22.10.10

lo que arde


at yaeyama island, photo by Tetsumaru

"No te equivoques: lo importante no es el objeto en el que proyectas tu energía; lo importante es ella misma. Ella es lo que arde. El objeto es la excusa que, en la ilusión de la diferencia, necesitamos para el trayecto"

(Chantal Maillard, Filosofía en los días Críticos, 2001)

17.10.10

la discordancia de los sexos



by masaaki miyara

Hablemos de sexo. Empecemos distinguiendo que una cosa es sexo, el órgano o lo biológico, / otra es el género o los significantes sociales que elegimos para que nos definan como hombre o mujer en sociedad, / y la tercera es la sexualidad, que no es, ni de lejos, lo mismo. La sexualidad, desde una perspectiva psicoanalítica, es la organización del sujeto con su goce, y va por otro lado, independiente. La especificidad de este enfoque sobre la diferencia de los sexos (su legitimidad para participar en el debate) es que de lo que nosotros nos ocupamos no es el yo ataviado de suntuosas y atractivas vestiduras, sino del sujeto del inconsciente. Y es la sexualidad (la manera de gozar de cada uno) la que da realmente cuenta, la que articula el funcionamiento de todo inconsciente.
Esta semana me invitaron a presentar un libro que leí y me dejó fascinada: La Discordancia de los Sexos, de la psicoanalista y socióloga Rithée Cevasco. La preciosa y cuidada edición de S&P, cuya portada ha diseñado Dante (Cachodepan) Bertini, corre a cargo de la editorial de P&S, con Jorge Chapuis como impulsor y capitán de abordo.
El libro me parece imprescindible y necesario para cualquiera que se pregunte hoy en día por la diferencia sexual, y no le sea ajena la perspectiva de lo que uno no siempre dice, no siempre sabe al respecto, de lo que queda velado. El libro es una joya llena de grâce, como dije: la autora transita sin aparente esfuerzo, con talento y gran libertad, por diversas cuestiones espinosas y nada fáciles, ayudándonos a distinguir unas de otras, a verlas cómo han sido utilizadas, y leídas, cómo han ido transformándose en relación con otras disciplinas como son feminismo, los debates actuales, el transexualismo, etc.

La cuestión o posición femenina (que no es lo mismo que decir la mujer, ya que ésta ocupa también posiciones masculinas), -señala Rithée-, funciona en psicoanálisis como un síntoma, como aquello que resiste a la significación, como lo que pone un límite a cualquier posición de saber absoluto. De cómo gozan las mujeres, de lo que quieren tampoco es fácil hablar, pero el psicoanálisis dispone de los recursos para cernir algo de eso. A través de la clínica del goce, tanto en hombres como en mujeres, los analistas escuchan que hay algo que no se capta por las palabras y los significados. Si el falo (que nada tiene que ver con el órgano) no es más que la posibilidad de sentido, sabemos que esto no basta para dar cuenta de todo lo que ocurre en el campo pulsional. El psicoanálisis, como muchas veces el arte o la escritura, permite abordar lo que queda fuera de esa lógica, y – lo más importante- que el sujeto haga algo con ello. Si para Freud la posición femenina resultó y acabó siendo cierta clase de enigma, para Lacan no fue así. Con él conseguimos superar la lógica binaria hombre-mujer, fálico-no fálico, para poder dar cuenta de otras relaciones del sujeto (hombre o mujer) con el sentido y con sus fallas, y con otros modos de goce: ahí se despliega la clínica del amor, de los goces, la de la relación de cada sujeto con un vacío, por ejemplo. Y es que la falla de lo simbólico no se limita a la psicosis. La posibilidad, no de una isla, pero sí de una locura, de un quedar fuera del mundo tal y como lo nombramos, que muchos necesitamos poder pensar.

La sexualidad no es siempre “sensual”, sólo lo es fragmentariamente. Está, en cambio, determinada por un obstáculo o imposible, la sexualidad no es garantía de nada, o quizá sí, sea la garantía de la nada de cada uno. Un encuentro con la alteridad radical, por eso conlleva una pérdida. Una especie de salto, y como tal, una caída, que a su vez se hace vuelo.

Hice caso a Iluminaciones y Stalker y corrí a por Filosofía en los días Críticos, de C. Maillard cada una de sus líneas me concierne. Naca más empezar a leer encuentro:
Lo imposible es lo que mantiene el pasado, lo hace repetirse en la ausencia, en la espera, en lo que siempre quedó inacabado una y otra vez”

Ó esto otro
Volar : sólo se puede volar con el cuerpo. El cuerpo no es el lastre, sino la condición del vuelo. Sin cuerpo no se puede volar. Es necesario el esfuerzo para levantarlo del suelo. El vuelo supone el esfuerzo, el aprendizaje. El gozo es la elevación y luego, la flecha.”

3.10.10

invertir la mirada

Levitación racional, de Philippe Ramette

Mi amigo S., recién llegado de New Delhi, me preguntaba el otro día por qué yo no intentaba escribir ficción. Sugería que quizá en la dimensión de lo ficticio y el relato, pudiera sentir una mayor libertad, vivir y habitar mundos que yo misma creara o deseara. Él es traductor, poeta y está a punto de publicar su primera novela en la India. Y aunque siempre encuentro tentador la reinvención constante del mundo de los escritores literarios, sé que esa no soy yo. Releo estos días algunos fragmentos de los Diarios Indios de Chantal Maillard, que me recomendó Iluminaciones hace tiempo, y que ya he citado aquí. Echo de menos su blog, en el que colgaba sólo cuadros y obras de arte, y su invitación a la contemplación me enseñó a mirar hacia dentro y hacia fuera, (uno se sentía observado por las propias obras) con humildad pero también de forma audaz. Sigo con Maillard: “La síntesis ha de ser uno mismo (…) Amar es detenerse por un instante con gran intensidad en algún punto. Desear es querer que en ese punto crezca una montaña, un árbol, un ser de carne o cualquier cosa que pueda nombrarse, y en el nombre la voluntad quede encadenada. (…) La India: una tierra que corta la mirada y exige luego el pago de la herida. (…) Saber que es preciso dejar de indagar – pues es recuerdo y anhelo toda búsqueda- y hallar el modo, simplemente, de invertir la mirada.” Mi historia tiene más que ver con esa obsesión de invertir la mirada. “Ser y conocer no pueden ser simultáneos si existe una llanura o una línea del horizonte. Ser y conocer simultáneamente sólo es posible en el vacío porque en el vacío no hay nadie.”
Estas últimas semanas me identifico más bien con la mirada obstinada y distanciada del artista francés Philippe Ramette, incluso con el personaje recurrente trágico-cómico (encarnado por él mismo) que aparece en sus obras. Su búsqueda es la de construir racionalmente una imagen o perspectiva que restituya lo que aparentemente parece irracional, y en él aparece también una cierta inversión de la mirada. Su trabajo se sitúa entre la escultura, la fotografía y los dibujos, y parece que ser que las fotos no son trucadas, es decir, que construye piezas, y se pone realmente en esas posturas imposibles, a riesgo de lo que pueda pasar! Me gustan mucho también sus títulos: la serie de Exploración racional del fondo del mar, o sus Contemplaciones irracionales, la Inversión de la Gravedad, Levitación racional, o su serie de objetos: Objetos suicidas, Pequeño objeto educacional, los Balcones, etc.
Y como escribía una periodista del Elle francés este verano, acerca de la última novela de Houellebecq, seguramente “le metier de vivre”, el oficio de vivir, en un mundo como el nuestro en que toda la existencia se organiza alrededor del trabajo, y a uno se le define ante todo por su profesión, el oficio de vivir se ha vuelto totalmente imposible.
Reivindico pues una cierta inversión de las miradas (la propia y la que dejamos que nos den los demás) que nos permita, sin una excesiva ficción, habitar el mundo que cada uno es capaz de percibir y construir.