june swoon
Hace 10 años
es el objeto causa del deseo, no es identificable a un único objeto, según Lacan es el objeto del que no se tiene idea, objeto como vacío… una pantalla en blanco
No sé si ya ha llegado o si llegará aquí la polémica provocada en Francia por el libro de Michel Onfray. En cualquier caso, se la resumo ahora mismo y paso a precisar que aunque Onfray pretenda centrarla en si es posible o no una lectura crítica de Freud (Onfray llega tarde y no se entera, no es que sea posible sino que es obligada, necesaria, benigna y la mejor manera de rendirle homenaje al propio S. Freud, promovida ante todo por los analistas), lo cierto es que como ya señalan algunos autores la verdadera polémica es qué tipo de intereses marketinianos y mercenarios están en juego en el mundo editorial y la prensa para estar dando cabida y credibilidad a una obra como ésta. La polémica, en cualquier caso, es muy bienvenida, al menos en el país vecino se debate y se discute. Confieso que ni lo he leído ni tengo intención de hacerlo, no porque me rasgue las vestiduras sino porque no hay nada nuevo que no hayan escrito otros y mejor, -aunque parece que en su conjunto las fabulaciones resultan aquí más ridículas e infundadas, más incongruentes, como por ejemplo cuando dice que Freud dejó embarazada a su cuñada y la obligó a abortar a una edad en que no hay mujer que conciba, o lo supone adepto a los regímenes fascistas, creo que incluso cómplice o partidario del holocausto. En el retrato que se esfuerza por defender Onfray presenta a Freud como a un mentiroso decadente, un fracasado, depravado y codicioso conspirador, que hizo del psicoanálisis una religión (la otra gran fobia de Onfray), y de su pseudo-ciencia que nunca ha curado a nadie (!!) una gran impostura. Alega estar haciendo una lectura nietzcheiana, demostrando que “una filosofía es siempre una autobiografía de su autor”, sin darse cuenta de que es seguramente su propia experiencia en un internado religioso, testigo de ciertos abusos por parte de los curas, la que ha hecho armarse con la ateología y ahora remeter con su lectura fóbica de S. Freud. No está en mi intención rebatir aquí las tesis de su libro, lean si les interesa a la lúcida y valiente historiadora E. Roudinesco (aquí en castellano) o a Bernard Henri Lévy, (tb en castellano) o a tantos otros que lo hacen mejor, o sino escuchen a propio Onfray ponerse en evidencia en youtube. También creo que los mayores oprobios son del orden histórico, los psicoanalistas, al fin y al cabo, ya estamos acostumbrados a ataques irracionales, a malentendidos constantes con los términos y conceptos, incluso a esa pregunta tendenciosa que se repite, ¿pero no está S. Freud superado? Ahora siempre me acuerdo de un artículo de Eugenio Trías publicado hace un par de messe: A Sigmund Freud siempre se le quiere superar. Pero todas las veces que se intenta sucede lo mismo: se regresa a espacios anteriores a Freud. Puede que su lenguaje esté anticuado. Una espesa costra positivista le recubre, dificultando acaso su lectura. (...) Sigue siendo piedra de escándalo pese a que nadie puede discutirle su naturaleza de clásico, fundador de instituciones de salud, inspirador de la mejor filosofía (Foucault, Derrida, Deleuze, Adorno, Walter Benjamin, ) aun cuando sea obligación de ésta discutirle, criticarle, pero siempre desde el reconocimiento de sus logros y de haber pasado por su escuela. Freud es un clásico y como tal no puede ser superado. Debe ser siempre visitado, comprendido y discutido. Estoy de acuerdo además con E. Trías en que no es posible convivir con la modernidad sin conocerlo. Y también considero que muchos de los que desconfían de él o lo atacan, están en el fondo sirviéndose de la teoría freudiana sin darse cuenta, y que sus aportaciones van más allá de su especialidad y pertenecen al dominio de las ideas.