a road to the sea in Sado Island by tetsumaru
A veces me ocurre echar de menos lugares en los que no he vivido o en los que incluso no he estado, o si lo he hecho, ha sido fugazmente. Otras echo de menos lugares en los que sí he vivido, pero lo que echo en falta no es el lugar en sí, o toda mi experiencia o mi vivencia allá, sino algo que desde ellos se inscribió en mi historia, dejando una marca, completando una parte de un relato. Me ocurre también echar de menos vidas que no he tenido, cosas que no han pasado. Siempre pienso que es algo común y que le pasa a todo el mundo, pero ahora que lo pienso, no tengo ni idea.
Mi nostalgia, como digo, está muy relacionada por lugares, paisajes y ciudades. Lacan habla del mito individual del neurótico para dar cuenta de esa necesidad que tiene cada sujeto de dar una forma discursiva a un tipo de verdad que no puede ser transmitida directamente como verdad objetiva, como palabra que se identifica o se funda a sí misma como verdad. La relación del sujeto con el mundo y los demás, su realidad intersubjetiva, no podrá por lo tanto ser transmitida a través de una palabra que defina la verdad, sino que necesitará de esas construcciones histórico-míticas que apuntan en todo momento a su propia biografía. Por eso la importancia de algunos objetos, palabras, lugares, personajes y escenarios, a través de los cuales y de nuestro regreso casi constante a ellos, somos capaces de encontrarnos a nosotros mismos una y otra vez, y seguir deviniendo…
Hace unos días se inauguró en el Palais de Chaillot de París una exposición organizada en colaboración con nuestro moderno cccb sobre la ciudad china. El proyecto, propuesto por uno de los comisarios, el periodista Frédéric Edelmann parece haber sido inspirado por una frase de una novela de Peter Handke, El chino del dolor: “cierra los ojos y el negro de los caracteres hará aparecer las luce de la ciudad” En todo caso escuché el otro día en la radio que sí se ha tenido en cuenta la relación entre la escritura china y sus peculiaridades urbanísticas.
Aunque mañana estemos de celebración con la presentación del libro de Bel y el bello azufaifo , es cierto que sin parar nos llueven las malas noticias de demolición y embrutecimiento de esta ciudad. Ayer en un paseo por los alrededores del parque de la ciudadela y el zoo pasamos cerca de unas callejuelas magníficas protegidas por preciosos árboles que pronto desaparecerán. Mi naturaleza no me permite ser tan pesimista como debiera, pero está claro que algo hay que hacer y decir sobre todo esto. Edelmann invita al visitante a ver más para entender mejor una China que esperamos que, a su vez, aceptará que se la mire y se la interrogue por lo que es. Aquí nadie parece interrogarse! ES cierto que ciudades como Pekín, Shanghai, Xian o Chengdu han perecido cientos de veces bajo los ataques más o menos bárbaros de nuevos gobiernos, catástrofes y el tiempo. También es cierto que su arquitectura efímera y flexible acelera su desaparición constante.
june swoon
Hace 10 años