17.2.08

Song Dong


foto de Leaking, Beijing, 1995 by Song Dong
Song Dong 宋冬 nació en Pekín en 1966. Cuando era pequeño su padre fue acusado de contrarrevolucionario y enviado a trabajar en el campo en la provincia de Hubei. Cuando la familia pudo ir a reunirse con él, Song Dong se negó a ir al parvulario y pasaba los días en casa con su madre, dibujando tranquilamente. De vuelta en Pekín y después conseguir pasar los exámenes del colegio ingresó en 1985 en la Capital Normal University para estudiar Bellas Artes. Se graduó en 1989 y desde entonces ha desarrollado su obra a través del a fotografía, la instalación, el vídeo y la performance. Su trabajo constituye una reflexión sobre la fugacidad, la percepción, la memoria, y lo efímero de la existencia. La primera obra que vi de Song Dong, Leaking de 1995, la que más me impresionó, no es, sin duda, ni la más interesante ni la más espectacular, pero para mi sigue siendo de las más especiales. Entre sus piezas más conocidas está toda la serie de Diario escrito con agua (1995), Escribiendo el tiempo con agua (2000), Imprimiendo sobre el agua (1996) o incluso aquellas dos acciones en la plaza Tianamen, Respirando (1996), o Salto (1999). En Respirando Song Dong permaneció estirado boca abajo durante 40 minutos en la plaza, a menos 9º de temperatura, formando con su aliento una capa de hielo que permaneció ahí durante horas, y desapareció a la mañana siguiente sin dejar huella alguna.. Ya aquí ponía en juego al relación antagónica entre el cemento de ese lugar con tantas connotaciones políticas y de poder y la respiración y el agua como elemento efímero y volátil. Esa acción la volvió a repetir en el lago helado de Hou Hai, en el corazón del viejo Pekín popular; a diferencia de lo que había sucedido en el cemento, esta vez su respiración no tuvo ningún efecto, el hielo siguió siendo hielo y el agua helada absorbió su respiración en una especie de existencia única y armoniosa. En Imprimiendo sobre el agua, realizó una serie de 36 fotografías de la acción realizada en el río Lhasa sagrado tibetano, sobre el que estampaba un sello de madera grabado con el carácter de agua, intentando crear una conexión entre lo sagrado y la existencia privada y secular. En Diario escrito con Agua o Escribiendo el tiempo con agua, Song vuelve a reincidir sobre esta idea de la memoria, de la fugacidad, del paso del tiempo, la escritura y la participación del cuerpo. En el 2005 presentó el vídeo Espejo Roto, en que el artista destroza imágenes reflejadas en un espejo, descubriendo otras que quedan escondidas detrás. En los últimos años Song Dong ha viajado y expuesto en el extranjero, pero en los noventa, estos artistas, ignorados por galeristas e instituciones se vieron obligados a exponer su obra en sus casas, dando lugar a lo que el crítico Gao Minglu llamó Arte de Apartamento (公寓艺术 gonyu yishu).
En China existen ahora grandes y bellos espacios donde florecen artistas, exposiciones y publicaciones de todo tipo, y un creciente mercado del arte que parece no tocar techo. Pero yo sigo dudando de que lo más interesante ocurra ahí, y desconfío de tales escaparates. Vuelvo a mi obra fetiche, mi pequeña Leaking, en que de forma irónica Song dong colgó de un muro que rodeaba y protegía una casa oficial del gobierno bolsas de tejido de algodón llenas de agua, de las cualas iba filtrándose y goteando el agua.

13.2.08

un pájaro volando, 不

photo by Oliveryck
Mi resaca no-fálica de esta semana llena de exceso de dudas, faltas, semana demasiado no-toda, sujeto multi-dividido, multibarrado, me hizo pensar en otro caracter chino que me gusta mucho. Es el carácter que sirve para decir “no”, no es, no quiero, no es esto, no puedo….se pronuncia bú y se escribe así 不 y proviene del dibujo de un pájaro que ha salido volando… que se esfumó desplegando sus alas. Hay otro carácter, muy antiguo, wu, 无 que se sigue utilizando mucho, su etimología, su pictograma proviene del dibujo de un bailarín adornado No sé cuál es la relación entre el bailarín y el “no”, tal vez ese espacio vació que queda en el centro de la danza, como el espacio vacío una vez el pájaro ha volado, (curiosamente para decir “no hay” se utiliza un tercer signo de negación, que es mei 没, y proviene del dibujo de una mano que se sumerge en el agua para atrapar algo que ha desaparecido)
Como soy un bebé analfabeto en teoría psicoanalítica, los conceptos más que manejarlos con soltura, los balbuceo, y se me escapan al bailarlos, salen volando. Del falo apenas sé mucho más que su brillo. Pero como leo a Lacan, porque quiero y porque tengo derecho, pues me lo encuentro aquí y allá, el dichoso concepto, y al final, quiera que no, es cierto que acaba ordenando todo el resto. Leer el seminario 18 es como leer chino, comprendo cosas sueltas y apenas las logro hilvanar, me siento feliz. En él habla del yin 阴y del yang,阳 de esos dos conceptos femenino y masculino que parecen explicar una relación de polaridad como modelo dinamizador del universo, para decir que esa explicación de la realidad es insuficiente. Y es que nunca me cansaré de señalar cómo Lacan entendió, mucho mejor que los descubridores de oriente, lo chino. Lacan explica ahí que la novedad que aporta el discurso analítico es precisamente una nueva certeza (muy china): “es imposible –“intenable” dice él en francés- quedarse, contentarse con esa dualidad como explicación de lo que tiene lugar bajo el cielo, esta dualidad es ciertamente insuficiente. La relación sexual es imposible, la completud es imposible, y lo que viene a marcar esa imposibilidad es el falo, ese agujero, significante de lo que nos falta a todos, y nos falta siempre, ese pájaro que se está yendo, siempre, volando… el falo es lo que hace obstáculo a esta relación que nunca será completa, ni complementaria, ni totalmente satisfactoria. Los chinos lo sabían desde tiempos remotos, y nunca pensaron que el yin y yang apuntara hacia la completud, sino en todo caso, hacia la danza.

8.2.08

ratita no-toda

photo y ratita Rita by Ola75smith
Hace algunos años superé mi desconfianza a los aforismos con aquel librito inteligente y sereno de Jorge Wagensberg, Si la naturaleza es la respuesta, ¿cuál era la pregunta?. Gracias a él, incluso aprendí a leer con menos prejuicios a Confucio o Laozi, en tiempos posteriores. Algunos de aquellos aforismos wangersbergianos marcaron una época, viajes y rumbos exentos de brújula: la felicidad requiere que el futuro sea incierto…. Pero J.W. no era ningún esotérico, al revés lo descubrí muy lacaniano: “la libertad es la capacidad para pensar los propios límites”, o “Modernidad: volver a caer en la cuenta de que todo es re-pensable”. Y no recuerdo si acababa o comenzaba con un “Que la incertidumbre os sea favorable…” Creo que aquella incertidumbre lo fue, favorable. Pero hay épocas, hay épocas en que la incertidumbre, directamente, me desborda. O tal vez me desborde otra cosa que no sé identificar. Desearía entonces poder empezar a resolver algunos enigmas, despejar algunas incógnitas… pasito a pasito. Como es habitual, mis respuestas las busco en lo chino, que nada responde sino es a medias o en el psicoanálisis, que me devuelve mi propia pregunta. En las lenguas europeas la palabra que usamos para pensar la circunstancia lleva en sí esa idea de algo que está a nuestro alrededor, que se sitúa alrededor ¿alrededor de quién?- cabe preguntarse. Alrededor de quien piensa, quien habla, pienso luego existo, se dice el pobrecillo "yo" en su exigua circunstancia. En chino, esta palabra, la del asunto shi 事 que parece provenir del mismo lugar que historia 史, hacer 使 u oficial吏, es el dibjujo de una mano que sostiene un objeto desconocido. El propio carácter de "yo" 我 está compuesto por una mano que sostiene una lanza , un arma. Huelga decir que me identifico antes con este yo que se afana y lucha por ser, efecto de su acción, que con el otro que se sabe el centro de su creación, y desde ahí piensa su alrededor. Tal vez mi estado tenga que ver con un libro que me acabé estos días, Abîmes Ordinaires de Catherine Millot (lo dejo en francés porque tuve un lapsus de traducción y durante un tiempo traduje en mi cabeza Abîmes por heridas en vez de abismos), al tiempo que me encontraba pensando y dándole vueltas a la idea de la pérdida. El libro de Millot habla de esos estados cercanos al éxtasis místico de pérdida del yo, de desamparo, el sentimiento oceánico freudiano, mezclando notas biográficas, incluso de su propio análisis con Lacan, con referencias literarias y cinematográficas. Yo en cambio pensaba la pérdida de manera más general. Sufro de una cierta repetición algo sintomática de la pérdida. Parece que en esa quête, en esa carrera por el saber sólo pudiera avanzar perdiendo y desprendiéndome de lo ganado. Me he acabado preguntando también si algo de ese pattern no tendría que ver son la dificultad que a veces aparece en algunas mujeres en ser fálicas, "la envidia del peine" la llama N.F., o envidia del pene, de la que hablaba Freud. Nuestra dificultad para construir algo en el mundo del tener, para conseguir relucir como un falo esplendoroso, y no perdernos en los claroscuros del ser/no ser. Me consuelo leyendo la vida de esos filósofos, políticos, poetas, calígrafos desterrados y exiliados, (bannis) continuamente, mientras me pregunto si será posible seguir avanzando sin brújula.

7.2.08

新年快乐!!


Otoyo temple by Olde Wyche
¡FELIZ AÑO NUEVO DE LA RATA!
Esta noche empieza el Nuevo Año Lunar de la Rata Dicen que es un año de comienzos, de oportunidades, de generosidad astral (!!), de cierta abundancia, un año más feliz que la mayoría, una pequeña tregua en esta racha que llevamos, que trae un mensaje de esperanza. Un punto de inflexión, de proyectos que se ponen en marcha a largo plazo. –Que ya era hora, digo yo- Pero me quedo sobre todo con la lección de la rata: la de no dejarse vencer o desanimar, la de no quedarse enganchado a ese problema gris y peludo, a esa soledad, a ese miedo o desamparo que a veces avanza, como si pudiera llevárselo todo por delante. Tuve la suerte de poder celebrar el nuevo año hace un par de días con amigos. Esta noche, ya sola, leyendo aún un poco más de un precioso libro de la curiosa editorial Moudarren de Su Dong Po, pienso en esos lejanos poetas desterrados que beben vino de arroz bajo la luz de la luna, y duermen entre los crisantemos y los bambúes, que estudian en los pabellones construidos entre sauces y pinos, preparan mijo, caligrafían poemas para los amigos mientras observan a las orugas, a las grullas blancas y los faisanes volar, y al búfalo descansar al lado del arrozal.

5.2.08

encore Gros-Lapin

Gros-Lapin da vueltas a su problema e intenta por todos los medios deshacerse de él… sin éxito! Se le ocurre organizar en casa todo un circuito con flechas que señalen la salida. Tan ocupado está que no se da cuenta del paso del tiempo y no oye la puerta que suena insistentemente. Driing, driing, re-driiinnnng!

Abre la puerta y ahí están todos sus amigos, ¡con regalos!! Incluso la mamá Lapin ( con un pastel de crêpes)


Gros-Lapin no acaba de entenderlo…. ¿de Navidad!? Si ya no es Navidad ¿de Primavera?! Si aún no ha llegado!.. ¿de despedida?! ….pero si nadie se va?!


Regalos de cumpleaños, tontorrón!!

Con todo el ajetreo Gros-Lapin se acaba de dar cuenta de que había olvidado completamente su problema. El problema se perdió, desapareció, se fue, se esfumó! ¡Ja!

1.2.08

momentos "Gros-Lapin"

Gros-Lapin tiene un problema, un problema grande como él, que lo sigue a todas partes y le impide pensar en otra cosa.

Entonces llama a la ardilla.
Pero la ardilla no responde. Debe de haber salido. O debe tener alguna cosa muy importante que hacer, la ardilla, alguna cosa que en nada atañe a Gros-Lapin. Quizá esté tomando el té con el Oso...


Gos-Lapin, en cambio, tiene este problema pegagojoso y molesto.
Gros-Lapin está agotado. Agotado de este problema nada divertido y fastidioso. Así que enciende la tele...

Pero no! horror! Ahí está su problema, en todas las cadenas!
Gros-Lapin no sabe qué hacer, a quién acudir...

(encontré este libro de Ramona Badescu y Delphine Durand y tuve un flechazo, me gustó demasiado y lo tuve que comprar, aunque la franja de edad sea "a partir de los 3 años"! )

26.1.08

el color del sexo

imagen de la película de Sofia Coppola, Lost in Translation
El domingo pasado en un café de Bastille conocí a una bella psicoanalista china. Pasó fugazmente, tomó un café solo y se marchó como llegó, después de hablar durante veinte minutos sin apenas respirar. Venía, entre otras cosas, revolucionada después de haber visto la película de Ang Lee de la que ya he hablado un poco, y de haber pasado luego la noche comentándola con un amigo francés hasta altas horas de la madrugada. A mi, tal y como le ocurrió al director taiwanés al leer la novela en que está basada la historia, la película me persigue todavía (still hunting me… que dirían los ingleses) Por un lado me emocionó ver cómo a ella le había impresionado la cinta, tan china, y que refleja tan bien los conflictos entre el deber, el deseo, lo individual, lo colectivo, y las opciones reales y mentales (en el imaginario chino, de corazón, 心 xin) que cada uno tiene para ir decidiendo frente a su deseo, y por otro lado la lectura freudiana que conseguía hacer de los miedos, ilusiones y neurosis (!!) de sus personajes. En chino para referirse al sexo y al deseo se utiliza a menudo el carácter de color, 色 se, que aparece en el título.Y me pregunté hacia dónde apuntaría o de dónde vendría esa idea del sexo como algo exterior, del orden de lo perceptivo, de lo casi dérmico. En este misterioso seminario XVIII tan chino, Lacan nos recuerda que aunque lo esencial del aporte freudiano haya sido entender que por mediación del inconsciente, todo lo que es del orden del lenguaje tiene que ver con lo sexual (en el sentido amplio psicoanalítico de lo sexual como lo relativo al deseo), la propia relación sexual, dice Lakhan, no puede de ninguna manera ser inscrita, escribirse. ¿Algo de ese color chino?
Al salir del café me di de bruces con el anuncio de la nueva película de Hou Hsiao Hsien, El viaje del globo rojo, en homenaje a la película de los años 50 de Albert Lamorisse. El trailer es precioso. Véanlo abajo. Fue presentada en el último festival de Cannes, y aunque tuvo muy buenas críticas, y tiene mejor pinta, le objetaron, como siempre, lo largo y lento y la casi ausencia de historia. Imposible no pensar en su Maestro de Marionetas, en su obsesión por el tiempo, tiempo necesario (para el sujeto, otro de los aciertos en el film de Anglee), elíptico, reprimido, referido, metaforizado, tiempo vivido, real y tiempo escrito, recordado. Se las apaña para que en esta historia parisina también aparezcan las marionetas chinas y las piezas de la dinastía yuan que tanto han influenciado su cine. Y esta canción preciosa que canta...¿ es j.binoche?

escribir, ¿qué es eso?

Public writer in Chengdu, photo by Phitar
Después de la agradable y exquisita velada de ayer en el Ateneu con la mesa redonda sobre Psicoanálisis y Escritura con Dante Bertini, Imma Monsó e Isabel Nuñez, junto con Manuel Baldiz, como discutidor, seguí preguntándome por una cuestión que siempre me ronda: si se puede llamar escritura a eso que sucede, del lado del analizante, en el análisis. Como las cosas que de verdad preocupan son, como cantaba Carmen Linares, las que nunca se dicen, creo que no me atreví a preguntárselo nunca directamente a un psicoanalista, temiendo me dijeran que no. Y es que en mi acepción particular y subjetiva de lo que es la escritura, yo pienso que sí. En chino el carácter de escritura, xié 写 está compuesto originariamente por el dibujo de una urraca bajo un techo. No he encontrado lo que dicen Kalgren o Wieger sobre el origen etimológico de este carácter, pero Pedro da una explicación en la que me gusta pensar: “por su costumbre de tomar objetos brillantes y esconderlos, sugiere orden entre algo precioso, necesario para escribir los caracteres”. Marcas, inscripciones, significantes, metáfora, metonimia, sueños, repeticiones, lapsus, omisiones, auto-censuras, represión, revelaciones. Estos meses tiene lugar en París un seminario a cargo de la escritora Marie Darrieussecq en la que se intenta reflexionar también alrededor de la cuestión de la escritura, de lo desconocido de uno mismo que se revela en ello, lo ignorado, lo indecible, lo que no puede sino escribirse, la auto-ficción, la voz de los otros que nos habitan, la soledad del escritor, y la relación con el análisis, con los artistas. Se hablará también de la escritura de sueños, de casos clínicos, l’écriture de soi (la escritura sobre uno mismo, que está cerca de la que yo creo reconocer en el la experiencia analítica). Yann participará como psicoanalista en el seminario. Hace poco leí una entrevista que le hacía a Eric Porge sobre el trabajo realizado en el marco de la Lettre Lacanienne y su libro sobre la transmisión de la clínica psicoanalítica. Comparando la escritura de casos de Freud con los de Lacan, Porge plantea una ausencia de escritura de casos en este último en pro de un decir poético que constituiría una nueva forma de transmisión de la clínica. El deseo del analista provocando la puesta en cuestión del lugar del narrador y la linealidad del relato, así como cualquier psicología de las profundidades. Lacan decía que los poetas, que no sabían lo que decían, decían las cosas siempre antes que los demás, y citaba a Rimbaud en su fórmula, Je est un autre (el yo es otro). Y ahora no recuerdo si era Hélène Cixous o Derrida en aquella entrevista à deux en el culturas de la Vanguardia que decían que la escritura sólo podía ser escribir aquello que nos resultaba imposible de escribir. Si había algo que ya sabía, que conocía, que podía escribir sin problema, sin obstáculo, sin fruición, eso no era escritura, y que sólo la encontraba ahí donde se le hacía im-posible, y aún así, o justamente por eso, lo escribía.

18.1.08

el camino de regreso a casa

Nieve en Yoshiwara (1771) de Suzuki Harushige

Pedro me dijo que ayer había nevado en Pekín, y mientras preparo mentalmente mi viaje de este fin de semana a París, e intento acabar cosas pendientes aquí, pruebo, sin éxito, a escuchar una entrevista en internet al realizador Ang Lee sobre su última película Lust and Caution, que me gustó mucho y en la que sigo pensando todavía. Al mismo tiempo me he acordado de esta lámina que descubrí esta semana en un libro precioso de grabados japoneses. Se trata de una escena de cortesanas, en el poema que aparece arriba dice: “La nieve ha caído imperceptiblemente con lo que va a ser difícil encontrar el camino de vuelta a casa” A través de la celosía de la ventana, explica el comentarista de las láminas, se puede ver un palanquín en el que el cliente del barrio del placer es conducido de regreso a casa. Suponemos que la nevada cayó mientras el hombre se entregaba al amor, y por lo que vemos en la escena, no debió de prestarle demasiada atención al vino de arroz y a las golosinas, porque las muchachas parecen estar calentando la comida que sobró. Una de ellas remueve las brasas con una horquilla del pelo, la otra prepara las tazas para beber sake, la tercera dirige nuestra mirada afuera de la ventana, y a un lado, en primer plano, la liebre blanca de nieve ha comenzado a derretirse sobre la bandeja (!)
El poema me ha hecho pensar en la protagonista de la película de Ang Lee. La joven, que forma parte de un grupo de jóvenes de la resistencia, entabla una peligrosa relación con un colaboracionista japonés, con el fin de poder asesinarlo un día. Para ello adoptará una identidad falsa y se entregará a los juegos de seducción necesarios, convirtiéndose en su amante. A lo largo de esa relación descubre el sexo y accede al juego del deseo, bordeando el amor. Convirtiéndose en el objeto sexual y amoroso de él, ella, creo yo, consigue preguntarse como sujeto sobre su deseo, sin que los avatares o contingencias políticas parezcan interesarla demasiado, y sin que todo ese juego de semblantes sitúen lo que ocurre en un mero plano de representaciones, apariencias y relaciones imaginarias.
No sería difícil pensar que lo que pierde a la protagonista es su búsqueda de identidad en un mero juego de mentiras, artificio y personajes escenificados. Yo en cambio pienso que el verdadero motor de la joven es la búsqueda (me gusta mucho una palabra en francés, quête) del saber sobre su deseo, y sobre su relación de objeto. Lacan habla de ese movimiento de báscula que se realiza entre nuestro yo imaginario, la idea e ideales que tenemos sobre nosotros mismos, esa casa” imaginaria que es el yo, en la que creemos conocernos, creemos saber quiénes somos, lo que queremos, a qué aspiramos y el sujeto del deseo que nos liga al objeto, al otro, y del que nada sabemos. Por eso, como en el poema japonés de arriba, yo pensaba, después del amor, de la búsqueda a la que lleva el deseo, se hace difícil encontrar el camino de regreso a esa casa tan bien construida pero que no es quizá más que un albergue temporal, una posada en el camino

8.1.08

Mogari no Mori

Corran. Corran a verla: en el r.floridablanca hay dos sesiones (a las 18h25 y a las 22h40) en v.o.
Dos parecen ser los temas principales alrededor de los cuales se construyen las historias de Naomi Kawase, directora y guionista japonesa, nacida en 1969. Por un lado está el duelo, o la pérdida, y por el otro la liberación catártica que se produce en nosotros cuando logramos elaborar a partir de ese vacío, cuando algo se comprende y se transforma –no intelectualmente- Se libera un sentimiento que hasta ese momento ha sido del orden de la tristeza, pero que puede convertirse, sin que nada extraordinario suceda, en una especie de revelación vital, de alegría inmensa que nos vuelve a conectar con el mundo. Y es que en ese momento el sujeto es por fin capaz de compartir, de estar con los otros como no lo había estado en mucho tiempo, o quizá jamás. En Shara se trata de la historia de una familia en una pequeña ciudad japonesa, uno de cuyos dos hijos varones desaparece extrañamente cuando es pequeño. Vemos cómo la vida sigue adelante, y cada uno de sus miembros hace lo que puede con ese vacío, del que no se habla mucho pero tampoco se niega. Un verano, al cabo de unos años, la madre vuelve a estar embarazada, a punto de dar a luz, el padre participa en la vida de la comunidad y se encarga de la organización de las fiestas que tendrán lugar dentro de poco. Es el hijo que se ha quedado solo, ahora adolescente, al que todo eso parece estar pesándole más. En la escena final (que dura una eternidad pero es una maravilla) se produce esta catarsis liberadora a lo largo de un desfile musical callejero que avanza con una multitud bailando al ritmo de los tambores y los gritos, con aguacero caído del cielo incluido.
El bosque del luto (Mogari no Mori) me ha gustado más. Se trata de una historia más depurada y en cierta manera radical, en la que, me parece, la autora ha ido más directamente a los fantasmas que la acechan y obsesionan: la vejez, la maternidad, la pérdida y la renovación de la vida, o la relación generacional (no sé si alguien vio el documental que realizó sobre su abuela, Tarachime, traducido en francia como Nacimiento y Maternidad; siempre me impresionó en el comienzo el cuerpo de esa mujer de 90 años que más tarde muere, desnudo en la bañera). También es más esencial en la construcción de los personajes, diálogos y secuencias, y en su relación con ese elemento, que convierte en un personaje más y cuyo rol expresivo es definitivo: la naturaleza. No recuerdo ahora a nadie que haya filmado así el viento, las hojas, los árboles, la luz cambiante del sol, las montañas, el río, la lluvia. En esta película la naturaleza está claramente "envolviendo" a los personajes, protegiéndolos, abrazándolos, velando por ellos.
Si en Shara, que ví por primera vez con Roger en la edición del baff del 2003, donde por cierto ganó un premio, la catarsis compartida se produce en esa escena tan simple de danza y música final, en Mogari no Mori aparece en una escena impresionante cuando los dos personajes principales se encuentran perdidos en el bosque y se topan con un río crecido por la lluvia. El cine oriental no es una cuestión de bellas imágenes, acción ralentizada, pocos diálogos y personajes absortos y poco expresivos que fuman constantemente, es una cuestión discursiva, y también creo que tiene que ver con poder situarse en un lugar distinto para seguir explicando lo mismo.
mi reverencia más respetuosa a Naomi san!
y aquí pequeño trailer (aunque si la van a ver, mejor ni lo miren)

6.1.08

de la escucha del cielo

Buddha's ear at Leshan, Sichuan by dibopics
Estas navidades uno de los regalos más especiales que he recibido ha sido una versión bilingüe del Dao De Jing, de Lao Zi, traducida y comentada por Anne Hélène Suárez. Siendo el chino antiguo una lengua escrita extremadamente concisa, donde faltan los tiempos verbales y declinaciones, y se prescinde a menudo de pronombres, adverbios, preposiciones, o conjunciones, el trabajo del traductor y comentador del texto es crucial, y desconociendo la existencia de esta versión, nunca me había decidido a comprar ninguna otra. A diferencia de la lengua china hablada, en la que para resolver la dificultad de identificación de las palabras monosilábicas, se utilizan palabras compuestas por dos o más caracteres, en la escrita clásica las palabras aparecen en un solo carácter, que muchas veces tiene numerosas acepciones, y cuya expresión “puede dar lugar a una gran multiplicidad de sentidos diversos, a veces opuestos, a menudo simultáneos, y esa ductilidad constituye una de las riquezas de la lengua clásica” . El trabajo del traductor, como decía, es descomunal y delicado ya que, como explica AH Suárez, “a menudo se juega, a modo de calidoscopio, con la abundancia de acepciones y resulta ciertamente difícil decidirse por uno u otro sentido en nuestros idiomas occidentales y modernos.
Esta versión exquisita de Mondadori, cuidadosamente preparada viene acompañada de un pequeño glosario, comentarios al texto y el texto en chino con una tipografía preciosa y que invita realmente a la lectura y contemplación de los caracteres.
La importancia acordada en China a la escritura es tal que permitió el desarrollo de una lengua hecha para el escrito, divinatorio en un principio, y por lo tanto cargado de un sentido religioso bastante importante, y luego oficial, administrativo, ritual, analítico, e incluso literario. Según Rainier Lanselle es debido a la preeminencia de esta función religiosa del escrito que la lengua china no seguirá el proceso natural y economizador de fonetización que siguieron otras lenguas arcaicas, dando lugar en China a una separación o corte bastante notable entre la lengua que se escribía y la lengua que se hablaba, escapando así también la primera del proceso normal de secularización. Según Rainier esto provocó que el sujeto no tuviera acceso al sistema discursivo, las leyes del lenguaje que lo acompañan y la autonomía del sujeto individual, mientras prevalecía la sumisión de los sujetos a un orden colectivo, común y desubjetivador de la lengua escrita, que se imponía como discurso del amo. Es bonito porque explica en un artículo aparecido en un libro de varios autores sobre la lengua y el psicoanálisis, que fue la entrada del budismo en China a principios de nuestra era la que provocó, al tratarse de una religión portadora de un mensaje para todos, “que tendía a individualizar al sujeto”, otro uso de la escritura china, permitiendo que se escribiera la lengua que se hablaba, y dando lugar al nacimiento de esa lengua vulgar que fue utilizada para escribir relatos, epopeyas y teatro, pero que siguió siendo rechazada del ámbito oficial por el poder hasta su generalización con la joven República en 1919.
Pero volviendo a la escritura, no dejo de maravillarme de todo la fuente inagotable de sus caracteres. Esta vez ha sido con el carácter que aparece en el Dao De Jing para referirse al hombre santo y que explica Anne Hélène en el glosario de términos: sheng (no sé cómo escribir la forma tradicional con mi ordenador) Se trata del hombre arquetípico y perfecto, intermediario entre el cielo y la tierra, compenetrado con el curso, que servía en la antigüedad para referirse al rey ideal, regulador o “pauta” del mundo. Lacan habla de este hombre santo para hablar de la ética del psicoanálisis y hace referencia a Mencio y nos dice que el concepto más próximo en nuestra cultura occidental es el santo de Baltasar Gracián. Así que yo ya había buscado este carácter y me había equivocado tomando shen por sheng . El primero significa dios, santo y también espíritu, y es el que está en la palabra china para psicoanálisis 情神分析. Pero su etimología proviene del elemento de altar religioso donde se realizaban sacrificios y oráculos. Cuál ha sido mi revelación al ver mi equívoco y descubrir que en chino antiguo (y lakhaniano), el caracter de hombre santo estaba compuesto en su forma más arcaica arriba por una oreja enorme y una boca pequeña y abajo por el carácter wang de soberano, rey, príncipe, que incluye en su etimología esta idea de intermediario entre el cielo y la tierra: compuesto por el número tres , que simboliza el cielo el hombre y la tierra, y l trazo vertical de la figura intermediaria del soberano en su eje ceremonial.
Cito de nuevo a Anne Hélène, para que no parezca que soy yo la que siempre lo llevo todo a mi terreno (!!): “Es interesante comprobar que, a menudo, los caracteres relacionados con la inteligencia poseen el elemento semántico de la oreja, o sea la acuidad auditiva, la capacidad de percibir las señales del mundo”
Fue precisamente ayer por la tarde que encontré este poema,- cuya traducción al francés no me convenció pero tampoco he logrado resolver, por lo que en su traducción casera y precaria al castellano pierde cualquier elemento métrico-, y que relacioné en seguida con lo que acabo de escribir…(prometo buscar la traducción publicada en español, y volver con una versión mejor)

Rugidos de leon, palabra sin miedo

Al escucharlo, a los cien animales les estalla la cabeza
Incluso el elefante pierde su elegancia en la huida
Sólo los dragones celestes, dichosos, prestan su oído...
(de Xuan Jue)

3.1.08

霞 xiá

photo by Ford Photo
El otro día leyendo la letra de una canción que Wan Xiaoli cantaba a su mujer descubrí un carácter que no conocía: 霞. Se pronuncia xiá, y suena como xià, 夏el verano. Está compuesto arriba por el radical de lluvia 雨, yu y abajo por jia, la forma antigua de la actual 假 jia, que en el segundo tono puede significar falso, artificial y engañoso, prestado, y en el tercer tono, vacaciones. El cararcter 假 jia proviene del dibujo del número dos 二 y la piel 皮, dando la idea de doble piel. Lógicamente 雨yu es su radical semántico y 假 jia es el radical fonético, que con el tiempo ha ido transformándose en xiá.
El significado de 霞 xiá es precioso: en español existe una palabra, arrebol, que designa las nubes rosadas o púrpuras de la puesta de sol, el crepúsculo. Me gustaba la idea de que existiera un carácter para hablar de ese efecto incorpóreo de una luz y un color que se producen en un determinado momento del día y que se relacionase con esa segunda piel y con el agua de la lluvia, que queda desmentida. Como en el pensamiento freudiano en el que es porque el objeto está ausente, perdido, por lo que cuenta. En el que el objeto ha sido reprimido, expulsado de la imagen, pero es justamente por eso por lo que regresa. Para decir una cosa no la decimos directamente, damos una vuelta, dibujamos otra cosa. Me gusta que en la propia escritura aparezca la idea de semblante, artificio, de una cierta ficción, y que a todo eso alguien haya necesitado darle una forma y ponerle un nombre.

Hoy continuaba leyendo a Rainier Lanselle, en un momento dado hablaba sobre sobre uno de los calígrafos más conocidos de la antigüedad china, Wang Xizhi 王羲之 , al que le gustaba repetir que lo esencial de su arte lo había aprendido observando a las ocas volar. En la tradición poética cuando los gansos u ocas vuelan se dice que dibujan caracteres chinos en el cielo. Cuando el calígrafo escribe el carácter de oca, 鹅, que se pronuncia e, compuesto por el radical de pájaro, 鸟niao y por 我 wo, que significa yo, como elemento fonético, no podrá buscar una semejanza formal o exterior de lo que representa, puesto que gráficamente no tiene nada que ver, pero deberá encontrar por debajo de esas apariencias algo que se desprenda de la escritura y conecte con la realidad de la cosa. La semejanza con la cosa que se representa no ha de ser exterior o formal, y justamente ahí reside el secreto del trazo del calígrafo y, potser, de toda escritura.

31.12.07

2008 你好!


road to the sky, originally uploaded by phitar.

le centre du monde est partout !

con esta frase sacada de tv5, hace ya algunos años que vengo felicitando la entrada del nuevo año acordándome de todos, los de aquí y los de allí. Este año he querido hacerlo también con una foto de mi amigo philippe tarbouriech, tomada durante su último viaje al tibet este otoño. Me gustaba hacerlo con este binomio tan chino del cielo y la tierra. El conocimiento, el pensamiento científico al menos, se puso en marcha con la observación de los astros. Al principio los planetas y las estrellas hablaban, o mejor dicho, los hacíamos hablar. La escritura china surgió para dar cuenta de las marcas que aparecían sobre los huesos adivinatorios, para anotar lo que venía del cielo y esa fue su función durante mucho tiempo. Los sabios observaban, anotaban, leían en los astros y en los fenómenos meteorológicos. Más tarde fuimos descubriendo las leyes de gravitación y la teoría del campo unificado, que como dice Lakhan, mostraban cómo a partir de esencialmente una fórmula todo eso se mantenía unido en un lenguaje ultra-simple, haciendo que los planetas dejaran de tener voz. Los planetas están ahí callados, y si alguien quiere hacer una pregunta se la plantea a otro, que sí que habla, a la espera de que le responda.
Aún así, en el cielo siguen habiendo fenómenos como el arco iris, y el trueno que aparecen y nos sorprenden, nos sobrecogen. La respuesta del otro también, pero La verdad no está en el trueno o ese efecto de colores del arco iris, en todo caso está en el efecto que tiene en nosotros, en nuestro sobrecogimiento. Tampoco está en la respuesta del otro. El trueno, la palabra, son semblantes, no son la verdad, pero son lo que requerimos para que ella se produzca como efecto. La verdad no se mide, ni pesa, no se atrapa, ni siquiera se dice, se desliza bajo el cielo, a través de los diez mil signos, seres y palabras, haciendo camino. Eso es lo que desearía para este año: un poco de esa libertad lakhaniana que de desliza y de la que uno no se puede apropiar, en nombre de ningún bien, política, patria, conocimiento, certeza o presentimiento.

29.12.07

los diez mil saberes favorables

Wan Xiaoli photo by natalie-z
esa es mi traducción macarrónica y personal del nombre de este maravilloso cantautor, Wan Xiaoli 万晓利, que me hizo descubrir Pedro y que iba a escuchar muchos miércoles por la noche a un barecillo llamado 河 en una callejuela que tiraron abajo hace ya tiempo en el barrio de Sanlitun de Pekin,
le había perdido completamente la pista, esta canción que aparece abajo es de mis favoritas y la encontré el otro día, casi por casualidad. El título dice algo así como Dientes y Amor 牙齿与爱情. Y compara los males del corazón con los dolores de muelas, preguntándose qué es lo que se puede arreglar, qué es lo que puede durar, se pregunta por la felicidad, aunque todo eso le parece aburrido, pero al final la tierra se queda silenciosa y la luna sale... queda su canto, una voz, bona nit, y que la disfrute quien quiera, es un regalo...

25.12.07

de mitos y mujeres

Emei Shan by Water Bowl
Es Lacan en el seminario XVIII el que, citando la sabiduría popular, dice que si se quiere saber la verdad sobre un hombre, es en la relación con la mujer donde se encontrará. Ella es su “hora de la verdad”. La mujer como gran Otro, disfruta de una mucho mayor libertad en su relación con el semblante y funciona como pesa-persona. “Para pesar a una persona, nada como pesar a su mujer.(…) Ella conseguirá darle peso, incluso a un hombre que no lo tenga” Pedro Ceinos dedica su último libro, Leyendas de la Diosa Madre (y otros mitos de diosas y mujeres de los pueblos de China), que acaba de ser editado por la editorial Miraguano, al estudio y traducción de los antiguos mitos y leyendas sobre las diosas y mujeres en los distintos pueblos de china. Y es que para este "cazador de minorías", para poder entender y conocer aspectos y fundamentos, muchos de ellos prácticamente desconocidos hoy en día, de la cultura tradicional china, hay que irlos a buscar en la cultura, creencia y mitos de los pueblos situados en la periferia de su imperio. Lakhan habla del mito también en relación a esta verdad. El mito, presentado bajo la forma de relato, no es sólo una ficción sino que además presenta una estructura, una estabilidad, relacionada con algo que siempre aparece y que él llama la verdad. “En toda ficción correctamente estructurada es palpable esa estructura que, en la propia verdad, puede designarse como igual a la estructura de ficción. La verdad tiene una estructura, por así decirlo, de ficción.” En el libro Pedro recoge mitos de pueblos chinos, pueblos Zhuang-dong, sino-tibetanos como los Hani, Yi, Jino, o Jingpo, de los Miao-Yao, de los uygures, de pueblos mongoles, man-tungús (entre los que están los manchúes), y los autronésicos (de la zona de Birmania y Yunnan) y los divide en cuatro bloques: mitos de la diosa creadora, de la diosa civilizadora, en tiempos matriarcales, y los referentes al fin de las Amazonas y el Reino de las Mujeres, con algunas interpretaciones curiosas y preciosas sobre las prendas de ropa, cinturones o delantales de las mujeres. Aparecen mitos y leyendas que nunca habían sido traducidas antes a una lengua occidental, y es que el autor posee una de las bibliotecas sobre minorías chinas más grandes que he visto nunca. Las historias están repletas de mujeres y diosas valerosas que vomitan y abren sus piernas para parir y crear el mundo y cobijar a los seres que lo habitan, llenas de soles, ríos, lagos y montañas, de dragones, animales, árboles y hombres cazadores que se convertirán en los primeros padres. Se me hace evidente otra de las constataciones de Lacan en el seminario 4 sobre el caso del pequeño Hans, y es que toda creación mítica responde a una pregunta, y consiste en enfrentarse con una situación imposible mediante la articulación sucesiva de todas las formas de imposibilidad de la solución. (…) No olviden que el significante no está ahí para representar la significación, sino más bien para completar las hiancias de una significación que está literalmente perdida. Los significantes no están ahí para documentar una realidad sino para colmar los agujeros y los vacíos que el individuo se encuentra en el camino y es así como se pueden leer estos relatos, que tejen con exquisitez y finos hilos ese lugar en el que las diez mil mujeres chinas se han sostenido durante milenios adentro y afuera de esas fronteras geopolíticas que, como vemos, se difuminan en seguida.

15.12.07

lost in translation

Kyoto, photo by Andrea Z
Estos días pensaba en el silencio, en cómo unos lo evitan, cómo otros se ahogan en él, como se nos hace intolerable en situaciones y como en otras es lo que propicia un tiempo necesario, una especie de vacío, para que algo pueda avanzar o proseguir, surgir o simplemente respirar. Silencios demasiado llenos que duelen y hieren o silencios armoniosamente vaciados que liberan algo, que permiten al otro existir enfrente nuestro. Y pienso en lo que me había comentado Bel sobre el trabajo de la documentalista Heddy Honingmann en sus entrevista filmadas, en las que no teme que sus personajes o interlocutores se queden en silencio frente a la cámara y sus preguntas, permitiendo ese espacio para que el sujeto y el discurso se desplieguen tranquilamente. En la televisión tienen horror al silencio, los políticos los peores, y se obsesionan por tapar y tapar los agujeros. ¿Cómo se puede escuchar algo cuando se tapona de esa manera todo el espacio? Para mi lo más increíble siempre ha sido que uno crea que al decir algo el otro pueda estar captando exactamente lo que se quiere decir y encima se empeñe en ignorar que de hecho siempre hay algo que se pierde, que cae, y sin embargo otras cosas que no han sido dichas con palabras emergen sin permiso, ocupando un lugar muchas veces más importante que el resto. Por eso siempre me he encontrado tan cómoda hablando lenguas que no fueran la mía, donde esos espacios y esos vacíos se hacían ineludibles. Evidentemente ahí está el chino, pero incluso estos días siento un placer inmenso leyendo en italiano, que comprendo pero no he estudiado y del cual se me sigue escapando mucho…..la experiencia del psicoanálisis resulta paralela. En una entrevista preciosa a Robert Lévy que traduje para una revista argentina decía: Si un análisis tiene alguna consecuencia sobre la vida de alguien, es sin duda la de aportar una distinción entre la ley del amo y la ley del significante. Y es cierto que se operan ciertos cambios esenciales y uno es capaz de liberarse y escuchar(se) de otros modos. Hay un artículo interesantísimo en una revista de la Lettre Lacanienne de un psicoanalista y sinólogo francés, Rainier Lanselle acerca de su trabajo como intérprete en el ámbito del psicoanálisis en china, concretamente en sesiones y presentaciones de enfermos en Pekín y Xián. Reflexiona acerca del lugar bien especial que debe ocupar esta persona, dando cuenta del sinfín de cosas que ocurren no sólo en la práctica analítica, sino en el acto de la palabra y en el encuentro con esa otra cultura que es china. En este marco el intérprete no puede permitirse mantener la ilusión de una supuesta neutralidad, ni tampoco obviar las barreras del lenguaje, de la cual la lingüística no es más que una variante secundaria a la constituyente del propio sujeto de la lengua. Tampoco puede adoptar, a través de un discurso universitario, el lugar de experto cultural que va a traernos un saber ya enlatado y preparado sobre el otro. La responsabilidad de su acto reside en dejar que algo del sujeto del incosciente pueda entreverse o escucharse, para lo que deberá evitar algo que se encuentra muchas veces en lo que esperamos de un intérprete y de un sinólogo: que acondicione y alise el terreno, evitándonos tener que vérnosla con la división del sujeto y su decir en tanto que decir a medias, decir a su pesar, lleno de baches, huecos, lapsus o malentendidos. Como en aquella secuencia de Lost in Translation en que la intérprete japonesa reduce unas explicaciones interminables dirigidas al americano, a una escueta frase de apenas cuatro palabras. Y es que aunque la intérprete japonesa haya conseguido traducir lo esencial de la comunicación, ha eliminado y censurado toda una serie de significantes, que deja al extranjero sumido en una inquietante extrañeza: “a partir de entonces el extranjero ya no sabe quién le habla, desde dónde se le habla y su sentimiento de aislamiento, de desprendimiento de sí mismo, de ausencia de conexión con las cosas es uno de los puntos fuertes donde reposa la verdad de la película” Rainier explica algo muy bonito además sobre la consistencia del dispositivo analítico, y es el hecho de que a diferencia de algo que pasa a menudo en ese tipo de situaciones en China, en que se crea como una especie de complicidad entre las dos personas que hablan la misma lengua, en estos encuentros el discurso del paciente estaba claramene dirigido al analista que no hablaba su lengua. La presencia del intérprete debía oscilar, tanto su lugar como su intervención habrán de ser plurívocos, y como en la banda de Moebius debía sostener posiciones opuestas entre sí, y es que como bien recuerda al concluir el autor, el lenguaje es universal pero sólo existe a través de lenguas particulares.

9.12.07

autoficción

Eleonor and Barbara, by Harry Callahan
Desde que ví una exposición de Harry Callahan en la mítica sala de la fundación la caixa de la calle serrano de madrid, sus imágenes me han acechado, acompañado y reconfortado a menudo sin yo siquiera saberlo. Estos días regreso especialmente en mi cabeza a la serie de fotos de su esposa Eleonor y su hija Bárbara. H. Callahan, nació en 1912 en Detroit, Michigan. De formación autodidacta, salía todos los días por los alrededores de su casa y su ciudad a fotografiar lo que veía: caminos, árboles, hojas, nieve lagos, playas… contando con E. y B. muchas veces como únicos modelos. Me emocionaba especialmente esa capacidad para reflexionar y preguntar con su mirada justo lo más cercano, lo más íntimo, también lo más ínfimo, yendo a lo esencial, y sabiendo que lo que le podía concernir estaba en su aquí y ahora. Me emocionaba la repetición de esas dos figuras, cargadas de amor, pero también de misterio, cogidas de la mano, saliendo del agua, o desnudas sobre una cama. A veces regreso también al mundo más atormentado, enigmático y auto-referencial de Francesca Woodman. Nacida en 1958 en Denver, estudió en Boulder, Colorado, y en Rhode Island, vivió durante un año de estudios en Roma y de regreso en EEUU, en Nueva York, puso fin a su vida a la edad de 22 años. En el caso de F.W. es su propio cuerpo, desnudo muchas veces, o el de otras figuras femeninas, el que aparece repetido y revisitado de maneras diferentes. El cuerpo como objeto de la mirada y el deseo, como significante otro, el cuerpo expuesto de un ser expuesto, lugar privilegiado de la self-expression, pantalla en blanco donde las visiones tan sólo se reflejan. Siento cierta nostalgia de esa capacidad para sumergirse y exponerse, para estar ahí, y utilizar el cuerpo como propia herramienta que permita entender.
Hace unos días reencontré esta pequeña cita de Callahan:
"Mi mérito es el de ser un hombre para quien el mundo visible existe"

7.12.07

el mapping de la cosa

fotograma de Life of O-Haru de Kenji Mizoguchi
Llevaba varios días cruzándome con personas ciegas por la calle, y de repente me dio esa sensación de que me encontraba con ellos en todas partes. Así que la semana pasada, cuando estando en Madrid vi delante mío un chico joven negro que era ciego, tuve esa sensación de familiaridad y me quedé caminando detrás de él, observándole como queriendo protegerlo en el trayecto que compartíamos . En un momento dado llegamos a un cruce de pasillos y veo que el toma un camino que lleva a una conexión de líneas y que yo debo tomar otro para alcanzar la salida. Sin embargo, y sin pensarlo, tomo su misma dirección y con mucha suavidad poso mis manos sobre su espalda, como deteniéndolo por un instante, me acerco a su oído y le digo en voz baja, - ¿Sabes a dónde te diriges?. Él sin sobresalto alguno y con una sonrisa tranquila me responde: -Quiero ir a la línea 1. Efectivamente el camino que había tomado era el correcto, así que sintiéndome bastante estúpida le digo: -Sí, sí, vas bien, y me despido después de que él muy amable me acabara de tranquilizar con un sonriente Gracias. Mientras salía del subterráneo me di cuenta, -tonta, ingenua de mí- que una persona ciega que coge el metro debe, en principio, saber perfectamente a dónde se dirige, conocer el camino, las direcciones y los posibles pormenores mejor que uno que ve, y que no se puede permitir no conocerlo. Nosotros en cambio, los que vemos, podemos emprender casi cualquier recorrido sin saber a dónde nos dirigimos, e ir decidiéndolo a medida que avanzamos. La suerte del vidente! Pensé. Luego por la tarde, entre dos visitas, conseguí escaparme a ver una pequeña exposición de proyectos de la escultora Susana Solano, cuyas enormes piezas de hierro y malla, sus colinas huecas, sus paredes tramadas, los anillos, sus láminas recortadas y piezas vaciadas me han emocionado siempre, por ese discurso tan no-todo, en que, como dice Lacan, la verdad sólo se dice a medias, uno no puedo decirlo todo, y sabe que no puede atrapar la cosa. La realidad de las obras de Solano está estructurada siempre alrededor de esas piezas abiertas, en red, esos espacios que apuntan siempre a otra superficie que no está pero que sin embargo se dice o apunta, que no sé si sería su reverso, o aún otra cosa. Todo eso mezclado estos días con la lectura del Seminario XVIII que acaba de ser editado en Francia, el seminario más chino de Lakhan que abre hablando de la verdad, del semblante, del discurso, de Gracián, de la ciencia, la observación de los astros, la escritura china y de Mencio. Es precioso porque está lleno de humor, incluso en esa mítica sesión del 20 de enero de 1971 en que se confesará lacaniano por haber estudiado chino en el pasado, y en la que dice también aquello de que la mujer es el soporte de la verdad del hombre.” Para pesar a una persona, no hay como pesar a su mujer” Por cierto, en el blog de los amigos de xoroi, un post muy interesante de Carmen Lafuente sobre la feminidad, sus semblantes y preguntas.

28.11.07

Maison Möbius

Estos días leyendo un artículo de Yann Diener, amigo analista y apasionado por la arquitectura, en el número 4 de la revista essaim descubrí la existencia de la Casa Möbius, realizada en 1997 por el estudio de arquitectura holandés, Un-Studio. Ben van Berkel y Caroline Bos no sabían que J. Lacan utilizase esta y otras figuras topológicas para el desarrollo de su teoría analítica, pero sí se habían nutrido del trabajo de filósofos como Deleuze físicos y matemáticos, en concreto sobre la teoría del caos y los nudos. El principio de la superficie topológica de la banda de Mobius es el de poseer una sola cara y un solo borde, donde derecho y revés se encuentran. Al psicoanálisis lacaniano le sirve para representar la relación del inconsciente con el discurso consciente a través de una geometría no-euclidiana. (En esta geometría, -diferente a la euclidiana o métrica que aprendemos en la escuela y que parte de la idea de que las propiedades de una figura son aquellas que se conservan en todo desplazamiento de la misma y que, como tales, tienen que ver con su forma y con su tamaño,- en la topológica se estudian las cuestiones de vecindad, de transformación continua, de frontera y de superficie, centrándose en los invariantes cualitativos, sin hacer intervenir o incluso excluyendo cualquier dimensión métrica-). Aplicado al sujeto esto significa que el inconsciente, como reverso, puede surgir en cualquier momento del discurso, y no habrá que ir a buscarlo en las lejanas profundidades, como se pensaba antes.
En la construcción de esta casa se ha buscado también eliminar las oposiciones entre exterior e interior a través de una cierta ambigüedad funcional de las estancias, a fin de invitar a quienes las habita a “liberar” su actividad y deambular, haciéndoles creer en todo momento que siempre le quedará una parte de la casa sin explorar… Yann también comenta el trabajo de otros arquitectos como Greg Lynn o el horticultor Richard Neutra, que intentó hacer entrar la vegetación o el desierto en las casas californianas. Parece que hasta Jean Nouvel en los ochenta clamaba por una arquitectura bi-dimensional, que lograse “escapar a la fatalidad de la pesadez, a la materialidad de la construcción” . Cita luego de nuevo a Lakhan en 1960 en su seminario sobre La ética en el psicoanálisis, cuando constata como buen maestro chan que era, que el sentido de toda arquitectura es el de organizar el vacío. Esa articulación de la arquitectura alrededor del vacío como elemento dinamizador, y su preponderancia sobre lo bello, me ha hecho pensar de nuevo en la estética y pensamiento chino como horizonte de una nueva ética-estética , anunciada ya, como dice Yann, hace más de treinta años....

24.11.07

estar enfermo o la terraza para elevarse en el vacío

Emei Shan by Chevans
Hace poco un amigo me dijo estar enfermo, aunque sólo fuese de amor. Yo leía el ensayo de Virginia Wolf titulado Estar Enfermo, que Bel me había prestado para mi viaje a Paris, y recordaba, algo emocionada, todas esas largas conversaciones que durante años había mantenido con otro amigo que durante tiempo vivió bajo tan pesado significante. V. Wolf escribe desde su propia experiencia, sus depresiones, desde los largos periodos obligada a guardar cama, a encerrarse en casa, a medicarse, o incluso a verse privada de poder escribir. Nada más empezar lo dice: “cuando las luces de la salud se apagan, emergen países aún sin descubrir"… yermos y desiertos del alma, precipicios y céspedes rociados de brillantes flores, antiguos e inexorables robles, ángeles y arpistas, aguas de la aniquilación…En seguida señala el hecho de que a pocos les interese hablar de estos estados, que se descuiden en el lenguaje y en la literatura. “Ver todo esto a los ojos requeriría la audacia de un domador de leones, una filosofía robusta, una razón enraizada en las entrañas de la tierra” Porque el monstruo del cuerpo y el milagro del dolor, dice, en un batir de alas nos lleva a los arrebatos de la filosofía, el misticismo y la intuición. Hay en la enfermedad además una franqueza infantil. “Cada ser humano alberga un bosque virgen, un campo nevado donde ni siquiera se conoce la huella de un ave. Ahí avanzamos solos y así lo preferimos. ...Cuando hay salud uno ha de hacer semblante, ocuparse de los demás, comunicar, compartir, civilizar…cuando hay enfermedad, dejamos de ser soldados en el ejército de los erguidos; nos convertimos en desertores. Ellos marchan a la batalla. Nosotros yacemos acostados mirando hacia arriba, como hojas muertas sobre el césped, y por primera vez después de muchos años, irresponsables y desentendidos, somos capaces de mirar a nuestro alrededor, para alzar la vista y ver, por ejemplo, el cielo."
De repente Virginia descubre en el cielo algo completamente distinto, una composición de luces y formas, como un gigantesco cinematógrafo proyectando perpetuamente, y se pregunta por qué nadie utiliza todas esa energía para algo.
Sé que seguramente sólo me pase a mi, pero la metáfora del cielo me devuelve a China. Y a un pequeño ensayo de Su Dong Po para celebrar la construcción de una terraza en la ladera de una montaña. Habla de una capital de provincia situada al pie de las montañas del sur. Al lado de éstas se encuentra la más alta Zhongnanshan. El gobierno de este distrito nunca se había fijado en las montañas. Y aunque esto no tuviese ninguna consecuencia política, Su Dongpo nos dice que para entender la naturaleza del mundo, no puede ser de ese modo. Y es por eso, por lo que finalmente se construye una terraza que permita al hombre elevarse en el vacío. Su propio apodo Cuesta del Este podría contener, pienso, esa imagen de una ladera desde la que observar desde las alturas. En la versión de Anne Hélène Suarez de A punto de Partir de Li Bai, el libro acaba con un último poema que evoca también esa visión desde el vacío y la dificultad o la proeza de poder expresar con palabras todo eso…
Escrito al subir a la Terraza Yang
"Los montes se elevan, las aguas se extienden,
Son mil y diez mil los visos de las cosas,
Si no es con ayuda de un pincel experto,
¿Cómo expresaré lo puro y lo grandioso?"
Aunque a lo que apunte el psicoanálisis no sea exactamente a curar, sí que tiene que ver con ese desplegar del cinematógrafo, con la escritura de las mil cosas en la experiencia del sujeto y con poder sostener una escucha que tiene lugar en el vacío

11.11.07

princesas zen

las bellísimas Andrea y Valentina en su casa de Londres el año pasado
Estos días me encuentro autorecluida entre las ocho paredes de mis dos casas, traduciendo varios artículos para un libro sobre el sujeto en el psicoanálisis, sin demasiado tiempo para nada más. Esta imagen de Valentina y Andrea y la sensación de libertad que me produce me hacen compañía y ayudan a sobrellevar lo arduo de la tarea. V. y A. son las hijas gemelas de Deborah y Brian, ella argentina, él irlandés. Desde que nacieron, un caos bastante bien organizado se instaló en la casa donde viven en Londres, creando en el interior de de sus murallas un microcosmos protegido donde las niñas iban vestidas de princesas y zíngaras, jugaban a juegos que ellas inventaban e iban descubriendo a través del cuidadoso relato de sus padres, el mundo de los diez mil seres, los nombres y las cosas. También he alternado el trabajo con algunos de los cuentos zen y haikus recogidos por Henri Brunel, cuyo libro, aunque descansaba sobre mi mesilla de noche desde hace tiempo, nunca había hojeado. Nada espectacular en estos relatos condensados al máximo, como extraños perfumes en diminutos paquetes esmeradamente preparados , pero sí el encuentro con el siempre necesario universo de monjes salvajes, que lloran en funerales de gente desconocida por el hecho de sentirse tan desapegados de todo, que se pirran por los melones, o caminan desnudos en las noches de verano, y que sacan las más sabias conclusiones de la observación de hojas de árboles y bambúes, de la brisa de la mañana que hace revolotear los pelos de la oruga, la paciente escalada de los caracoles, los espantapájaros o las gotas de lluvia al amanecer sobre un banano. Un monje zen se encuentra a otro en el camino . Hablan… uno le cuenta que ha recorrido el país de norte a sur, de este a oeste, y ha visitado miles de templos. El otro le pregunta quién le parece el maestro más grande de todos y el primero le contesta sin dudarlo, Oshibu, el maestro del templo de Edo. El segundo le pregunta qué es lo que le ha aportado. -Llegué a ese maestro sin nada y partí sin nada. El otro asombrado le pregunta por qué se quedó con él -¿Cómo habría sabido, si no, que llegaba sin nada y partía sin nada?
Este cuento se titula Encuentro, y me ha hecho pensar rápidamente en el encuentro con el diván en este mundo de bienes, y en este sujeto precario y liberado sobre el que traduzco, y lo que en psicoanálisis se llama la travesía del fantasma, perfectamente resumido en este sencillo cuento, y que lejos de tratar ningún concepto oscuro ininteligible sigue siendo muy zen

3.11.07

sujeto en tránsito

niños en halloween, photo by Rosehips
Por fin pude leer esta semana el maravilloso librito El arte de Caminar del que ya había escrito y hablado Bel y que quise regalar a mi madre ikebana. Disfruté, como no podía ser de otro modo, de esa invitación tan psicoanalítica y liberadora del paseo de Hazlitt. “caminamos principalmente para sentirnos libres de todos los impedimentos y de todos los inconvenientes, para dejarnos atrás a nosotros mismos, mucho más que para librarnos de otros.” Es en ese momento en que nos quedamos solos, y en esa fusión tan china con la naturaleza, con el paisaje, dejamos que surjan cosas olvidadas, como “ruinas hundidas y tesoros que no toca el sol”. Como el autor yo también prefiero el método sintético sobre el analítico, contentándome con apilar una serie de ideas para examinarlas más adelante, pero dejando antes que floten “como el vello cardo bajo la brisa sin dejar que se enreden en las zarzas y las espinas de una controversia”. El martes acudí a una conferencia sobre poesía china a cargo de un veterano poeta chino. Tu An no se salió del discurso académico pekinés, bastante aburrido por cierto, ni reveló nada singular, pero agradecí que recitara, con sus 84 años cumplidos, los poemas que citaba según la tradición oral cantada y en su dialecto, extremadamente bella, que se está perdiendo. Muuuuuuucho más interesante ha sido descubrir esta mañana un artículo de Manel Ollé publicado en la revista número 28 de la ACEC que tan amorosamente me regaló Cacho de Pan ayer, en una impecable edición con diseño de Bertini y Chapuis. Son varias las revelaciones imprescindibles para cualquiera interesado en la escritura china, pero aún sin haber acabado de reponerme de la quijotesca felicidad, como diría Bel, producida por la lectura, me quedo con dos, que estoy segura deleitarían al maestro Yak Lakhan (- ay, maestro, qué hubiera sido si en vez del cultivado François Cheng, hubieras tenido a Manel Ollé como profesor de lengua y literatura china, estaríamos todos hoy en Pekín!). Ollé parte de la idea de la indeterminación morfosintáctica esencial en la poesía antigua china (ausencia o elipsis de elementos gramaticales, pronombres personales, preposiciones, nexos, modificadores, marcadores y determinantes), que como bien indica, puede concebirse como el correlato del principio estético chino del vacío, dinamizador, activador y constitucional (el vacío que confiere a la rueda su uso, al laud su armonía) del universo, para ir describiendo y analizando algunas de las claves del género poético. Me interesó especialmente lo que dice acerca del efecto de ambigüedad del sujeto, que aparece proyectado en el texto en un estado virtual. Las resonancias entre forma y contenido provocan esta identificación o fusión del sujeto con el paisaje o los elementos de la naturaleza, diluyéndose así la distancia entre sujeto y objeto, y entre objeto y acción. Refiriéndose luego al sujeto-lector, prosigue, “la ambigüedad del discurso no conduce pues a la polisemia que requiere la presencia de un sujeto interpretador sino a la activación de un sujeto en tránsito [sujeto que transita] por el proceso de construcción de sentido que el poema propone de forma germinal
Pero lo esencialmente lacaniano en las conclusiones de Ollé es para mi lo siguiente: la ausencia de abstracción y la voluntad de reproducir los gestos de la naturaleza sitúan a la poesía china en el ámbito de la palabra poética referencial, cuyo enigma “no ha de trascender su significado hacia otra interpretación que no sea la propia de la palabra en su uso directo. Y es en su aparente referencia a la realidad donde radica el efecto más enigmático del discurso literario en el lector: el efecto de lo real [lo Real] que lo subyuga a una realidad exterior inexistente pero que las palabras convocan con la fuerza de creer que son las cosas”
Ahí están en efecto algunas de las claves del descubrimiento lacaniano: el enigma del significante cuyo movimiento no es el de trascender hacia el significado sino el de transitar , como ese sujeto del que habla Ollé, en la cadena que se crea con otros significantes, sin poder llegar nunca a tener acceso a ese Real, convocado por las palabras que creen que son las cosas, pero que sin duda, no logran jamás nombrar.
En fin, sé que me he puesto muy intelectual, pero me tendréis que perdonar, estoy aún borracha de mi lectura matinal. Y yo que lo relaciono y ligo todo a mi manera, me he acordado de estos otros poetas de la realidad y la naturaleza con sus fotos de libélulas, mariposas, montes y árboles Nomès Ploraria y Frikosal!