le centre du monde est partout !
con esta frase sacada de tv5, hace ya algunos años que vengo felicitando la entrada del nuevo año acordándome de todos, los de aquí y los de allí. Este año he querido hacerlo también con una foto de mi amigo philippe tarbouriech, tomada durante su último viaje al tibet este otoño. Me gustaba hacerlo con este binomio tan chino del cielo y la tierra. El conocimiento, el pensamiento científico al menos, se puso en marcha con la observación de los astros. Al principio los planetas y las estrellas hablaban, o mejor dicho, los hacíamos hablar. La escritura china surgió para dar cuenta de las marcas que aparecían sobre los huesos adivinatorios, para anotar lo que venía del cielo y esa fue su función durante mucho tiempo. Los sabios observaban, anotaban, leían en los astros y en los fenómenos meteorológicos. Más tarde fuimos descubriendo las leyes de gravitación y la teoría del campo unificado, que como dice Lakhan, mostraban cómo a partir de esencialmente una fórmula todo eso se mantenía unido en un lenguaje ultra-simple, haciendo que los planetas dejaran de tener voz. Los planetas están ahí callados, y si alguien quiere hacer una pregunta se la plantea a otro, que sí que habla, a la espera de que le responda.
Aún así, en el cielo siguen habiendo fenómenos como el arco iris, y el trueno que aparecen y nos sorprenden, nos sobrecogen. La respuesta del otro también, pero La verdad no está en el trueno o ese efecto de colores del arco iris, en todo caso está en el efecto que tiene en nosotros, en nuestro sobrecogimiento. Tampoco está en la respuesta del otro. El trueno, la palabra, son semblantes, no son la verdad, pero son lo que requerimos para que ella se produzca como efecto. La verdad no se mide, ni pesa, no se atrapa, ni siquiera se dice, se desliza bajo el cielo, a través de los diez mil signos, seres y palabras, haciendo camino. Eso es lo que desearía para este año: un poco de esa libertad lakhaniana que de desliza y de la que uno no se puede apropiar, en nombre de ningún bien, política, patria, conocimiento, certeza o presentimiento.
5 comentarios:
Bien!!! Me encanta la foto, la sensación china de tierra y cielo, y esa verdad que nadie puede imponer ni detentar, ni siquiera usando el nombre de la ciencia en vano!!!
aquí estamos, sin resaca, a pesar de esas películas de destellos talentosos, aunque envejecidas y bastante aburridas...
la compañía fue más que agradable y el paso de un año a otro (otra ilusión), muy suave...bellísimos ese cielo y ese camino que, no sé por qué, recordándome a Brasil, me invita a andar (on the road?), a marcharse lejos, a dejar atrás alguna que otra cosa molesta, incómoda o simplemente estúpida.
Y ese link de La verdad, de una web llamada Dreyfus, genial!
He visitado a Tarbouriech, había ido hacía tiempo y sí, hay algunas fotos más despojadas ahora... Pero vive en la India?
no! es el que vive en las afueras de Ginebra, en la parte francesa, el que se construye una casa sin calefacción! Pero le encanta viajar, y viaja muuuuucho, ahora cuando le he dicho que quizá me iba a china en primavera, me ha preguntado si se podía venir a hacer fotos! es bonito porque a través de la cámara, se relaciona a su manera con el mundo y esa relación está llena de respeto, curiosidad, preguntas y cada vez más libertad de espíritu
Es verdad, ¿cómo iba a vivir en la India si se estaba haciendo esa casa acristalada y solar sin calefacción ni aire acondicionado en plena Europa! Y sí, qué agradable que la cámara te lleve a un sitio y otro, para mí podría ser la escritura, si superase mi problema comercial-editorial, me encantaría ir aquí y allí sólo para escribir aunque fuese el blog, mirando... pero antes debería convencer a alguien para que me financiase...
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