17.2.07

mundos posibles, 2

Foto de Julius Shulman, Prairie Chicken 1963
Pero aunque, como decía en el anterior post, no estemos en condiciones de describir el mundo real como máximo y completo, o precisamente por eso, sí necesitamos ir otorgándole sentidos, creando significados, nombrarlo, relatarlo. (Relato viene de relatio, de relacionar, señalaba Victor) Recuerdo cómo me conmovía ver el año pasado, en el andén del metro algunas mañanas, una chica que mientras esperaba el tren, y en la más absoluta soledad, iba diciéndose lo que hacía: “ahora cojo las llaves, y las meto en la mochila, y de camino voy mirando este libro…” O por la tarde: “ahora llego a casa y me preparo la merienda…..” Claro… yo la entendía perfectamente ¿ No necesitamos todos, en muchos momentos, con otras voces más indirectas o interiores, ir encadenando y relacionando significados y significantes?. Mucho más incomprensible me resultaba entonces llegar a mi oficina y soportar aquel silencio retraído. Durante un año entero, una de mis compañeras de trabajo (y éramos un equipo pequeñísimo de gente, a veces fuimos sólo tres), una pobre infeliz locuela y siniestra, hizo como si yo no existiera. Lo grave no era su comportamiento delirante y oscuro, al que en cualquier otro lugar se le habría puesto fin en seguida, sino que la empresa lo permitía y lo alimentaba, lo que creaba las situaciones más absurdas y barrocas posibles, a la hora de tener que organizar tareas en las que el trabajo de una y otra debían interactuar. Ese mundo de silencios denegadores y enfermizos se me hizo en seguida aberrante, inhabitable, e imposible, también en el sentido de mundo narrativo de Eco. Así, pensaba yo, descifrabaFrançoise Dolto las heridas de aquéllos niños a los que tanto ayudaba con palabras que restablecían un lugar posible para ellos. A menudo veo mi mundo hilvanado (que no cosido), superpuesto al real...

1 comentario:

Belnu dijo...

Cuántos hilvanes y costuras carnales también en mi mundo, como los puntos sobre la piel de Frankenstein! Cuántos remiendos y cosidos rápidos sin rematar, que sólo resisten gracias a la fuerza del hilo de pescar!