7.12.06

viajando a shangrila


cuando la gente me pregunta por china, por los chinos, por lo que aquello representa para mi nunca sé qué contestar, y sé que diga lo que diga, las palabras me fallarán. Y me acuerdo de laozi (el dao que se puede nombrar no es el dao) o de zhuangzi ( “conocer el dao es fácil; lo que no es fácil es hablar de ello”) y de cuando regresé de pekín la primera vez, y ante mi falta de respuesta a sus preguntas, tere rechistó, - Anda! , china va a ser como el duende de lorca, que no se puede explicar?!...
Lo mismo sucede cuando pienso en pekín, los recuerdos deshilvanados de calles que ya no existen, de otras que parecen haber existido siempre, de templos a los que nunca sabría cómo regresar, de pequeñas historias, de boles de tallarines fríos en la calle, del plato con berenjena y salsa de sésamo, de cervezas a tres yuanes en verano, de pinchos de cordero y raviolis mojados en vinagre con guindilla, de mercados llenos de ingredientes desconocidos, de peluquerías donde te lavan la cabeza y dan un masaje por 10 yuanes, de paseos interminables en bicicleta por los hutones, mientras yo sigo la bici de pedro… pekín es una ciudad invisible porque mucho de lo que ahí hay ya no se ve, han arrasado con ello y construido encima, o se lo han llevado a otro sitio, lo han tirado abajo, lo han sepultado, dividido, reciclado, escondido. En pekín todo se hace invisible detrás de un muro, o del olvido, pero sigue ahí. Queda la vida de los pekineses, entre rastros de antiguos edificios, y árboles magníficos, patios, callejuelas, puertas y muros, templos encajados entre chabolas, apaños, tejas, maderas, bicicletas, en cualquier espacio se improvisa una casa, un local comercial, un jardín, o una cocina. El arte de apilar, el arte de colocar las macetas, de secar la guindilla, de hacer una siesta al fresco, de hacer a cantar a la cigarra o sacar a los pájaros, de pasar una tarde jugando al mah-jong…
pedro ceinos me enseñó a viajar en china, a ver algo al mirar, a entender lo que pasaba sin tener que interpretar, a encontrar mi shambala sin necesidad de contarlo,
Buscador y defensor de minorías, intrépido guía aventurero, sinólogo iluminado, escritor de viajes y mitos, fotógrafo ocasional, vividor, amigo, y auténtico mago del dao. Para el que quiera viajar por china, saliendo o sin salir de casa, ahí está su último libro Shangrila, Viaje por las Fronteras Chino Tibetanas en Ed Miraguano, donde ha publicado además un genial Manual de Escritura del os Caracteres Chinos Es también autor de Historia Breve de China, Ed Silex, y tiene una página sobre las minorías étnicas de china y otros temas relacionados, chinaviva.

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