old photo at Okinawa Soba's
Miquel Bassols escribió hace unos días en su blog acerca del número "i" y los números imaginarios, que no existen más que gracias al lenguaje y no tienen referente en lo real (la raíz cuadrada de – 1, por ejemplo). Su naturaleza es muy similar a un concepto freudiano y por eso los utilizó Lacan para dar cuenta de uno de los elementos más potentes y operativos con los que trabajamos: el falo simbólico. Ese falo, -señala Bassols-, que "Freud empezó a escuchar a diestro y siniestro como el que se encontraba a faltar en el cuerpo de la madre o de las demás mujeres, ese falo que los psicoanalistas de hoy en día siguen escuchando en la intimidad de su consultorio" a sujetos masculinos y femeninos, niños y no tan niños. Me gusta imaginarme a Freud en pleno descubrimiento de eso a lo que todos aludían, cuya existencia se revelaba innegable, y sin embargo era invisible, inasible. Bassols lo relaciona con el carnaval de los sexos y lo libidinal, puesto que "su función es la de ataviar al sujeto en sus más barrocas florituras a esconder lo que falta y sugerir lo que no existe detrás del velo, en el juego de mostrar y esconder tan propio del carnaval de la vida".
Pero lo cierto es que no hace falta pensar únicamente en cómo nos relacionamos en el baile veneciano con el otro sexo, todos sentimos que algo nos falta siempre, aunque no podamos situarlo en el cuerpo, ni tampoco en un recuento disciplinado de los nombres y las cosas con las que llenamos la existencia, por eso cuando el analizante intenta cernir algo de su sufrimiento, ese número imaginario pero plenamente operativo entra en acción. A mí me cuesta dar cuenta de ello en sesión analítica, aunque sea tan fácil escucharlo e identificarlo ¿cómo hablar de ello sin acudir a nuestra jerga, que es excesivamente críptica? Nosotros, siguiendo a Lacan, distinguimos entre lo que nos falta simbólicamente y de lo que estamos privados en lo real: “nada falta que no sea del orden simbólico, la privación corresponde a lo real". Cuando Lacan dice que el falo es un significante, habla de que como con cualquier significante, la asignación de significado no es universal ni unívoca, y que el sentido no le viene dado por sí mismo sino en relación a otros significantes y asignaciones de sentido que nosotros creamos. Pero me gusta mucho eso que escribe Bassols acerca de una realidad exiliada de lo real, “ni es ni no es, anfibio entre el ser y nada”, porque yo reconozco parte de esos paisajes de exilio, en mí y en los relatos que escucho de los demás. La existencia está llena de fugas...
june swoon
Hace 10 años