31.12.07

2008 你好!


road to the sky, originally uploaded by phitar.

le centre du monde est partout !

con esta frase sacada de tv5, hace ya algunos años que vengo felicitando la entrada del nuevo año acordándome de todos, los de aquí y los de allí. Este año he querido hacerlo también con una foto de mi amigo philippe tarbouriech, tomada durante su último viaje al tibet este otoño. Me gustaba hacerlo con este binomio tan chino del cielo y la tierra. El conocimiento, el pensamiento científico al menos, se puso en marcha con la observación de los astros. Al principio los planetas y las estrellas hablaban, o mejor dicho, los hacíamos hablar. La escritura china surgió para dar cuenta de las marcas que aparecían sobre los huesos adivinatorios, para anotar lo que venía del cielo y esa fue su función durante mucho tiempo. Los sabios observaban, anotaban, leían en los astros y en los fenómenos meteorológicos. Más tarde fuimos descubriendo las leyes de gravitación y la teoría del campo unificado, que como dice Lakhan, mostraban cómo a partir de esencialmente una fórmula todo eso se mantenía unido en un lenguaje ultra-simple, haciendo que los planetas dejaran de tener voz. Los planetas están ahí callados, y si alguien quiere hacer una pregunta se la plantea a otro, que sí que habla, a la espera de que le responda.
Aún así, en el cielo siguen habiendo fenómenos como el arco iris, y el trueno que aparecen y nos sorprenden, nos sobrecogen. La respuesta del otro también, pero La verdad no está en el trueno o ese efecto de colores del arco iris, en todo caso está en el efecto que tiene en nosotros, en nuestro sobrecogimiento. Tampoco está en la respuesta del otro. El trueno, la palabra, son semblantes, no son la verdad, pero son lo que requerimos para que ella se produzca como efecto. La verdad no se mide, ni pesa, no se atrapa, ni siquiera se dice, se desliza bajo el cielo, a través de los diez mil signos, seres y palabras, haciendo camino. Eso es lo que desearía para este año: un poco de esa libertad lakhaniana que de desliza y de la que uno no se puede apropiar, en nombre de ningún bien, política, patria, conocimiento, certeza o presentimiento.

29.12.07

los diez mil saberes favorables

Wan Xiaoli photo by natalie-z
esa es mi traducción macarrónica y personal del nombre de este maravilloso cantautor, Wan Xiaoli 万晓利, que me hizo descubrir Pedro y que iba a escuchar muchos miércoles por la noche a un barecillo llamado 河 en una callejuela que tiraron abajo hace ya tiempo en el barrio de Sanlitun de Pekin,
le había perdido completamente la pista, esta canción que aparece abajo es de mis favoritas y la encontré el otro día, casi por casualidad. El título dice algo así como Dientes y Amor 牙齿与爱情. Y compara los males del corazón con los dolores de muelas, preguntándose qué es lo que se puede arreglar, qué es lo que puede durar, se pregunta por la felicidad, aunque todo eso le parece aburrido, pero al final la tierra se queda silenciosa y la luna sale... queda su canto, una voz, bona nit, y que la disfrute quien quiera, es un regalo...

25.12.07

de mitos y mujeres

Emei Shan by Water Bowl
Es Lacan en el seminario XVIII el que, citando la sabiduría popular, dice que si se quiere saber la verdad sobre un hombre, es en la relación con la mujer donde se encontrará. Ella es su “hora de la verdad”. La mujer como gran Otro, disfruta de una mucho mayor libertad en su relación con el semblante y funciona como pesa-persona. “Para pesar a una persona, nada como pesar a su mujer.(…) Ella conseguirá darle peso, incluso a un hombre que no lo tenga” Pedro Ceinos dedica su último libro, Leyendas de la Diosa Madre (y otros mitos de diosas y mujeres de los pueblos de China), que acaba de ser editado por la editorial Miraguano, al estudio y traducción de los antiguos mitos y leyendas sobre las diosas y mujeres en los distintos pueblos de china. Y es que para este "cazador de minorías", para poder entender y conocer aspectos y fundamentos, muchos de ellos prácticamente desconocidos hoy en día, de la cultura tradicional china, hay que irlos a buscar en la cultura, creencia y mitos de los pueblos situados en la periferia de su imperio. Lakhan habla del mito también en relación a esta verdad. El mito, presentado bajo la forma de relato, no es sólo una ficción sino que además presenta una estructura, una estabilidad, relacionada con algo que siempre aparece y que él llama la verdad. “En toda ficción correctamente estructurada es palpable esa estructura que, en la propia verdad, puede designarse como igual a la estructura de ficción. La verdad tiene una estructura, por así decirlo, de ficción.” En el libro Pedro recoge mitos de pueblos chinos, pueblos Zhuang-dong, sino-tibetanos como los Hani, Yi, Jino, o Jingpo, de los Miao-Yao, de los uygures, de pueblos mongoles, man-tungús (entre los que están los manchúes), y los autronésicos (de la zona de Birmania y Yunnan) y los divide en cuatro bloques: mitos de la diosa creadora, de la diosa civilizadora, en tiempos matriarcales, y los referentes al fin de las Amazonas y el Reino de las Mujeres, con algunas interpretaciones curiosas y preciosas sobre las prendas de ropa, cinturones o delantales de las mujeres. Aparecen mitos y leyendas que nunca habían sido traducidas antes a una lengua occidental, y es que el autor posee una de las bibliotecas sobre minorías chinas más grandes que he visto nunca. Las historias están repletas de mujeres y diosas valerosas que vomitan y abren sus piernas para parir y crear el mundo y cobijar a los seres que lo habitan, llenas de soles, ríos, lagos y montañas, de dragones, animales, árboles y hombres cazadores que se convertirán en los primeros padres. Se me hace evidente otra de las constataciones de Lacan en el seminario 4 sobre el caso del pequeño Hans, y es que toda creación mítica responde a una pregunta, y consiste en enfrentarse con una situación imposible mediante la articulación sucesiva de todas las formas de imposibilidad de la solución. (…) No olviden que el significante no está ahí para representar la significación, sino más bien para completar las hiancias de una significación que está literalmente perdida. Los significantes no están ahí para documentar una realidad sino para colmar los agujeros y los vacíos que el individuo se encuentra en el camino y es así como se pueden leer estos relatos, que tejen con exquisitez y finos hilos ese lugar en el que las diez mil mujeres chinas se han sostenido durante milenios adentro y afuera de esas fronteras geopolíticas que, como vemos, se difuminan en seguida.

15.12.07

lost in translation

Kyoto, photo by Andrea Z
Estos días pensaba en el silencio, en cómo unos lo evitan, cómo otros se ahogan en él, como se nos hace intolerable en situaciones y como en otras es lo que propicia un tiempo necesario, una especie de vacío, para que algo pueda avanzar o proseguir, surgir o simplemente respirar. Silencios demasiado llenos que duelen y hieren o silencios armoniosamente vaciados que liberan algo, que permiten al otro existir enfrente nuestro. Y pienso en lo que me había comentado Bel sobre el trabajo de la documentalista Heddy Honingmann en sus entrevista filmadas, en las que no teme que sus personajes o interlocutores se queden en silencio frente a la cámara y sus preguntas, permitiendo ese espacio para que el sujeto y el discurso se desplieguen tranquilamente. En la televisión tienen horror al silencio, los políticos los peores, y se obsesionan por tapar y tapar los agujeros. ¿Cómo se puede escuchar algo cuando se tapona de esa manera todo el espacio? Para mi lo más increíble siempre ha sido que uno crea que al decir algo el otro pueda estar captando exactamente lo que se quiere decir y encima se empeñe en ignorar que de hecho siempre hay algo que se pierde, que cae, y sin embargo otras cosas que no han sido dichas con palabras emergen sin permiso, ocupando un lugar muchas veces más importante que el resto. Por eso siempre me he encontrado tan cómoda hablando lenguas que no fueran la mía, donde esos espacios y esos vacíos se hacían ineludibles. Evidentemente ahí está el chino, pero incluso estos días siento un placer inmenso leyendo en italiano, que comprendo pero no he estudiado y del cual se me sigue escapando mucho…..la experiencia del psicoanálisis resulta paralela. En una entrevista preciosa a Robert Lévy que traduje para una revista argentina decía: Si un análisis tiene alguna consecuencia sobre la vida de alguien, es sin duda la de aportar una distinción entre la ley del amo y la ley del significante. Y es cierto que se operan ciertos cambios esenciales y uno es capaz de liberarse y escuchar(se) de otros modos. Hay un artículo interesantísimo en una revista de la Lettre Lacanienne de un psicoanalista y sinólogo francés, Rainier Lanselle acerca de su trabajo como intérprete en el ámbito del psicoanálisis en china, concretamente en sesiones y presentaciones de enfermos en Pekín y Xián. Reflexiona acerca del lugar bien especial que debe ocupar esta persona, dando cuenta del sinfín de cosas que ocurren no sólo en la práctica analítica, sino en el acto de la palabra y en el encuentro con esa otra cultura que es china. En este marco el intérprete no puede permitirse mantener la ilusión de una supuesta neutralidad, ni tampoco obviar las barreras del lenguaje, de la cual la lingüística no es más que una variante secundaria a la constituyente del propio sujeto de la lengua. Tampoco puede adoptar, a través de un discurso universitario, el lugar de experto cultural que va a traernos un saber ya enlatado y preparado sobre el otro. La responsabilidad de su acto reside en dejar que algo del sujeto del incosciente pueda entreverse o escucharse, para lo que deberá evitar algo que se encuentra muchas veces en lo que esperamos de un intérprete y de un sinólogo: que acondicione y alise el terreno, evitándonos tener que vérnosla con la división del sujeto y su decir en tanto que decir a medias, decir a su pesar, lleno de baches, huecos, lapsus o malentendidos. Como en aquella secuencia de Lost in Translation en que la intérprete japonesa reduce unas explicaciones interminables dirigidas al americano, a una escueta frase de apenas cuatro palabras. Y es que aunque la intérprete japonesa haya conseguido traducir lo esencial de la comunicación, ha eliminado y censurado toda una serie de significantes, que deja al extranjero sumido en una inquietante extrañeza: “a partir de entonces el extranjero ya no sabe quién le habla, desde dónde se le habla y su sentimiento de aislamiento, de desprendimiento de sí mismo, de ausencia de conexión con las cosas es uno de los puntos fuertes donde reposa la verdad de la película” Rainier explica algo muy bonito además sobre la consistencia del dispositivo analítico, y es el hecho de que a diferencia de algo que pasa a menudo en ese tipo de situaciones en China, en que se crea como una especie de complicidad entre las dos personas que hablan la misma lengua, en estos encuentros el discurso del paciente estaba claramene dirigido al analista que no hablaba su lengua. La presencia del intérprete debía oscilar, tanto su lugar como su intervención habrán de ser plurívocos, y como en la banda de Moebius debía sostener posiciones opuestas entre sí, y es que como bien recuerda al concluir el autor, el lenguaje es universal pero sólo existe a través de lenguas particulares.

9.12.07

autoficción

Eleonor and Barbara, by Harry Callahan
Desde que ví una exposición de Harry Callahan en la mítica sala de la fundación la caixa de la calle serrano de madrid, sus imágenes me han acechado, acompañado y reconfortado a menudo sin yo siquiera saberlo. Estos días regreso especialmente en mi cabeza a la serie de fotos de su esposa Eleonor y su hija Bárbara. H. Callahan, nació en 1912 en Detroit, Michigan. De formación autodidacta, salía todos los días por los alrededores de su casa y su ciudad a fotografiar lo que veía: caminos, árboles, hojas, nieve lagos, playas… contando con E. y B. muchas veces como únicos modelos. Me emocionaba especialmente esa capacidad para reflexionar y preguntar con su mirada justo lo más cercano, lo más íntimo, también lo más ínfimo, yendo a lo esencial, y sabiendo que lo que le podía concernir estaba en su aquí y ahora. Me emocionaba la repetición de esas dos figuras, cargadas de amor, pero también de misterio, cogidas de la mano, saliendo del agua, o desnudas sobre una cama. A veces regreso también al mundo más atormentado, enigmático y auto-referencial de Francesca Woodman. Nacida en 1958 en Denver, estudió en Boulder, Colorado, y en Rhode Island, vivió durante un año de estudios en Roma y de regreso en EEUU, en Nueva York, puso fin a su vida a la edad de 22 años. En el caso de F.W. es su propio cuerpo, desnudo muchas veces, o el de otras figuras femeninas, el que aparece repetido y revisitado de maneras diferentes. El cuerpo como objeto de la mirada y el deseo, como significante otro, el cuerpo expuesto de un ser expuesto, lugar privilegiado de la self-expression, pantalla en blanco donde las visiones tan sólo se reflejan. Siento cierta nostalgia de esa capacidad para sumergirse y exponerse, para estar ahí, y utilizar el cuerpo como propia herramienta que permita entender.
Hace unos días reencontré esta pequeña cita de Callahan:
"Mi mérito es el de ser un hombre para quien el mundo visible existe"

7.12.07

el mapping de la cosa

fotograma de Life of O-Haru de Kenji Mizoguchi
Llevaba varios días cruzándome con personas ciegas por la calle, y de repente me dio esa sensación de que me encontraba con ellos en todas partes. Así que la semana pasada, cuando estando en Madrid vi delante mío un chico joven negro que era ciego, tuve esa sensación de familiaridad y me quedé caminando detrás de él, observándole como queriendo protegerlo en el trayecto que compartíamos . En un momento dado llegamos a un cruce de pasillos y veo que el toma un camino que lleva a una conexión de líneas y que yo debo tomar otro para alcanzar la salida. Sin embargo, y sin pensarlo, tomo su misma dirección y con mucha suavidad poso mis manos sobre su espalda, como deteniéndolo por un instante, me acerco a su oído y le digo en voz baja, - ¿Sabes a dónde te diriges?. Él sin sobresalto alguno y con una sonrisa tranquila me responde: -Quiero ir a la línea 1. Efectivamente el camino que había tomado era el correcto, así que sintiéndome bastante estúpida le digo: -Sí, sí, vas bien, y me despido después de que él muy amable me acabara de tranquilizar con un sonriente Gracias. Mientras salía del subterráneo me di cuenta, -tonta, ingenua de mí- que una persona ciega que coge el metro debe, en principio, saber perfectamente a dónde se dirige, conocer el camino, las direcciones y los posibles pormenores mejor que uno que ve, y que no se puede permitir no conocerlo. Nosotros en cambio, los que vemos, podemos emprender casi cualquier recorrido sin saber a dónde nos dirigimos, e ir decidiéndolo a medida que avanzamos. La suerte del vidente! Pensé. Luego por la tarde, entre dos visitas, conseguí escaparme a ver una pequeña exposición de proyectos de la escultora Susana Solano, cuyas enormes piezas de hierro y malla, sus colinas huecas, sus paredes tramadas, los anillos, sus láminas recortadas y piezas vaciadas me han emocionado siempre, por ese discurso tan no-todo, en que, como dice Lacan, la verdad sólo se dice a medias, uno no puedo decirlo todo, y sabe que no puede atrapar la cosa. La realidad de las obras de Solano está estructurada siempre alrededor de esas piezas abiertas, en red, esos espacios que apuntan siempre a otra superficie que no está pero que sin embargo se dice o apunta, que no sé si sería su reverso, o aún otra cosa. Todo eso mezclado estos días con la lectura del Seminario XVIII que acaba de ser editado en Francia, el seminario más chino de Lakhan que abre hablando de la verdad, del semblante, del discurso, de Gracián, de la ciencia, la observación de los astros, la escritura china y de Mencio. Es precioso porque está lleno de humor, incluso en esa mítica sesión del 20 de enero de 1971 en que se confesará lacaniano por haber estudiado chino en el pasado, y en la que dice también aquello de que la mujer es el soporte de la verdad del hombre.” Para pesar a una persona, no hay como pesar a su mujer” Por cierto, en el blog de los amigos de xoroi, un post muy interesante de Carmen Lafuente sobre la feminidad, sus semblantes y preguntas.