este poema de Li Qingzhao pertenece a la serie de poemas de amor sobre la espera, paralela a la espera de la llegada de la primavera, simbolizada por la flor de ciruelo, que aparece durante esa época del año. Está escrito en estilo Ci, que la autora exploró especialmente, y sobre el que escribió algún ensayo. Los versos eran compuestos para melodías populares ya existentes, aunque hoy olvidadas; esta forma poética, más libre que otros estilos clásicos, era ya popular en la dinastía Tang, pero no fue hasta entonces, en la dinastía Song que adquirió su mayor florecimiento. De métrica irregular y número de versos ilimitados permitía mayor espontaneidad, favorecía la expresión de los sentimientos y el tono intimista. Requería, no obstante, como indica Pilar en el prólogo de la selección y edición española, de un agudo sentido musical que permitiera adaptar los versos a la melodía. Como éstas eran a menudo las mismas, muchos de los títulos eran iguales.
Además de sus poemas, la vida de Li Qingzhao fue fascinante. Nacida en 1083 en una familia ilustre de Jinan que servía al emperador, recibió una educación intelectual y artística. Se casó con un estudiante imperial Zhao Mingcheng, con quien compartió su creación poética, su afición por los libros, las pinturas y las antigüedades. Se gastaban todo lo que tenían en comprar piezas antiguas, libros, sellos de inscripciones, rollos de pinturas y caligrafías. Ella explica que en el primer y quinceavo día del mes su marido empeñaba alguna prenda de ropa para poder comprar fruta y copias de las inscripciones. Se alimentaban de arroz y verduras, vestían con ropa sencilla y en cambio llenaron hasta diez salas de su casa con sus colecciones. Iban a las bibliotecas imperiales en búsqueda de poemas que no aparecían en los anales clásicos, historias extraoficiales u obras que habían sido escondidas en las paredes y encontradas en las tumbas. Por su trabajo oficial, él se vio obligado a viajar a menudo pasando largas temporadas fuera, lo que ofreció a Li Qingzhao la ocasión de escribir muchos poemas de amor, de separación o espera. Juntos escribieron un registro o catálogo de inscripciones aparecidas sobre metal y piedra (campanas, copas, bronces, trípodes, urnas, boles, discos de piedra), el Jin Shi Lu, de 30 volúmenes, que a la muerte de él a sus 48 años, ella siguió corrigiendo y completando para su edición. Vivió durante los años agitados de la transición de la dinastía Song del Norte a la del Sur. Perdió todo lo que poseía, enfermó y se vio obligada a viajar en busca de acogida y apoyo. En el epílogo a la edición del catálogo, ella explica las peripecias de su vida en primera persona y recuerda con nostalgia el que debió ser un divertido matrimonio.

Cuando traía las caligrafías, las enrollábamos y desenrollábamos miles de veces. Cuando adquiríamos un vino antiguo, lo examinábamos con gran atención. Corregíamos los errores de los libros, apuntábamos las ausencias en los antiguos y nos dedicábamos a meditar y apreciar cómo se quemaban las velas. Cada tarde, después de cenar, nos sentábamos juntos y jugábamos a un juego inventado. Traíamos mil libros sobre la mesa y debíamos adivinar de quién era ese verso, a qué obra pertenecía, o intentábamos situar la fecha exacta de un hecho histórico y acabábamos muertos de risa con el derramado sobre la mesa.

3 comentarios:

Belnu dijo...

qué fantástico personaje y qué bonito poema, ella desabrochándose el vestido de seda para subir al barco, me ha sonado tan familiar, me imaginaba un vestido mío, esa sensación, y la pareja comiendo arroz y verduras para gastarlo todo en sus manuscritos y bibliotecas, su juego y su memoria... hay tantos poetas chinos que leer...

Dante Bertini dijo...

el cacho de pan en reposo agradece las imágenes que nos regalas, pequeña gran a...
besos
ay... qué difícil sostener la melancolía para que no se desboque.

el objeto a dijo...

lo bueno de estos poetas es que suenan bastante modernos, verdad? sobre todo si están bien traducidos, lo cual es más complicado de lo que parece, pero las imágenes, por sencillas, son tan potentes
Cacho de miga espumosa amorosa, me alegra saberle en reposo. sí, qué difícil sostener esa nostalgia ensoñada... Por lo que echo mano del sabio pero apasionado Li Bai de la mano de la exquisita Anne Hélène,
Paso la noche con amigos

Enjuaguemos las tristezas de mil eternidades,
domorémonos bebiendo centenares de jarras,
la claridad de la noche convida a conversar,
el esplendor de la luna no permite dormir,
Borrachos nos tumbaremos en el monte vacío,
el cielo será la manta y la tierra el cabezal